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Yohan Quiroz: “Hay que hacerse niño para entrar al reino de los cuentos”

11 de enero de 2022

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Yohan Quiroz, Comunicador Social y Especialista en Promoción de la Lectura y la Escritura por la Universidad de Los Andes, es un capachense que a los 28 años de edad descubrió su amor y pasión por la literatura infantil y juvenil. Su deseo de fomentar y promover en los más pequeños el hábito lector y de contribuir con la formación de mejores ciudadanos lo llevó a fundar Marahuaka, un espacio en donde no solo se lee, sino donde además se canta, se ríe, se juega, pues, a su juicio, la lectura debe ser un encuentro gozoso. Hoy, con motivo del quinto aniversario de Marahuaka, Quiroz narra para Diario la Nación su experiencia en este mundo de historias y melodías.

¿Cómo nace Marahuaka?

Nace con el deseo de acercar a los niños a la lectura, pero mediante el disfrute, de una forma placentera. Todo comenzó el 11 de enero de 2017 en mi pueblo natal, Capacho Viejo, cuando una amiga me invitó a leerles un cuento a los integrantes de su coro infantil. Mientras contaba la historia quedé encantado con la cara de felicidad de los niños, y me dije: “debo sacar los cuentos de mi biblioteca, compartirlos”. Precisamente ese día, ya en la noche, leí un relato hermosísimo, el del Marahuaka, ¡el Árbol de la Vida!, el cual, según los pueblos indígenas amazónicos, contenía todas las posibilidades de alimento. Entonces decidí bautizar con ese nombre lo que a partir de aquel momento y hasta el día de hoy sigue siendo mi proyecto de vida.

¿Qué ha sido lo más valioso de ser promotor de lectura?

Todo ha sido valioso. Pero si debo destacar algo es el hecho de poder compartir con los niños, de contagiarme de su buena vibra, de verlos sonreír, de vivir con ellos instantes de felicidad. Son filósofos por naturaleza, su mayor cualidad es la capacidad de asombro, contemplan el mundo con una ingenuidad sorprendente, son todos unos maestros.

Muchos adultos dicen: “debemos bajarnos al nivel de los niños”, a mí esa expresión me resulta insultante, ofensiva; somos nosotros quienes debemos elevarnos a su nivel. Tener empatía con los niños es fundamental al momento de promover la lectura, muchos de ellos resultan siendo incomprendidos por los adultos, como le pasó al Principito Antoine de Saint-Exupèry. Por eso hay que hacerse niño para entrar al reino de los cuentos.

De acuerdo a su experiencia ¿por qué muchos niños no tienen el hábito de la lectura?

En “La magia de los libros” Luis Beltrán Prieto Figueroa resalta que un buen lector debe ser formado. Siendo así, considero que muchos niños, jóvenes y adultos no leen constantemente o sienten aversión hacia la lectura porque sus experiencias con los libros fueron poco gratas y, en el peor de los casos, traumáticas. Es decir, no fueron formados por lectores asiduos y apasionados, es probable que sus lecturas hayan sido impuestas, sin libertad de elección y con estrategias didácticas poco atractivas.

Algunos padres y maestros pretenden que sus hijos y estudiantes lean a la fuerza, porque sí, sin ninguna otra explicación, cuando ni siquiera ellos mismos, por diversas razones, han experimentado el placer de leer. ¿Cómo puedo saber qué es el amor si nunca he amado? Lo mismo ocurre con los libros: solo aquél que se ha dejado envolver por su magia, quien ha llorado, reído, sufrido y disfrutado al leer una novela, un cuento y un poema, aquél que descubre otros universos y descubre su mundo interior a través de los libros, es capaz de infundir el amor por ellos.

Como promotor de lectura ¿cuáles recomendaciones ofrece a los padres y maestros para motivar a los niños a leer?

