Reportajes y Especiales
ESPECIAL | El llamado del Santo Cristo suena como notas musicales
5 de agosto de 2023
Daniel Pabón
Una. Dos. Tres… Son tres las llamadas que Jesús hace a cada uno a lo largo de la vida, en palabras del papa Francisco. Empieza por la llamada a la vida, bajo la cual constituye a la persona humana. Prosigue con la llamada a la fe, en la que invita a formar parte de su familia, como hijos de Dios. Y remata haciendo una tercera llamada, a un estado de vida particular; esto es, a “darnos a nosotros mismos”, dice, desde el camino del matrimonio, del sacerdocio o de la vida consagrada.
A la familia Baricot los sorprendió esa tercera llamada el día jueves de la Semana Santa de 2022. Entonces surgió la necesidad de animar la hora santa al monumento del Santuario Diocesano del Santo Cristo de La Grita.
Junto a su hija Sofía, Engelberg Baricot preparó cuatro canciones para acompañar esa jornada de oración. Cumplieron, y cubrieron la necesidad del momento. Pero, después de escucharlos, el párroco-rector del santuario, el presbítero Delvis García, les pidió si podían pertenecer al coro.
Claro que tenían razones para asombrarse. No solo porque una adhesión coral no estaba en sus planes, sino porque Engelberg es técnico superior en Mecánica industrial y Sofía era hace año y medio una estudiante de quinto grado de primaria. No se sentían una familia de músicos, ni se habían dedicado formalmente a las artes de combinar sonidos y componer rimas.
Después de un tiempo que quizás se podría calificar de “tibieza espiritual” (otra expresión del papa Francisco), Engelberg sintió esa invitación del padre Delvis como un llamado de Dios a que su fe individual y la fe familiar trascendieran. La tercera llamada.
¿La sentirán muchos otros más durante la peregrinación de este domingo, 6 de agosto? La Iglesia local de San Cristóbal celebra 413 años de devoción al Santo Cristo de La Grita, patrono del Táchira y protector de los Andes venezolanos. Considerada por la Diócesis como la canción oficial de este 2023, “Rey de reyes”, como se titula, lleva la firma de Engelberg y Sofía. Padre e hija la compusieron, y ella la canta a sus 11 años.
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“Tembló la tierra y una luz nos trajo la esperanza / de un tronco seco un ángel talló el rostro del amor de mi alma”, empieza la canción de Sofía.
De repente, todo se conjugó. Engelberg y Sofía empezaron a servir en el coro del Santuario Diocesano, el complejo arquitectónico emplazado a la entrada de La Grita donde la imagen del patrono permanece desde el pasado domingo, 23 de julio, de brazos abiertos a sus peregrinos, y de donde sale en procesión este domingo 6 de agosto hasta su casa tradicional, que es la basílica del Espíritu Santo. Más de 6 kilómetros de oraciones, cánticos, homenajes y honores por una ciudad revestida por todos lados con las banderas rojiblanca del Santo Cristo, albiceleste de María de los Ángeles y amarilla con blanco de la Iglesia católica.
Sirviendo en el ministerio musical, se sentían más próximos a Jesús y la Iglesia. Con el paso del tiempo, se acercaba también la festividad 2022 del Santo Cristo. Surgió entonces la iniciativa de un festival para escoger la canción oficial del año pasado. Faltando pocos días para la fecha tope de entrega de los temas que serían sometidos a concurso, Engelberg y Sofía se animaron a componer.
El papá había visto un tutorial de YouTube sobre teoría musical en el cual se hablaba del sentimiento que emiten los acordes. En ese contenido se decía que las tonalidades de fa mayor generan mayores sentimientos de fraternidad. Lo tomó como clave.
Sentados en el rincón de la casa destinado al rezo del santo rosario, empezaron a escribir: Ella sugería un verso, y él se lo completaba con el siguiente, o él proponía una idea y ella se la mejoraba. Con la paz que puede brotar del espacio hogareño consagrado a la oración, nació una canción en más o menos dos horas. “Eres tú”, la titularon. Y la madre de Sofía, Yajaira Guerrero, que también es parte de este proyecto, estuvo de acuerdo.
