Este domingo 29 se celebró el Día Mundial de la Lucha Contra el Accidente Cerebrovascular (ACV),  patología que es la segunda causa de muerte a escala mundial y, además, es la principal causa de discapacidad en la edad adulta.

Esta trágica afección que hace tanto daño, es, sin embargo, previsible, prevenible y evitable, razón por la cual organismos médicos en todo el mundo destinan este día para educar a la población, en su afán de reducir en lo posible el número de víctimas.

Entre los que sobreviven, se estima que 90 % de los casos lo hacen con algún tipo de discapacidad y de ellos, 50 % requiere ayuda de otros para desempeñarse en sus actividades de la vida cotidiana, y solo uno de cada diez afectados se recuperará 100 por ciento.

¿Qué es un ataque cerebral? 

El ataque cerebral es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza.

Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden funcionar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de funcionar. Los efectos de un ACV son a menudo permanentes, ya que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar.

¿Cómo puede prevenirse el ataque cerebral?

Afortunadamente, por medio del reconocimiento temprano de los signos de un ACV y la búsqueda inmediata de atención médica, se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad.

Si bien el riesgo de sufrir un ataque cerebral no puede eliminarse por completo, puede trabajarse para disminuir la probabilidad de sufrir un evento mediante: Controles médicos regulares, estricto control de la presión arterial, abandono total del cigarrillo; optimización y seguimiento médico de la dieta; ejercicio físico bajo supervisión médica; control estricto de la diabetes, y de las enfermedades del corazón.

Una rápida reacción salva vidas

De acuerdo con la opinión de destacados especialistas, desde el momento en que se da el infarto mueren casi 2 millones de neuronas por minuto. Es por esto que el tiempo es tan importante para mitigar sus consecuencias. Unos 15 minutos salvan mucho cerebro, destaca  Gabriel Persi, médico argentino, neurólogo especializado en enfermedades cardiovasculares.

Ante la presencia de un ACV es importante actuar de manera rápida y decisiva, “trasladando al paciente a un centro preparado para tratar estos casos. Esto se debe a que existe un margen de tres horas para instrumentar un tratamiento que cambie la sobrevida y evolución de estos pacientes”.

¿Cuáles son los síntomas para saber si una persona sufre un ACV?

Los signos a tener en cuenta son: trastorno en el habla, debilidad de comienzo súbito en el brazo (puede o no acompañarse con debilidad en pierna), asimetría facial, dolor de cabeza de gran intensidad, pérdida de la visión de un ojo o visión borrosa.

Nueve verdades sobre los ACV

* El ACV se puede dar a cualquier edad, incluso antes del nacimiento. Sin embargo, el riesgo de sufrirlo se duplica cada década, desde los 55 años.

* Tener hipertensión cuadriplica el riesgo de sufrir un accidente de este tipo.

* Fumar duplica y hasta triplica el riesgo de un ACV, tanto para el fumador como para el fumador pasivo.

* Consumir entre 3 y 5 porciones de frutas y/o verduras diarias reduce en 11 % el riesgo de tener un ACV, mientras que comer 5 porciones lo reduce en 26 %.

* Hacer actividad física disminuye entre 25 y 30 % el riesgo de ACV, ya sean 150 minutos por semana de actividad moderada o 75 minutos de ejercicio intenso.

* Quienes tienen trastornos del sueño como apneas obstructivas severas o incluso ronquidos, son más propensos a sufrir un ACV.

* El estrés y la depresión son factores de riesgo de gran importancia.

* Vacunarse contra la gripe reduce el riesgo de ACV.

* El mal estado dental aumenta la posibilidad de tener un accidente cerebrovascular.

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