Con un llamado de atención a cuidar el oído para escuchar toda la vida, esta semana, desde el 28 de febrero hasta hoy viernes 4 de marzo, en Venezuela, la Sociedad de Otorrino celebra la Semana de la Audición, cuya fecha central fue este jueves, 3 de marzo.
El doctor Carlos Rodrigo, otorrinolaringólogo, contextualizó que en el mundo 1.500 millones de personas viven con algún grado de pérdida de la audición. Se dice que de esta población en general un 5 %, más de 400 millones, necesitan servicio de rehabilitación auditiva.
—La pérdida de la audición se puede deber a muchísimas causas: genéricas, complicaciones en el parto, otitis crónica y ciertas enfermedades infecciosas que se ven comúnmente en zonas bien deprimidas económicamente, porque lamentablemente las personas que se afectan más de los oídos son de bajos recursos— explicó.
Además, está la exposición al sonido -subrayó-, llamada trauma acústico, que actualmente tiene una importancia relevante por la exposición a los sonidos en diferentes sitios, los audífonos en los jóvenes, fiestas, sitios donde se está expuesto a ruidos.
También está el uso de medicamentos ototóxicos, sobre todo en los pacientes con cáncer, los cuales tienen exposición a quimioterapia, y algunos antibióticos que se utilizan en el área de terapia intensiva neonatal también pueden dañar los oídos.
A estos factores debe sumarse el envejecimiento, que es el normal proceso de envejecimiento de órganos y sistemas, que incluye el oído y por supuesto, en la medida que pasa el tiempo afecta, por lo general a la persona de más de 60 años.
—En los niños se estima que el 60 % de la pérdida auditiva se debe a causas altamente prevenibles, o sea que se puede actuar — dijo el doctor Rodrigo.
Niveles de la pérdida de audición
Se habla de una pérdida de audición discapacitante-refirió- a una pérdida superior a 35 decibeles; por lo general, una persona que escucha normal, va de cero a veinte decibeles, entre veinte y cuarenta ya se trata de sordera leve; entre 40 y 60, una sordera moderada; los registros entre sesenta y ochenta, una sordera severa, y más de ochenta decibeles se maneja como una sordera profunda.
Hay factores que pueden llevar a una pérdida de audición, ente ellos los hereditarios, infecciones intrauterinas durante el embarazo de la madre; cuando el bebé nace es muy importante la asfixia perinatal, que es ausencia de oxígeno en el momento del parto; hiperbilirrubimenia, bajo peso al nacer, ya cuando el niño crece la otitis crónica supurativa, presencia de líquido en el oído, meningitis.
En la edad adulta, múltiples situaciones dañan el oído: el tabaquismo, enfermedades crónicas y sordera súbita, que es muy frecuente en la población en general.
—Hay factores a lo largo de la vida, desde tapones de cerumen, que es lo más básico que puede producir sordera, hasta un traumatismo en la cabeza o el oído—refirió el doctor Rodrigo.
Daños que marca la vida
Esto trae como consecuencia la afectación de la vida de las personas, principalmente en la comunicación y el habla, educación y empleo; en los países en desarrollo, los niños con pérdida de audición y sordera rara vez se escolarizan, porque regularmente no van a la escuela, tienen que incluirse en programas de lenguaje de señas, y entonces se afecta el desarrollo normal de un ser humano, porque tiene la discapacidad auditiva-verbal.
—Eso conlleva altas tasas de desempleo y afecta la economía de un país, al mismo tiempo que la persona que tiene la discapacidad auditiva está aislada socialmente, son personas solas y eso lleva a la depresión y, por supuesto, hay un estigma social incluido— expuso el otorrinolaringólogo.
Atento a cualquier evento en el oído
Ante esta situación, la prevención es muy importante, de hecho, este punto se trata en las campañas que se llevan a cabo esta semana a nivel mundial, hacer entender que hay estrategias de salud pública, introducciones clínicas que se pueden realizar desde el nacimiento, hasta el final de la vida, sostuvo el especialista.
—Sobre todo en los períodos prenatales y perinatales, hay que tener mucha precaución con respecto a las estrategias eficaces, como la vacunación, buenas prácticas de atención materna en el período pediátrico; el asesoramiento genético es importante cuando hay antecedentes de sordera en la familia, y además está la detección y tratamiento de enfermedades comunes del oído, que a veces son muy frecuentes y pueden afectar la audición— aseveró.
Más cuidado
En tal sentido, agregó que son necesarios los programas de protección de la audición en el ámbito laboral, en obreros de la construcción; la gente que trabaja en fábricas debe usar protectores auditivos y evitar la exposición a ruidos y productos químicos que puedan dañar el oído.
Una vez hecha la detección de la pérdida auditiva en los diferentes grupos de edad, para evitar esas repercusiones tan negativas en el futuro, es necesario comenzar a tratarlas lo antes posible y de una manera adecuada.
Expresó que dentro de las medidas que se tienen para la rehabilitación de las personas están: el uso de las tecnologías auditivas, los audífonos, los auxiliares auditivos, implantes cocleares en casos de sorderas profundas; implantes de oído medio, terapias rehabilitadoras para mejorar las habilidades perceptivas, y desarrollas las capacidades lingüísticas y de comunicación que tanto necesita el ser humano para desarrollarse normalmente.
Secuelas del postcovid
Con respecto a las secuelas que pueda dejar el covid-19 en la audición, resaltó que se describen muchas, pues la gente refiere que pudiera haber presencia de pérdidas auditivas asociadas a tinnitus o acúfenos, que es ese ruido bastante fastidioso, molesto, en el oído, que se presenta después que pasó el episodio covid-19, es decir, quedaron esas secuelas.
Han estado más expuestas a este tipo de secuelas las personas que se han complicado con covid-19, por ejemplo, las que estuvieron expuestas a terapias de oxígeno, por deficiencia respiratoria o el uso de algunos agentes antimicrobianos que pudieran dejar secuelas.
Recordó que el covid-19 en principio se ha tratado como una enfermedad tipo vascular por la inflamación que produce en el endotelio vascular, y es de recordar que todos los órganos del cuerpo tienen irrigación y deberían tener niveles adecuados de oxigenación.
–De presentarse esta situación, hay que hacer seguimiento a los pacientes, escucharlos cuando refieren que después del covid-19 presentaron pérdidas auditivas o estos sonidos como tinnitus, para hacer estudios como la audiometría, a fin de ver el grado de afectación y ver qué tipo de tratamiento médico o quirúrgico se puede hacer para limitar el daño, si no se puede mejorar al 100%— concluyó.
Nancy Porras