Engelberg y Sofía pensaron en grabarla con el celular de papá, pero Yajaira los animó a hacer algo con mayor calidad. Así, buscaron apoyo en dos jóvenes reconocidos en La Grita por sus destrezas para la producción musical: Leo Márquez (@lewolfmusic) y Jesús Rojas (@imjerz_), del estudio @lyricsandmic. Porque en La Grita, cuando algo es para el Santo Cristo, prácticamente nadie dice que no.
Con la pista musical de fondo, Sofía cantó en vivo “Eres tú” el día de la gala del festival. Lo ganó, pues con el tema también acumuló la mayor cantidad de corazones de “me gusta” en la red social Instagram. En un gesto de desprendimiento, la familia decidió que el premio en metálico fuese cedido a un músico invidente del pueblo que enfrenta desafíos con su audición.
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“Y en procesión contemplar, con fuerza en hombros llevar / al Santo Cristo… Él salvó nuestras vidas, cambió nuestro andar”, continúa la segunda estrofa de la canción de Sofía.
Si bien este año no hubo festival de la canción del Santo Cristo, a Engelberg y Sofía les nació la iniciativa de componer e interpretar un nuevo tema para la festividad 413 del patrono del Táchira. Un buen día también tuvieron la iniciativa de presentárselo al director de Comunicaciones de la Diócesis de San Cristóbal, el presbítero Jean Carlos Yepes, quien la escuchó y le gustó. En una comunicación dirigida a los medios fue distribuida como la canción oficial 2023.
“Rey de reyes” es, en palabras de Engelberg, un tema que conjuga un contenido profundo y un toque musical pegajoso. Con 3 minutos y 10 segundos de duración, el video oficial de esa canción está disponible desde su estreno, el pasado 28 de julio, en el canal de YouTube de Sofía Baricot. La cuenta de Instagram @santocristodelagrita también lo publicó el 1° de agosto. En las primeras 24 horas de publicado ya había superado los 2.000 “me gusta”.
La niña y el padre no son los mismos de aquel Jueves Santo.
Sofía, que acaba de ser promovida para séptimo grado, se encamina como cantante católica mientras cursa clases de piano y de teoría musical en la Escuela de Música Santa Cecilia, uno de los valores culturales mejor atesorados de la tan mentada Atenas del Táchira.
Con responsabilidades compartidas con el equipo del coro del Santuario Diocesano, Engelberg ha transitado de ser músico empírico a buscar preparación en educación musical. Estudia un curso digital de música católica y quiere empezar teología.
La tercera llamada, rindiendo sus frutos.
Así como actúa en ellos, los peregrinos dicen que Jesús llama a otros miles cada año, durante los primeros días de agosto: desde por lo menos cinco rutas de peregrinación, la mayoría de montaña, caminan trayectos de 30, 50, 80 y hasta más de 100 kilómetros. Es un sacrificio corporal para pedir favores o agradecer los ya recibidos por la gracia de Dios. Si por algo tienen mundialmente al Santo Cristo es por milagroso.
Otros pies, se arriesgan a más.
Desde la catedral de Mérida partió el 31 de julio un grupo de médicos, encabezado por el ginecobstetra carabobeño Jorge Pérez, conocido como “el peregrino de la salud”. Planificaron 6 días de romería, en una ruta de 233 kilómetros.
De la basílica de Maracaibo salió el 18 de julio Jesús Paucar, el hombre que años atrás ha vestido de Nazareno con corona de espinas y una cruz tricolor a cuestas. Su ofrenda, esta vez: 20 días en camino. 405 kilómetros. Lo hace, dijo al salir, por la conversión de Venezuela, por los enfermos y los migrantes.
