La frontera venezolana no escapa de las problemáticas que embargan a todas las zonas del país, incluso por el simple hecho de estar ubicadas en la línea limítrofe territorial, en sus pueblos estos inconvenientes son mucho más constantes y graves, así como también se transforman en focos de falencias que solamente se ocasionan en dichas áreas; tal es el caso del municipio Pedro María Ureña, una de las poblaciones que conforman el sector fronterizo que limita con la república de Colombia.
Anteriormente, hablar de Ureña era sinónimo de un bastión fuerte en la economía venezolana. Un pueblo en donde las carencias eran escasas y sus servicios funcionaban a un nivel aceptable, aunque el agua siempre tuvo sus inconvenientes.
Hoy día, el pueblo azucarero dista mucha de lo que otrora era. A los múltiples problemas que presenta se le deben la falta de agua potable y de gas, una situación que va más allá de cualquier servicio público y que se transforma en necesidad humanitaria, vital para cualquier individuo, en cualquier parte del mundo.
El agua falla constantemente: “solo llega de visita, porque dura algunas horas y después se va”, comentan los ureñenses. Vale destacar que esto lo dicen quienes corren con la suerte de contar con el servicio hídrico por algunas horas semanales, pues, en el peor de los casos, existen sectores en donde el agua potable no les ha sido suministrada a lo largo de algunos meses, refiriéndonos a los mecanismos regulares de la distribución del servicio, a través de tuberías.
La alcaldía se viste de héroe
Obviamente, esto es parte de una problemática social, y en temas sociales es el Gobierno el protagonista más idóneo para solventar sus contratiempos.
En ese sentido, la alcaldía del municipio Pedro María Ureña, encabezada por Jhon Carrillo, ha venido realizando una serie de esfuerzos, a la vez de la puesta en marcha de una gama de estrategias que van en pro de la solución, ante estas dificultades.
Carrillo explicó que para ello su gestión ha puesto a disposición sus dos camiones cisterna, a fin de “paliar un poco el problema”, llevando así el agua a centros de distribución, en donde los ureñenses acuden con diferentes recipientes para ser llenados de agua potable y así poder verse beneficiados de ella.
Del mismo modo, en su condición de primera autoridad ureñense, le ha tocado alquilar más camiones cisterna para obtener así un mayor rango de acción, y de esta manera ofrecer mayores alternativas a la hora de la distribución hídrica en la zona.
Carrillo reconoce que esto “no ha sido suficiente” y que todavía la materia hídrica representa una de las más grandes y tristes necesidades que deben ser atendidas con carácter de urgencia.
“Quiero hacer un llamado a las autoridades hidrológicas nacionales para que se aboquen en función de esta problemática que agobia al pueblo de Ureña. Esto es una solicitud pública, para que tomen cartas en el asunto y podamos trabajar juntos por darle solución al pueblo ureñense”, espetó el burgomaestre fronterizo.
Asimismo, indicó que un total de 19.900 familias están siendo afectadas por este inconveniente, un número bastante considerable que clama urgentemente por el acceso al agua.
El gas es otra María
Si por el agua llueven denuncias, con el gas tampoco escampa, ya que la distribución de este servicio es igual o peor que el que actualmente se está efectuando en los demás municipios del estado Táchira.
Ante esto, la Alcaldía de Ureña buscó la manera de contrarrestar la ausencia de gas mediante el alquiler de chutos privados, los cuales se encargan de ir a los sectores y recolectar los cilindros vacíos para posteriormente trasladarse hacia el oriente del país y llenarlos allá.
Una vez llenados los cilindros, estos regresan a su punto de partida, para posteriormente ser devueltos a sus propietarios con gas dentro de ellos. Este proceso tiene una duración de, aproximadamente, 15 días.
Igualmente, Carrillo también hizo un llamado a Pdvsa-Gas para que lleve a cabo jornadas de suministro de gas en el municipio, y de esta manera el pueblo pueda ser tomado en cuenta, colaborando así en soluciones frente a estos contratiempos.
(FH)