Salud
Desigualdades de género arrojan a las mujeres a los servicios de salud mental
15 de febrero de 2024
Casi 70 % de los requerimientos de asistencia psicológica son realizados por mujeres; el motivo tras las mayoría de las solicitudes son las consecuencias de las brechas de género
Por Génesis Daniela Prada
En el centro de especialidades en salud mental Psiconectando se llevó a cabo la actividad Terapia y Té, un grupo terapéutico dirigido por las psicólogas y psicoterapeutas Mariangeles Huiza y Luz Contreras. Al encuentro se presentaron 11 personas. Nueve eran mujeres.
La participación mayoritaria de un género en particular no sorprendió a las especialistas, pues confirmaron una realidad conocida: las mujeres predominan en los espacios de atención psíquica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) precisa que el género “determina la salud mental y las enfermedades mentales”. Es decir, las probabilidades de desarrollar un trastorno psíquico resultan influenciadas por el factor género.
Además, los estereotipos socialmente impuestos juegan un papel categórico en el acceso a cuidado en salud mental, detección temprana, medicación y apoyo, apunta la autoridad internacional en materia de salud.
Según la jefa ejecutiva de contenido de Therapyside, Isabel Aranda, solo el 30 % de las personas que recurren a terapia son hombres. El motivo se halla en la educación emocional diferenciada entre mujeres y varones, y la cultura machista.
“Prevalece un fuerte prejuicio a favor de que los hombres sean más racionales y menos expresivos», dijo la psicóloga sanitaria en entrevista con el diario ABC.
El sistema de creencias patriarcal adjudica a las mujeres características “propias” de la feminidad como subordinación, pasividad y emocionalidad, mientras los rasgos de poder, fuerza y control son asignados a los hombres. Estas pautas tradicionales de comportamiento intervienen en el acercamiento mayoritario de un colectivo a los servicios de salud mental.
“El sexo femenino ha sido considerado históricamente débil, por ello se asume a las mujeres hipersensibles por naturaleza, y se acepta -o aprueba- que comuniquen sus emociones, mientras los hombres permanecen sujetos a señalamientos si se muestran vulnerables, analiza Huiza.
Si bien Terapia y Té no se basa en el tratamiento de la violencia basada en género contra la mujer, implementa este enfoque en los casos necesarios al reconocer que las desigualdades sociales causadas por el género atraviesan las historias de las mujeres, y son catalizadores en la búsqueda de ayuda psicológica.
“Las mujeres tienden a acudir más veces y antes a los servicitos generales y también manifiestan más quejas psicosociales debido al rol de cuidadoras, que deriva en estrés crónico, problemas de ansiedad y depresión”, ejemplifica la OMS.
Huiza señala que las ideas sexistas privan a las mujeres de oportunidades e impiden su desenvolvimiento en distintas áreas vitales, “circunstancias que provocan muchas más consecuencias a nivel psicológico”.
El I Estudio del Impacto Social en el Bienestar Emocional elaborado por Therapyside contabilizó que 68,9 % de las solicitudes de terapia online registradas en 2022 fueron realizadas por mujeres. La autoestima y la ansiedad fueron los motivos principales tras las consultas.
Aunque la violencia de género no sea siempre la razón por la cual una mujer acude a terapia, sea individual o grupal, se encuentran huellas de esta clase de violencia en todos los testimonios.
“En cada historia de mujeres que he acompañado está presente la violencia ejercida por la sociedad contra ellas; toma forma en las frustraciones a causa de oportunidades negadas por su género hasta llegar a los extremos del abuso en cualquiera de sus tipos”, afirma la especialista de Psiconectando.
Un té para comenzar…
“La creación de Terapia y Té tiene por objetivo principal promover la terapia grupal; desmitificar por medio del acompañamiento la concepción de vivir el sufrimiento en soledad”, afirma Huiza.
El hilo conductor de todas las sesiones es una taza humeante de té. La calidez y relajación asociadas a la bebida son -de hecho- elementos medulares de la atmosfera propiciada por las psicólogas en las dinámicas.
De acuerdo con la psicoterapeuta, socialmente ha resultado naturalizado atravesar las experiencias emocionales en aislamiento. Exponer la tristeza o la rabia, por ejemplo, sería un comportamiento inaceptable porque quien enseña su dolor es considerado/a frágil.
Por lo tanto, romper con tal estigma se convirtió en tarea fundamental para Huiza y Contreras. A fin de alcanzar la meta, diseñaron un espacio seguro estableciendo reglas infranqueables: cada historia es válida y ninguna está sujeta a discriminación.
Inhabilitar los juicios de valor en el grupo terapéutico da lugar a la confianza, y permite percibir a las narrativas individuales como invitaciones sutiles a superar el silencio, abrir el mundo interior y comunicar las vivencias personales.
“Otra de las normas, también aplicada en la terapia privada, fue responder a profundidad la pregunta ‘¿cómo estás?’. No aceptamos un simple ‘bien’ o ‘mal’. Esas expresiones dicen muy poco e impiden el acompañamiento”, resalta.
En sus roles de facilitadoras y principales apoyos durante la actividad, las profesionales reforzaron el uso de la conversación y la escucha activa para propiciar el respeto entre los y las asistentes, asimismo aseguraron mediante ambos mecanismos la confidencialidad de los testimonios.
“Muy pocas personas están dispuestas a compartir sus experiencias en grupo. No los culpo. Sé cuán difícil es exponer el dolor propio ante desconocidos. El no tener ningún control sobre sus reacciones aumenta la aprehensión. Y el miedo a ser invalidados o rechazados -aunque sea legitimo- contamina también las ideas respecto a esta metodología terapéutica”, reconoce la psicóloga.
Ofrecer protección y respaldo fue primordial para las especialistas en respuesta a los estigmas sociales alrededor de la salud mental y la terapia grupal, en tanto, los prejuicios producto de la desinformación obstaculizan la voluntad de buscar atención psicológica.
El grupo terapéutico Terapia y Tées una iniciativa privada del centro de especialidades en salud mental Psiconectando, ubicado en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira. La primera edición será de ocho sesiones, y los encuentros se realizan los jueves cada 15 días. Si necesitas ayuda puedes encontrar más información en https://psiconectando.com/inicio/contacto/
*Esta publicación pertenece a la Red de Mujeres Constructoras de Paz en alianza con Diario La Nación