La Gobernación del Táchira estima que este agosto de 2023, cerca de medio millón de peregrinos están llegando a los pies del Cristo. Para cuidarlos, están desplegando un operativo con más de 1.200 funcionarios de distintos cuerpos de seguridad, atención y orden público. Lo viene diciendo el obispo diocesano, Mario Moronta: La Grita es la Jerusalén de Venezuela.
“Cada quien tiene una herida que quiere sanar cuando llega al Santo Cristo”, expresa, desde el alma, la vocera de la Asociación de Apoyo a los Peregrinos del Santo Cristo de La Grita, Esmeralda Díaz. Esta devota de origen colombiano, enraizada en San Cristóbal desde 1974, cumple 23 años ininterrumpidos coronando esta caminata de fe. Ni en 2020, el período más restrictivo de la pandemia, se privó de ir: “Nos fuimos cuatro, tres hombres y yo, pero fuimos”.
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“No tengas miedo, déjalo en sus manos, Él nunca te falla / sonríe y vive, no dejes de soñar, sólo Dios basta”, prosigue la tercera estrofa de canción de Sofía.
En esta historia no importa que Engelberg haya nacido en Caracas, como la niña, quien al mes de bautizada viajó en brazos para radicarse con la familia en La Grita, de donde es oriunda la madre. La fe en el milagroso Santo Cristo estalla como un sentimiento realmente nacional, que hace mucho tiempo desbordó las montañas que circundan el valle del Espíritu Santo.
Cada 6 de agosto no solo la Presidencia de la República y los líderes políticos y sociales de prácticamente todas las formaciones partidistas se expresan en sus redes sociales con plegarias al patrono. Son también las distintas parroquias de la geografía nacional, sobre todo las regentadas por sacerdotes tachirenses, desde las cuales se irradia oración al Rostro Sereno. Es su bendición en forma de calcomanía pegada en los vidrios de centenares de camiones que surcan las carreteras abasteciendo al país con las verduras y hortalizas de la alta montaña jaureguina. Y son los migrantes, esos nuevos embajadores de la fe, promotores de oficios religiosos en Santiago, en Quito, en Lima, en Bogotá o en Madrid. Se trata de una devoción ya globalizada. Sin fronteras.
Engelberg está convencido de que la fe se fortalece conociendo a Jesús. “Y nosotros hemos conocido más a Jesús a través de la música”, afirma, al confesar su historia a Diario La Nación.
En sus letras, que también han estado dedicadas a Nuestra Señora de los Ángeles, la patrona de La Grita y madre del Santo Cristo, han querido dar un vuelco, para que la gente entienda que, si bien es importante la imagen, lo verdaderamente fundamental es la esencia que transmite, es a quien nos lleva ese ícono, que no es otro que al mismo Dios, dice.
La del Santo Cristo es una representación icónica del Señor crucificado propia del arte barroco. De proporciones humanas muy reales (mide 1 metro con 75 centímetros), fue tallada en cedro cortado del campo de Tadea, a las afueras de La Grita, por un fraile franciscano de nombre Francisco que encomendó la obra como consuelo tras el terremoto del 3 de febrero de 1610.
La tradición oral, rescatada después por la palabra escrita de Emilio Constantino Guerrero (1866-1920), asegura que un ángel bajó del cielo a terminar la talla del rostro mientras Francisco caía en éxtasis, lo que los religiosos interpretaron como un milagro.
Desde 1610 este ícono de Jesús entregando su espíritu al Padre desde la cruz se venera en La Grita. En 1883 monseñor Jesús Manuel Jáuregui lo declaró “vigía del pueblo” y en 2007 el obispo Mario Moronta lo decretó patrono del Táchira y protector de los Andes venezolanos, aunque continúa abierta y hasta refrendada con firmas la petición a la jerarquía eclesiástica de que sea proclamado de manera formal como Protector de Venezuela.
“El Santo Cristo no es un Dios allá lejano, sino que siempre está cerquita de nosotros. Es un Dios vivo, un Dios real. Entender esto ha cambiado nuestra vida de fe”, dice Engelberg.
“Rostro sereno es, el de Jesús”, termina la canción de Sofía.