Mi primera recomendación es que hagamos de la lectura una experiencia lúdica, que les permita a los niños divertirse, reírse, asombrarse, explorar el mundo, fantasear, cantar soñar.
Es necesario que les ofrezcamos textos que estimulen su imaginación, con diseños y diagramaciones atractivas, libros ilustrados, libros-álbum, para que participen en la construcción de sentido.
Los adultos somos el mejor modelo, muchos niños aprenden por imitación. Si ellos ven a sus padres, a sus maestros y amigos leyendo constantemente, en cualquier momento se acercarán para echarle un vistazo al cuento, al periódico, a la revista, a la novela, al cómic.
Dejemos textos a su alcance, finjamos que lo hemos dejado olvidados sobre el mueble, la mesa o la cama, no resistirán la tentación. Cuando menos lo esperemos, estarán allí, sumergidos, fisgoneando.
Evitemos apartar a los niños abruptamente de la tecnología. Los dispositivos electrónicos son soportes de lectura tan válidos y valiosos como el libro en físico. Enseñémosle a valorar lo que ven, a distinguir entre lo falso y lo verdadero, entre lo que edifica y destruye, ¡Ayudémoslos a despertar su espíritu crítico! Busquemos y compartamos con ellos contenidos valiosos, que aprendan a leer otros textos: imágenes, canciones, fotografías, audiolibros. Preparémosle el camino para que sean APP competentes en lugar de APP dependientes.
Por último, dejemos a los niños seleccionar las lecturas en función de sus gustos, intereses y necesidades. Una cosa es orientarlos y otra imponerles. A nadie le gusta las imposiciones, mucho menos a ellos. Su confianza y seguridad en sí mismo se fortalece cuando les damos la oportunidad de que tomen sus propias decisiones. Tracemos el camino hacia su independencia y autonomía, mantengámonos vigilantes, pero con cautela. En algunos momentos no querrán leer y, aunque nos cueste, debemos respetar esa decisión, no los asfixiemos.

¿Cuáles lugares del Táchira ha visitado Marahuaka? ¿Planean ir a otras regiones de Venezuela?

Marahuaka nació en Capacho y la mayoría de actividades se realizan aquí. Pero también hemos tenido la oportunidad de visitar otras poblaciones del Táchira como San Cristóbal, San Antonio, Palmira y San Juan de Colón. Nuestro anhelo es recorrer otras regiones de Venezuela y, por qué no, visitar varios países del mundo. Estamos dispuestos a sembrar la simiente del Marahuaka en otras tierras. Esperamos contar con el apoyo de la empresa privada y de diversos organismos del Táchira para llegar a más lugares. Gracias a las redes sociales nuestro trabajo ha sido reconocido por escritores y promotores de lectura de Colombia, Cuba, España, Francia, Chile, EEUU y México.

¿Cómo ha sido mantener el trabajo de Marahuaka en medio de la pandemia?

Al principio fue difícil; de hecho, se suspendieron las actividades presenciales por tres meses. Luego surgió la idea de producir material audiovisual con el fin de promocionar algunas historias de la literatura infantil y juvenil a través de nuestra cuenta en Instagram: @marahuaka_oficial.
Pero, si bien la tecnología trae innumerables beneficios, no siempre puede reemplazar la experiencia presencial. Estar cara a cara con los niños nos permite ver sus reacciones, leer sus emociones, escucharlos, interactuar con ellos. La presencialidad es cálida, la virtualidad a veces resulta fría. Por eso, actualmente procuramos reunirnos una vez al mes en un café de Capacho con grupos pequeños, leemos, cantamos, nos divertimos. Los niños quieren que les lean, necesitan espacios para socializar, para interactuar y divertirse con sus amigos. Es una necesidad que debemos satisfacer.

Por último, un mensaje partiendo del lema del proyecto: “Más lectores, mejores ciudadanos”

Preciar los libros, amar la lectura y promoverla, animar a otros a leer, implica ser un buen ser humano. De nada vale el conocimiento que adquirimos si no lo ponemos al servicio de la humanidad, si no participamos en el progreso social, en la construcción de la democracia, si nos mantenemos sumisos ante los regímenes políticos totalitarios, si callamos cuando debemos hablar, si no procuramos la justicia y la verdad, si no defendemos nuestros derechos y el de nuestros semejantes, si no cumplimos con nuestros deberes, si no luchamos por nuestra libertad. La simiente del Marahuaka no crece en tierras estériles, hay que abonarla y regarla con nuestras acciones, siendo protagonistas de nuestras vidas, empáticos y resilientes. Un lector no solo cree en un mejor mañana, trabaja por él haciendo del presente el mejor día de todos. D/AE