Reportajes y Especiales

El Papa que marcó una era en la Iglesia Católica

7 de abril de 2025

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Víctor Matos

Hace veinte años, el Vaticano y el mundo cristiano amanecieron de luto tras la infausta noticia del sensible fallecimiento de Karol Josef Wojtyla, reconocido como “el Papa Peregrino” que dio la vuelta al mundo recorriendo 104 países a lo largo de cinco continentes, hablando en su mayoría en el propio idioma local y en donde dejó su semilla de fe y amor y propagó la justicia humana.

Había nacido el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, pequeña ciudad polaca en donde sufrió la invasión alemana de los nazis que inició la segunda Guerra Mundial, y en donde trabajaba en una mina mientras en horas nocturnas se formaba para el sacerdocio.

Fue el artífice durante su presencia mundial en la Iglesia de San Pedro, para la caída del comunismo, sobre todo en Europa del Este, y llevó su mensaje a todos los pueblos del mundo, incluyendo América Latina, con su palabra alentadora en medio de su fecunda acción y el carisma que le rodearon ante el cariño de las masas que acudiera a cada una de sus visitas.

Juan Pablo II está reconocido como el pontífice de mayor influencia en la historia contemporánea, y quien fuera víctima de dos atentados, uno de los cuales le hirió seriamente; sin embargo perdonó a su agresor y se dice que de este criminal ataque le surgió la enfermedad conocida como el mal de Parkinson que finalmente minó su existencia.

Fue quien acuñó la terrible frase sobre “el capitalismo de la fe cristiana” que le acompañó hasta sus últimos días.

La Iglesia, a través del Colegio Cardenalicio lo ungió como Papa el 16 de octubre de 1978, convirtiéndose en el ilustre prelado no italiano en más de cuatro siglos, cuando contaba con 58 años de edad, reconociéndose así como el Papa más joven frente a sus antecesores.

Demostró ampliamente su profundo amor por la humanidad, la valentía en sus planteamientos y su gigantesca capacidad para alternar con las diferentes culturas que incluso lo llevó a países de ideologías opuestas como Egipto y Cuba, e intercambió saludos con otras religiones a lo largo de su peregrinaje.

Sufrió mucho en su juventud tras la invasión de las tropas de Adolfo Hitler a su país, Polonia, lo que no lo intimidó para hacerse sacerdote y trascender en su formación católica hasta empinarse como el más recordado representante de Cristo en la Tierra a través de sus mensajes y defensa de los más necesitados.

Juan Pablo II fue elevado a los altares por su santa trayectoria y su ejemplo que dejó como legado final a las nuevas generaciones que anhelan cada vez más un mundo mejor de amor y paz para todos.

Juan Pablo II visitódos veces a Venezuela

Tanto en 1985 bajo la presidencia de Jaime Lusinchi como en 1996 durante la segunda magistratura de Rafael Caldera, el papa Juan Pablo II llenó de entusiasmo a todo el país, que le demostró su devoción en sus magníficas visitas que quedaron por siempre en los corazones de millones de personas que le acompañaron en sus hoy recordadas giras.

Al arribar a Maiquetía, en ambas ocasiones, besó de rodillas el suelo patrio para estar entre el 26 y 29 de enero, recorriendo Venezuela, invitado por la Conferencia Episcopal.

Llevó su mensaje de fe y esperanza por toda Caracas, Maracaibo, Mérida y Ciudad Guayana, dando la bendición a millares de católicos que asistieron a sus misas mañaneras, en una de las cuales, en Puerto Ordaz, recibió el himno a su gracia cantado por un niño guayanés.

Incluso en Mérida obsequió sendos rosarios a dos periodistas tachirenses: Orfilia Contreras de Diario Católico y a Gerardo Castro, reportero gráfico de Diario La Nación, dejando así una impronta de amor, sencillez, humildad y fe por esta nación.

Víctor Matos