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Sucesos
A más de un mes de la muerte de la docente por presunta mala praxis, no hay respuestas
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Han pasado 46 días desde la muerte de Katty Suárez, la docente que murió por presunta mala praxis médica en el Hospital Central. Su familia aún espera respuesta sobre las investigaciones que giran en torno al caso
Jhoana Suárez
Ha pasado más de un mes desde que Yaneth Ramírez vio por última vez a su hija, Katty Suárez. Con dolor y una tristeza marcada en su rostro, recuerda como «Kattica», su hija mayor, murió producto de un shock séptico provocado por la perforación de su intestino durante una cirugía de baja complejidad realizada en el Hospital Central.
Aunque Yaneth y otros familiares acudieron a las instancias correspondientes a hacer la denuncia, es decir al CICPC y Ministerio Público, a la fecha, 46 días después, ninguno ha dado respuesta sobre los avances en la investigación y la responsable de la cirugía continúa en sus funciones.
Yaneth desconoce cómo va la investigación: «Yo no sé nada, no me han llamado. Ellos nos pidieron todo y todo se lo llevamos, pero después de un mes no sabemos nada, no nos dicen nada».
Insistió en hacer un llamado a las autoridades para que trabajen con celeridad en el caso de su hija: «Yo solo pido justicia, no quiero que otra familia pase por lo que nosotros estamos pasando. Nosotros sabemos que hay una responsable y es la doctora, ella hizo la cirugía, perforó el intestino y no dijo nada, ella debió dejarla en observación y no mandarla para la casa, mi hija está muerta por eso».
Si bien Yaneth sabe que su hija no va a volver a la vida, sí quiere que se determinen las responsabilidades de quienes causaron su muerte y que se haga justicia: «Yo quiero dejar todo en manos de la justicia divina, mi hija no merecía morir por la irresponsabilidad de una doctora que no siguió los protocolos».
El caso
Yaneth recuerda perfectamente cuando Kathy Suárez, quien era docente de un colegio en Cordero, municipio Andrés Bello, ingresó a quirófano en el área de Ginecología y Obstetricia del Hospital Central de San Cristóbal para que le extrajeran un quiste de uno de sus ovarios. La cirugía se pautó para el miércoles 7 de agosto, y aunque fue la última en ser intervenida ese día, la ginecóloga encargada de su cirugía dijo que todo había salido bien.
El jueves fue dada de alta, y ese mismo día en horas de la noche comenzó a sentir el dolor en su espalda. Según la misma especialista, el dolor era producto de los gases. Tomando analgésico y los té que se acostumbran en estos casos, Katty fue empeorando.
El domingo 11 de agosto en la mañana fue sacada de emergencia al Hospital Central, donde fue intervenida quirúrgicamente. Pero ya era demasiado tarde para Katty, quien presentaba un shock séptico producto de una perforación intestinal, y a las 4 de la tarde falleció en la UCI del centro asistencial.
El certificado de defunción y la autopsia arrojaron el mismo resultado: shock séptico producto de una perforación intestinal.
Aunque la denuncia se hizo ante las autoridades competentes, estas no han dado respuesta. Tampoco ninguna denuncia reposa en el Colegio de Médicos del Táchira, donde están abiertos a recibir este tipo de casos para revisar el estatus de los médicos responsables de la cirugía y tomar las acciones administrativas correspondientes al caso que tienen que ver con el retiro temporal de la licencia para ejercer.
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