La línea de tiempo de la Fundación Nueva Esperanza Niño Jesús comienza en el 2015. Suman nueve años y cuatro son sus proyectos básicos, que destacan entre cantidad de actividades sociales en pro de los demás
José Luis Guerrero
I
Lo frágil, lo débil de los adultos mayores, la situación de pobreza de muchos niños y niñas, algunos de ellos con problemas para poder alimentarse, otros con dificultades para el aprendizaje; la ausencia de actividades recreativas para todos los vecinos, vivir en una comunidad dividida, condujo a José Luis Suárez Parra a pensar en organizarse y darlo todo por los demás.
La abuela materna, Delia Aurora Sánchez, motivó a su nieto a trabajar por sus vecinos. Pensar cómo la alegría podría retomar los espacios perdidos, formar un equipo de trabajo y buscar apoyo de todos los entes públicos y privados. La meta, amor y vocación por el prójimo.
Nueve años atrás, a sus 21 años, desplegó amplia labor social en la comunidad de Santa Elena y con el paso de los años ha incorporado sectores aledaños, como Cipriano Castro, Lagunillas, La Popa, Sector 45, Brisas del Pinar, todos a las afueras de San Cristóbal, parroquia San Juan Bautista, entre las aguas de la quebrada La Zorquera y la carretera que permite ir y venir a Rubio y pasar por la alcabala de El Mirador, en cuestión de minutos.
El Club Porvenir de los Mejores Años, fundado el 22 de abril de 2015, es el Club de los Abuelos, de los adultos mayores. Iniciativa de José Luis, de su mamá, Delia Parra, la vecina Carmen Luna y de su abuela que ya falleció. Nueve años de fundado.
—En honor a ella iniciamos bonita labor con la juventud prolongada. Yo trabajé en la Alcaldía de San Cristóbal y fui a varias comunidades con los programas sociales. Al retirarme del trabajo me motivé para apoyar a mi comunidad. Paseos, piscinadas, jornadas de salud, talleres de trabajo, fiestas de cumpleaños, Carnaval, Navidad, Día del Padre, de la Madre. Nos reunimos los sábados, semanal o cada quince días. Son unos 50 adultos mayores con quienes he disfrutado los días— responde el líder comunitario.
II Comedor de la esperanza
Con el apoyo de la organización Alimenta la Solidaridad, el 22 de abril de 2019 nació el comedor Una nueva esperanza. Los niños, niñas y adultos mayores en pobreza son los beneficiados. Comenzó brindando alimento a 40 niños y actualmente lo reciben 92 personas, algunos de ellos adultos mayores, niños de bajo peso y personas con alguna discapacidad. Celebran cinco años en el mes de abril próximo.
El almuerzo y la cena se sirven de lunes a viernes. Los alimentos se preparan en la casa de la calle 7, la cuarta sede, donde se reúne el valioso equipo de voluntarios.
—Es un proyecto de carácter social comunitario en pro de ayudar a las personas más vulnerables, a los vecinos más necesitados. Es tratar de cubrir el vacío del Estado en estas comunidades. No es solo para los de Santa Elena, son las demás comunidades vecinas. Varias organizaciones no gubernamentales apoyan esta iniciativa social.
III La distracción para todos
El plan vacacional Vivan Los Niños cumple 7 años de existencia. Jornada de diversión, gratis, para los niños y niñas de la comunidad de Santa Elena como regalo, un estímulo al culminar su año de escolaridad. Para cumplir la meta es muy importante el aporte económico de las empresas.
Constantes son las jornadas médicas, de corte de cabello, entrega de medicamentos. Se han dictado muchos talleres, en su mayoría para las mujeres, en áreas de costura, artículos navideños, alimentos, capacitación para las embarazadas.
Las reinas se han apoderado de los sectores: la reina del Club de los abuelos es de Brisas del Pinar, la reina de la Cultura es del Sector 45, la reina del Turismo es de Lagunillas, la reina del Café es de La Popa, Miss Elegancia es de Santa Elena…
En febrero es la fiesta de Carnaval, en abril es el turno del Club de los abuelos y de la fundación Nueva Esperanza; en agosto es la fiesta de la fundación de la comunidad.
IV Proyecto educativo
Educando con esperanza se consolida en el 2021. Su objetivo es apoyar la formación educativa en la comunidad con el apoyo de docentes de la zona. Todo se enmarca en el avance de los estudiantes, en hacer aportes para los más débiles.
Es una jornada de trabajo todos los viernes, en horas de la tarde. Asisten niños, niñas, adolescentes, a la sede del comedor que se transforma en aula de clases, o donde un vecino apoya al prestar el espacio. A los niños con dificultades de aprendizaje se les atiende al contar en el grupo con un docente que sabe la materia.
V Integrar a la comunidad
Los vecinos arman la rumba en el mes de agosto cuando la comunidad de Santa Elena, en la parroquia San Juan Bautista, festeja la fecha de su fundación. Han pasado 42 años.
Santa Elena, estima esté integrado por un conglomerado de 430 familias con al menos 1.200 habitantes. Hay muchas madres solteras, de allí lo vulnerable de muchos infantes.
El 18 de agosto es el día de la santa. Se elige a la reina del barrio, la misma fiesta que desde hace siete años se organiza. Se elige al Mister de la comunidad entre los hombres adultos mayores.
Los residentes se comunican por mensajes de la red WhatsApp y están activos en Instagram. El mensaje en cadena es para todos lo más viable. En los talleres se hace la convocatoria casa a casa para captar al personal interesado. El megáfono es otro medio importante de comunicación.
Recuerda el apoyo de Caritas de San Cristóbal con el Plan Samán; organizaciones Espacio Público al pintar murales y Finampyme en talleres locales.
VI Donatón
En diciembre la alegría se apodera de la comunidad. Los miembros de la fundación tienen todo listo para el Donatón, la búsqueda de dinero, regalos, medicamentos para regalar y robar sonrisas. Lo organizan desde el 2020. Preparan hallacas para los niños, para los vecinos, para llevar a un ancianato y al Hospital central.
— ¿Por qué ayuda? ¿Por qué ser buena gente con otra gente?
— Siempre he tenido esa iniciativa de ayudar al prójimo como si fuera Dios en la Tierra. Venimos a servir. Cuando Dios me llame, no me voy a llevar lo que tenga material, me llevo la paz de ayudar, de dar lo que pueda a las personas. Me siento bien ayudando a los demás, hay muchas necesidades y hay cosas que sí podemos hacer.
José Luis no trabaja solo. Tiene al apoyo de su mamá, de sus familiares, de muchos vecinos como Carmen Valduz, las profesoras Sánchez o Elba, Nancy y Ana Sánchez; los señores Mario, Marcelino, Alfredo; Emily, reina del Club de los Abuelos, así como de Niño, Carolina Martínez, entre muchos más.
Buenas relaciones con el consejo comunal, colaboración, respeto y en pro de la comunidad.
La comunidad ya no es la misma. Hay más solidaridad y apoyo entre muchos de sus vecinos. José Luis ha visto los frutos y puede decir que con fe se abren las puertas porque siempre hay colaboraciones y receptividad de otros para ayudar a los más pobres. Bendiciones por su trabajo social.