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Reportajes y Especiales
Desplazamiento de masa humana cambió cotidianidad en la frontera
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San Antonio y Ureña, por donde comienza y termina la patria -como dirían muchos especialistas -, se han convertido en dos poblaciones del estado Táchira “invadidas” por foráneos, coterráneos que vienen del oriente, centro, occidente y hasta del mismo patio, con ganas de salir “huyendo” del país, en procura -dicen- de mejores derroteros en otras naciones.
Es un desplazamiento de masa humana que a diario se moviliza entre los puentes internacionales Simón Bolívar, por San Antonio, que conecta en cinco minutos con La Parada, población colombiana, y por el puente Francisco de Paula Santander, que igual llega a territorio del hermano país, en 20 minutos por la población de El Escobal.
Rostros jóvenes, en 90 %, se observan desorientados, algunos por su juventud, lucen asustados porque, afirman, no saben con qué se encontrarán del otro lado, pero la decisión está tomada: salir del país por la crisis económica que azota la tierra del Libertador.
—¡Yo me voy! Vengo de El Tigre, estado Anzoátegui, porque ya estamos pasando hambre allá. Todo es el doble de caro. Dejo a mis padres, mi esposa y dos niñas, porque en diciembre no tuvimos ni con qué hacer las hallacas; estoy triste, pero sé que no hay vuelta atrás. Lo que salga compadre, porque aquí no puedo hacer nada, no le veo salida a esta situación, mientras los políticos se encargan y se preocupan es del aspecto electoral, aseguró Isnardo Gutiérrez, quien dijo tener 27 años, TSU en Turismo.
Sentado frente al cementerio de San Antonio, estaba Andrés, con la mirada perdida, junto con su esposa Juanita. Dijeron que a las 11.00 de la mañana no habían desayunado, porque no podían gastar “ni medio”, pues lo que tenían era para el pasaje a Chile y le faltaban unos dólares.
—Nosotros venimos de Caracas, pero somos de Puerto La Cruz. Nos vamos porque esto está feo compadre, aquí ya no alcanza la comida que uno lleva para toda la familia. Un amigo se fue hace 15 días y nos consiguió trabajo. Dios quiera y nos salga bien, porque la idea es mandarle algo rápido a la casa, donde no hay comida, dijo Andrés, quien pidió no le hicieran fotos.
Las historias son incontables. Muchos se enojan al ser consultados, y otros hablan de la desesperación que tienen para salir del país: “prácticamente estamos huyendo por el hambre. Tengo un niño recién nacido, dejo a mi esposa, hermanos menores y padres, para ver qué consigo. Voy a Ecuador, donde me dicen no están jodiendo mucho y trabajaré en lo que salga. Yo soy ingeniero, pero eso después que uno pasa la frontera no vale de nada”, destacó Arickson Bustamante, quien dijo que venía de Barquisimeto.
Cualquier sitio es bueno para dormir
En San Antonio del Táchira, a lo largo de la avenida Venezuela, está tomada por los visitantes, duermen hasta en el cementerio, en las calles hacen sus necesidades, cualquier lugar es bueno para dormir y pasar el tiempo, hasta que le hacen el contacto del otro lado, para tomar viaje a done los lleve el destino.
El alcalde del municipio Bolívar, William Gómez, dijo que San Antonio está sobre los 65 mil habitantes y con este flujo migratorio, la población flotante está sobre los 125 mil, “lo que nos genera contratiempos, porque se triplican los servicios públicos y tuvimos problemas con la ocupación de espacios públicos, que afortunadamente se han ido rescatando”.
Sin capacidad hotelera
Ni en San Antonio, ni en Ureña, hay suficiente capacidad hotelera para albergar a tanta gente que a diario intenta cruzar la frontera. “Todo está ocupado, aquí no hay dónde hospedarse”, dijo la señora Odila Salas, quien buscaba desesperadamente un lugar donde quedarse, pues un familiar venía de Colombia a buscarla y necesitaba por lo menos pasar decentemente la noche, “porque he visto las calles abarrotadas de gente, haciendo pipi y popó donde les da la gana; esto es desastroso, lo que está pasando con el pueblo venezolano, que por la crisis económica está saliendo de manera desesperada del país”.
La marea comienza a las 6:00 de la mañana
de San Antonio. (Foto/ Omar Hernández)
Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, destacados en la Aduana de San Antonio, ratificaron que la “marea” humana comienza a las 6:00 de la mañana, cuando se abren los puntos de controles para el paso por el puente: “tenemos que apartarnos, porque nos tumban; menos mal que se ha organizado con cuerdas para que todos puedan pasar sin contratiempos pero es mucha la gente que por aquí pasa”.
El alcalde, William Gómez, se atrevió a dar cifras, de entre 30, 40 o 50 mil personas que a diario circulan por el puente internacional Simón Bolívar; en horas de la tarde retornan unas 10 mil, el resto va a otros destinos; mientras la cotidianidad de San Antonio y Ureña está cambiada totalmente.
Mejoran aspecto del puente internacional Simón Bolívar
Texto.- Varios arreglos para mejorar el aspecto del puente internacional Simón Bolívar, inició el Destacamento 212 de la Guardia Nacional Bolivariana de San Antonio, según informó el comandante, teniente coronel Tomás Vera Contreras.
La intención es que los usuarios del puente, que van rumbo a Colombia o quienes retornan, tengan una mejor movilidad, “que todos se sientan bien, donde colocaremos puntos de hidratación, sobre todo en las horas de mayor calor”.
—Estos arreglos ayudan a tener una visión exacta de quiénes transitan, para evitar el contrabando, sobre todo el de alimentos, que es lo que más se está atacando; tenemos que mejorar la imagen de la entrada a nuestro país, con la colaboración de nuestra Guardia Nacional -señaló el comandante-.
Dijo que con la instalación de la Policía Migratoria se logrará un mejor control, porque el trabajo de soberanía debe hacerse con toda rigurosidad, brindando atención especial a quienes nos vistan o salen del territorio nacional.
Augusto Medina
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