Reportajes y Especiales

Con su propio reflejo en el espejo

30 de octubre de 2023

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“Son circunstancias que conozco porque también las padecí. Si en un momento dado hubiese tenido ese conocimiento o alguien me hubiera aconsejado, las cosas serían diferentes”

Norma Pérez

Maryela Cecilia Cote es conductora del programa de radio “Mujer Latina”. Los invitados a este espacio generalmente son médicos, psicólogos, psiquiatras y sexólogos; pues su interés está centrado en ofrecer información a quienes pueden estar inmersas en una relación de maltrato físico o psicológico y no consiguen una salida.

Su motivación nace de las experiencias que vivió, cuando se casó siendo apenas una adolescente. De los repetidos fracasos en las siguientes relaciones de pareja, donde muchas veces vio truncadas sus aspiraciones de formación profesional y la convivencia puso en riesgo su salud mental.

“Mi propósito es ayudar a las mujeres, para que entiendan muchas situaciones peligrosas que dejan pasar por ignorancia. En ocasiones, no se dan cuenta que están en una relación de abuso; quiero contribuir a que despierten y puedan salir indemnes. Son circunstancias que conozco porque también las padecí. Si en un momento dado hubiese tenido ese conocimiento o alguien me hubiera aconsejado, las cosas serían diferentes”.

Durante una jornada con sus alumnos en la emisora

A sus 42 años de edad, es madre de cinco hijos, el mayor de 26 años, la menor de seis y es la única que vive con ella. También tiene una nieta.

Para sacar adelante su núcleo familiar después de años como ama de casa, comenzó a trabajar y a estudiar una carrera universitaria. A su existencia llegaron los desvelos, las limitaciones económicas y sacrificios, pero también la tranquilidad espiritual.

“Cuando me quedé sola fue que pude estudiar. Una época complicada. Me encargaba de los niños, las labores del hogar; trabajaba de día y estudiaba en horario nocturno. No es fácil pero tampoco imposible. Hoy en día, me pregunto cómo lo hice. Estoy convencida que para surgir, debemos crecer personal y profesionalmente”.

Cuando Maryela se mira al espejo, ve en su reflejo el de cientos de mujeres que transitan el mismo camino que ella conoce. Por eso desea tender su mano. Para que su vivencia no se repita.

Historia de superación

Aun cuando nació en San Cristóbal, desde su infancia vive en Rubio. Es profesora especialista en Informática, egresada del Instituto Pedagógico Rural Gervasio Rubio, UPEL. Desde hace trece años da clases en el liceo Andrés Bello, el cual tiene una matrícula de 512 alumnos, de primero a quinto año de bachillerato.

“Inicialmente quería estudiar Administración de Empresas; después, me incliné por Educación. Hice varios intentos, primero por Historia y Geografía; pero el que era mi esposo, me puso a decidir entre estudiar y mis hijos. Eso me hizo desistir”.

Posteriormente, pudo cumplir esta meta y un año antes de recibir su título, empezó a laborar en el centro educativo, como profesora en las áreas de agricultura, cultura e informática en la parte teórica, pues no había un laboratorio. A la fecha, tampoco hay.

En 2013 se incorporó al Centro de Recursos para el Aprendizaje, dio clases de dibujo técnico, fue designada coordinadora del Programa de Alimentación Escolar, donde se encargó de organizar la cocina que no existía, recibir el mobiliario, los insumos y supervisar el personal. Más adelante se encargó de la coordinación municipal.

Fueron numerosos los obstáculos por superar, pero a pesar de su carga familiar, tuvo el temple necesario para avanzar.

En el liceo Andrés Bello donde se desempeña como profesora /Foto: Norma Pérez

“En una oportunidad uno de mis hijos sufrió una caída y a raíz del golpe presentó convulsiones. Tuve que hace una “operación pote” para cubrir el tratamiento. Son circunstancias fuertes. Salía de clases a las once de la noche. Llegaba cansada a la casa a hacer las labores domésticas, estudiaba hasta la madrugada, preparaba lo del día siguiente, dormía poco. Así era la rutina”.

Si no tenía quien le cuidara a los niños, los llevaba a la universidad. En ocasiones la ayudaba una exsuegra, pero había momentos que no podía atenderlos.

“No pude asistir a mi acto de graduación. Tenía todo listo, pero uno de mis hijos se enfermó de bronquitis y me quedé con él. Recibí mi título por Secretaría, pero con la misma satisfacción y alegría”.

Otro aspecto para sobrellevar es la realidad salarial que enfrentan los docentes. Pero dice que “hace de todo”, para completar los escasos ingresos que percibe en la institución.

Reporteros Escolares

De vuelta al Centro de Recursos para el Aprendizaje, se incorporó al programa de Reporteros Escolares, realizó varios talleres y puso en práctica sus conocimientos de informática con la edición de audios y videos.

“Con los alumnos hacemos radio pasillo y trabajos específicos que se transmiten por la emisora Kania 93.7 FM y por el programa “Voces Escolares” en Radio Nacional de Venezuela 105.7 FM. Los muchachos realizan prácticas de lectura, lectoescritura, pronunciación de las palabras, dominio del miedo escénico y se integran a la radio”.

También hacen micros sobre efemérides, sustentados en una investigación previa. Cuando se gradúan de bachiller, se efectúa una nueva captación.

Con su equipo de reporteros escolares /Foto: Norma Pérez

“Amo mi profesión, me siento satisfecha al ver a mis muchachos en las aulas formándose. Cuando ya toman otro rumbo y nos encontramos, el afecto con el que me saludan, alegra mi corazón”.

Nunca callar

“Mujer Latina” se transmite los miércoles de 2 a 4 de la tarde en Kania 93.7 FM. Tratan temas de abuso, manipulación, celos, cómo fortalecer el amor propio y la autoestima. Aspectos vinculados a la salud como automedicación, andropausia, menopausia, autoconocimiento, cómo gestionar las emociones y ofrecen consejos de apoyo.

“Doy gracias a Dios por haber superado esas experiencias negativas y salir fortalecida. Pienso que si de todas las personas que escuchan mi programa, el mensaje le llega aunque sea a una sola, porque se ve reflejada en estas situaciones, se siembra la semilla de que algo anda mal y hay que buscar ayuda. Que hablen con alguien y nunca se queden calladas”.

Dice que despertó de su propia experiencia cuando la pareja de una colega, que no aceptaba que la relación se acabara, le disparó y después él también se quitó la vida.

“Esa acción me hizo reaccionar, cambiar mi actitud, dar un vuelco a mi existencia. Sin darnos cuenta permitimos acciones dañinas, que se vuelven parte de nuestra cotidianidad.

Aspira continuar con su programa, que llegue a más oyentes y poder multiplicar su mensaje a otras mujeres que atraviesan por circunstancias complejas.

“A quienes están desorientadas y deben salir adelante solas con sus hijos, les recomiendo que confíen en Dios, no acallen su voz, siempre hay ángeles en nuestro camino. Revisen sus fortalezas, no sean dependientes. Crean en su capacidad, porque sí se puede”.

Sin temor, con seguridad y confianza, Maryela avanza en la vida. Su espejo tiene un nuevo reflejo.