Regional

Una misión que nació del amor

6 de mayo de 2023

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Hace cuarenta años Gerson Gamboa se interesó por buscar una alternativa natural para mitigar el asma porque conocía el caso de su novia, quien padeció esta afección respiratoria

Norma Pérez

Yolvar Márquez detuvo la moto que conducía frente a una casa blanca con rejas negras y un imponente árbol. Iba en busca de un medicamento natural que ya había probado él y sus dos pequeños hijos. Según su testimonio, con óptimos resultados. Esta vez era para un amigo.

“Mi hijo padece de acidosis renal y afecciones respiratorias. Gasté mucho dinero en tratamientos hasta que una amiga me recomendó estas inyecciones. Se las aplicaron durante un año y mejoró. Él no podía oler pólvora, tierra mojada, humo porque se enfermaba. Se curó y está muy bien. Por eso se lo recomiendo a mis familiares y amigos”.

Julián Gamboa quiere dar a conocer al mundo su investigación

En esa casa ubicada en Rubio, residen Gerson Julián Gamboa Villamizar, técnico de Producción agropecuaria, y su esposa Eda Da Costa, quien durante años laboró en el sector salud en el área de historias médicas. Ambos cuentan una historia donde se acumulan casi cuatro décadas.

“Cuando éramos novios, Eda sufría de asma; ver a un asmático con un ataque es traumático. Me interesé por hacer el estudio para el tratamiento de esta afección. Empecé a estudiar las propiedades de las plantas, quería que fuera un producto natural”.

Fue profundizando en su investigación, hacía pruebas, incorporaba elementos, hasta lograr su propósito.

“Con mi esposa comenzamos a estudiar sobre el asma. Empezamos en 1985, hace casi cuarenta años, y después de una acuciosa investigación, elaboramos un producto que tiene como base principal el eucalipto. Fue imposible conseguir aquí la materia prima, pero en Colombia, en la Botica Americana, encontré los extractos y con mucha paciencia iniciamos los ensayos hasta preparar el producto final”.

El resultado fue una preparación natural con eucalipto como ingrediente principal, el cual bautizaron Eucalyol 20.

“La primera persona que recibió la inyección fue una niña de nueve años, en 1990; a partir de allí su cálculo es de 20 mil personas atendidas. Tiene efectividad en el asma y demás afecciones respiratorias como tos, gripe, sinusitus, neumonía, bronconeumonía, bronquitis, entre muchas otras; tenemos pacientes post covid, con una efectividad del 95 por ciento. Es una inyección que se aplica en ciclos, completamente natural y sin efectos secundarios”.

Aporte innovador

Con el respaldo de la documentación de su investigación, se inscribió en el Ministerio del poder popular para la Ciencia y la Tecnología, en el año 2006. Quiso patentar su producto, pero no fue posible. Sigue a la espera de una oportunidad para darlo a conocer en el contexto internacional.

“Quisiera poder realizar un foro, para que conozcan a fondo mi trabajo, porque el asma es un problema a nivel mundial, sobre todo en niños. Es una enfermedad que evoluciona constantemente. Para mí es preocupante tener la solución en las manos y que no se conozca. Mi mensaje es para la Organización Mundial de la Salud, las autoridades nacionales y regionales, para que conozcan mi investigación y la apoyen, porque es innovadora”.

Trabajo en equipo

Eda, su compañera de vida, es la que lleva los registros de quienes acuden a buscar esta alternativa; atiende a las personas y aplica las inyecciones. Ambos conforman un equipo.

“Es un trabajo muy satisfactorio, arduo pero gratificante. Han venido enfermeras y médicos, sus hijos. Me encargo de preparar todo”.

Atienden niños y adultos, no solo del estado Táchira, también de otros estados del país, que acuden hasta su casa en la capital del municipio Junín.

“Llegan en busca de ayuda, aquí la encuentran”. Conmigo han trabajado médicos y muchos pediatras, que, para evitar aplicar esteroides, me envían los niños con asma”.

Casi cuatro décadas de labor ininterrumpida

A pesar de los años, mantienen la receta original, pues no les convencieron los intentos de modificarla para, de acuerdo a su explicación, purificarla.

“Esto es un milagro, el tiempo de Dios es perfecto. Llegó la hora de no sufrir de asma. Mi deseo es compartir mis conocimientos, mi experiencia y mi evidencia científica con un equipo médico venezolano y de otros países para que sepan que este producto existe y funciona”.

Consideran que cumplen con una misión, y es por ello que recurrentemente, ofrecen su cooperación desinteresadamente.

“Tenemos en este mundo una misión, a mucha gente que llega le obsequiamos la inyección, no podemos explotar al que nos necesita, queremos que sanen y darles una evidencia científica. Brindamos nuestra ayuda. Verlos recuperar su salud es nuestra recompensa”.