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Regional
¿Ya preparaste el árbol de navidad para recibir los regalos del 24?
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El árbol es una de las actividades más importantes para promover el espíritu navideño en el hogar. Su origen se pierde en la historia, pero es una tradición arraigada en pleno siglo XXI
Humberto Contreras
Esta semana comienzan en serio los preparativos para la celebración de la Navidad. Aunque en muchas casas ya se ve el titilar de las lucecitas multicolores, pues definitivamente no hay fecha para iniciar la decoración navideña, sí en cambio hay un punto en el calendario en el que ya debe estar preparado el adorno que hacemos en casa.
Ese punto es el día 16 de diciembre, que prácticamente “ya está encima”, como advierte el decir popular, pues hablamos del próximo sábado. O sea, definitivamente, estamos en la recta final de los preparativos, ya que en la madrugada del sábado, con el inicio de las misas de aguinaldo, comenzará la explosión de la pólvora festiva, de los pirotécnicos, del sonar de gaitas y villancicos, y el disfrute juvenil tradicional en los alrededores de las iglesias locales, en fin.
Así, esta semana debe concluirse, para quienes lo hacen por plazos -cada día un poquito-, especialmente cuando son arbolitos grandes con mucho “qué hacerle”, y para los pequeños que se arman rápidamente. Lo cierto es que el arbolito de Navidad debe amanecer listo para su oficio de alumbrar y alegrar la Navidad, el próximo sábado.
Origen del Árbol de Navidad
A través de la historia, muchas culturas han utilizado los árboles para expresar sus costumbres y tradiciones. Por ejemplo, por muchos siglos los alemanes y los escandinavos han colocado en sus hogares durante el invierno pinos y adornos con hojas naturales como símbolo de que la primavera regresará y que el invierno no es eterno.
En artículo publicado en diciembre de este año en la conocida revista National Geographic titulado en español: “¿Por qué tenemos árboles de Navidad?” se afirma que el origen del arbolito de Navidad es incierto y existen diferentes historias al respecto.
No existe unidad de criterio respecto a tiempo y lugar exactos en que se originaron estas actividades consideradas paganas en su momento, pero que al final se impusieron y se esparcieron por el mundo, llevando en realidad cierta alegría y satisfacción por doquier. Sí se sabe, sin embargo, que el árbol navideño, como lo conocemos hoy, tiene su origen en regiones con abundantes bosques, especialmente en el norte de Europa.
Se sabe que algunas culturas paganas usaban los árboles para representar a sus dioses, como por ejemplo, el dios de la Fertilidad. Para algunos investigadores, la costumbre de adornar un árbol en navidad, o un pequeño trozo de árbol, según el espacio del que se dispone, es lejana en el tiempo, y se estima que se inició en alguna parte de Europa.
Según la web bibliaon.com/es, sin embargo, se piensa que la historia del árbol de Navidad se originó con Bonifacio, un misionero inglés que fue a evangelizar en Alemania, a principios del siglo VIII. Al respecto, la Enciclopedia Británica refiere que, alrededor del año 723, san Bonifacio se encontró con unos paganos que preparaban un sacrificio en un roble dedicado al dios Odín. Bonifacio tomó un hacha y la clavó en el árbol y, como ante tal afrenta no cayó abatido por el dios, proclamó que una planta de hoja perenne cercana era su «árbol sagrado».
Se dice que él cortó el roble donde hacían el sacrificio y lo reemplazó por un abeto, árbol que permanece verde todo el año. Lo adornó y lo puso como símbolo del amor eterno de Dios, dándole así un nuevo significado.
Supuestamente, a partir de entonces, los árboles de hoja perenne pasaron a formar parte de los ritos cristianos en Alemania. Pero en la Edad Media empezaron a crear «árboles del paraíso» que tenían la intención de representar el Jardín del Edén. En ellos se colgaban manzanas y se exhibían en las casas el 24 de diciembre, durante la fiesta religiosa de Adán y Eva.
Otra versión indica que el origen está en Martín Lutero, en el siglo XVI, pues él promovía adornar árboles con frutos que representaban el árbol del paraíso, y colgaba velas encendidas en representación de Jesús, la luz del mundo. Así, los árboles del paraíso evolucionaron hasta convertirse en árboles de Navidad, y se hicieron una fuerte tradición en Alemania, de donde se extendió a los países escandinavos y al resto de Europa.
Aparentemente, con el tiempo, esta costumbre viajó a otros países. En Inglaterra, el príncipe Alberto, de origen alemán, y su esposa, la reina Victoria de Gran Bretaña, sembraron la costumbre, luego de que en 1848 fuese publicada una ilustración en la revista Illustrated London News de la familia real reunida alrededor de un árbol de Navidad.
Posteriormente, los colonos llevaron el uso del arbolito navideño a Estados Unidos, y ya desde finales del siglo XIX, fue ganando popularidad en todo el mundo.
Árboles artificiales
A medida que los árboles navideños se popularizaban por el mundo, el hecho de cortar arbolitos naturales para su confección empezó a impactar negativamente en los bosques. Para aliviar la situación, según informa la Enciclopedia Británica, en la década de 1880 los alemanes empezaron a fabricar árboles artificiales con plumas de ganso. Luego, las plumas fueron sustituidas por otros materiales, hasta que el plástico se convirtió en el material más utilizado para los árboles de navidad artificiales.
Sin embargo, finalmente, lo que realmente importa es la razón por la que colocamos el árbol de Navidad, el significado que tiene para nosotros: Que refleje nuestro gozo al celebrar el nacimiento de Jesús.
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