Schola Cantorum en el Táchira
23 de noviembre de 2024
El padre Joel Escalante precisó que la mayoría de las familias no tienen dólares para comprar las medicinas. Le preocupa la cantidad de enfermos covid-19 que están en sus casas y no forman parte de la lista nacional
Al Banco de Medicinas de la parroquia El Buen Pastor, de Puente Real, no cesa la llegada de personas en busca de medicamentos para pacientes covid-19. Todos los días muestran sus largas listas de exigencias médicas para sanar los males.
“Lo que más se ha repartido ha sido el Clexane y la Desametasona, pero es lamentable ver que algunas familias, para calmar el dolor de sus parientes, solo tienen unos pesos para comprar Dexametasona, en el kiosco, frente al ambulatorio de Puente Real, que es para lo único que les alcanza el dinero. Nadie tiene dinero para el Rendesivir. Nadie tiene dinero para comprar en dólares esas medicinas tan caras”, respondió el padre Joel Escalante, responsable de la parroquia.
De acuerdo con las relaciones con su feligresía, “cada día la situación empeora en nuestras comunidades. Tanto así, que en muchas familias hay tres o cuatro de sus integrantes contagiados de covid-19, números que no son contabilizados a nivel estadístico por el Gobierno nacional, incluso las cifras de muertes”.
Atenciones en centros de salud
El sacerdote dijo que hace varios días visitó a su amigo, el comisario William Altamiranda, quien está hospitalizado por covid-19 en el hospital del Seguro Social, y se admiró del servicio que prestan los médicos y las enfermeras.
“Hemos criticado a las mafias que hay en el Hospital Central; incluso algunos pacientes que no tienen covid vienen a hablar conmigo, por ejemplo, gente que tiene que operarse de la vista y si no le compran los insumos al médico tratante, entonces no los operan; así ocurre en Traumatología y otras áreas”, expresó.
Precisó que en el hospital del Seguro “me llené de esperanza, al ver las atenciones que se les están brindando a los enfermos covid, y sé que sucede lo mismo en el Hospital Central”.
Muchas muertes por infartos
El sacerdote está preocupado porque “se nos está muriendo mucha gente de otras enfermedades”.
— También quiero alertar que muchos vecinos en la comunidad expresan que se han enfermado de covid, en su fase leve, pero hemos tenido entierros en la puerta de la iglesia de gente que, después de tres o cuatro meses de ese covid leve, fallece de un infarto. Esos casos han sido muy seguidos. Antes los entierros eran por asesinato o por vejez, pero ahora la mayoría es por infarto — manifestó.
Recomendó a las personas seguir el control médico con los especialistas, porque la fase postcovid también es delicada.
Sobre la vacunación, aplaude que hayan llegado más vacunas y que varios vecinos se hayan vacunado, como él. Exhortó a no hacer caso de rumores, comentarios malsanos y “ese chismorreo, que solo hacen daño”.
—Pedirle mucho a Dios por la salud de todos. Esta enfermedad es diabólica, no la creó Dios, por lo tanto, no la podemos ver como un castigo de Dios, sino como una estrategia humana, de los poderosos, para hacer una especie de selección natural de la población — sostuvo.
Caos en Puente Real
Denunció el abuso y descontrol que hay con las licorerías en toda la ciudad y especialmente en Puente Real, donde los jueves, viernes y sábados todo se convierte en fiesta y no hay controles sanitarios.
Además, aprovechó para llamar la atención de las autoridades ante la apertura de licorerías cerca de la iglesia, el ambulatorio y la escuela. El llamado a las autoridades de la Alcaldía de San Cristóbal, personal de la Policía del estado Táchira, Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional.
José Luis Guerrero
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