Pasión por la vida
6 de mayo de 2024
Regional
Vive en un sótano entre cloacas y su familia lo quiere desalojar
4 de marzo de 2024
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Desde hace 13 meses la cloaca del piso superior de su casa colapsó, pero sus habitantes, que son parte de su familia, no reparan la avería y quieren que desaloje la morada donde habita desde hace más de 30 años. Es una vivienda construida sobre un embaulado que no tenía documentos registrados, pero según le informaron ahora cuentan con una carta agraria
Bleima Márquez
Javier Jesús García Ramírez es un adulto mayor con discapacidad que habita desde hace 30 años en el sótano de un inmueble construido sobre un embaulado de La Castra, parroquia La Concordia, San Cristóbal. Sus días transcurren entre aguas servidas provenientes de las cloacas de la casa de arriba, justo encima de su humilde morada. Para completar el panorama, denuncia que sus mismos familiares lo quieren desalojar.
La condición física, emocional, de salud y económica de Javier García, es precaria. Desde hace 13 meses aproximadamente, su situación ha empeorado debido a que debe lidiar con las aguas contaminadas que caen diariamente en su modesto hogar. Sostiene que a pesar de haber solicitado a las personas que viven en la parte superior la reparación de la avería, el problema continúa y los daños cada vez son mayores.
“Tengo un problema allá donde vivo, en La Castra, en el sótano, de filtraciones de agua de las cloacas de la gente de arriba que no me han querido solucionar. Ya tiene eso, aproximadamente 13 meses. Yo no puedo levantar ni hacer fuerza, eso es agua empotrada. Yo tampoco puedo dejar de sacar esa agua porque se me inunda todo y se me dañan todos los corotos”, dijo Javier y agregó que ya se le han averiado cinco artefactos eléctricos a causa de las aguas negras que caen.
Javier vive de su pensión, su jubilación, los bonos que le llegan por la plataforma Patria, y la bolsa del CLAP. Solo cuenta con eso, y lo poco que puede ganar extra a pesar de su condición física.
“Me quieren desalojar”
El agua sucia que cae y corre libremente por la casa de Javier, no es la única preocupación. Ahora se suma la intención de sus mismos familiares de obligarlo a desalojar el espacio en el sótano que, por al menos 30 años, ha sido su domicilio.
Según relató el septuagenario, ese inmueble fue construido por él junto a su hermana, ahora fallecida, hace más de 30 años. Él no solamente aportó dinero, sino también su trabajo, su mano de obra. Como vivía solo, accedió a ocupar el sótano, lugar que desde entonces ha sido su hogar.
Carta agraria
Explicó el denunciante que esa vivienda nunca ha tenido documentos de propiedad, ni de ningún tipo, porque fue construida sobre un embaulado cuyo terreno es de la alcaldía, del antiguo Inavi, o de algún otro ente gubernamental. “Ese inmueble no puede ser registrado”.
Ahora, le informaron sus mismos familiares que les otorgaron una carta agraria. “Nunca había tenido papeles, pero ahora tiene una Carta Agraria, que le hicieron los papeles, algo que es imposible encima de un embaulamiento, encima de una quebrada, pero al parecer que por un hermano del dueño que trabaja en Cadela (Ahora Corpoelec), que le hizo la vuelta. Yo les dije que eso era tráfico de influencia. Yo lo que quiero es solucionar y no alargar mucho la cosa”, enfatizó el adulto mayor.
Javier García se pregunta: “¿Dónde están los campesinos, dónde está la certificación, dónde está la producción?”
Denuncias
Ante la gravedad del problema y las consecuencias que está padeciendo, Javier García acudió a distintas instancias legales en busca de soluciones. Primero fue a Asesoría Legal de la Gobernación, donde le indicaron debía plantear el caso en la Defensoría del Pueblo. En esa dependencia le informaron que era necesario ir a la Fiscalía, instancia donde formuló la denuncia.
El señor Javier contó que en Fiscalía le notificaron que comisionaron a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) destacada en la Unidad Vecinal para que hicieran la inspección correspondiente “Ya he ido cinco veces a la Policía Nacional Bolivariana, pero ellos no han ido”, apuntó, y agregó que los oficiales de este cuerpo de seguridad ciudadana sí se han movilizado; sin embargo, solo han conversado con los denunciados y no han llegado al sótano, sitio donde vive el anciano con discapacidad para levantar la inspección.
Discapacidad y enfermedades
El señor Javier García tiene discapacidad, debe usar muletas para caminar; además, su cuadro de salud es complicado: Tiene artrosis, gota, glaucoma; además, de tanto esfuerzo para sacar el agua y mover muebles, sufrió daños en los riñones y en el hígado. Depende de una sonda para orinar. Acaba de salir de una infección en la piel a causa de las aguas servidas.
Aun así, con estas condiciones precarias de salud, Javier debe recoger y limpiar su morada de aguas putrefactas que afectan cada vez más su lastimada humanidad.
“Me acusaron de apropiación indebida”
Recordó el septuagenario que en una oportunidad lo citaron en la sede de la Policía Comunal de la PNB, en La Concordia, porque fue acusado de apropiación indebida, pero mostró documentos probatorios del tiempo que tiene viviendo en esa vivienda. “Mostré las constancias de residencia del Consejo Comunal y del CNE donde dice que tengo 30 años viviendo allí”, indicó Javier García y agregó que ese día firmaron una caución y le advirtieron que tenía que irse de la casa, pero él alegó que no tiene otro lugar donde vivir.
Quieren vender
El denunciante aclaró que realmente no quiere problemas, solo le interesa que reparen las cloacas que caen en su residencia, pero no ha sido posible, y muy al contrario le dijeron que se tenía que ir porque piensan vender ese inmueble, proceso legal que considera improcedente porque el caso está en Fiscalía y además no tiene “papeles registrados”.
Javier García hizo un llamado al gobernador del estado, Freddy Bernal, y a la primera dama, Karem de Bernal, para que le ayuden a solucionar el problema. Les pide que sean intermediarios para no empeorar más su deteriorada salud y para que no lo desalojen, porque él con sus propias manos y recursos ayudó a construir esa edificación, y lo peor, no tiene otro sitio donde vivir.
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