Parecía ser un robo de mil dólares que salió mal, pero en realidad fue un crimen producto de los celos y la infidelidad el caso del joven barbero Anthony Barreto, asesinado en la avenida Baralt de Caracas el sábado 30 de noviembre.

Anthony Joshue Barreto Núñez y Taylor Rafael Pérez Mota, trabajador y amigo, al parecer tenían más que una relación laboral y de amistad, según el periodista de sucesos Robert Lobo, quien dio detalles del asesinato al portal El Cooperante.

En conversación telefónica con el medio, Lobo explicó que tenía unos tres años siendo cliente fijo de Barreto, a quien describió como un joven trabajador y perseverante en su meta de tener un negocio próspero.

Joven trabajador

“Anthony se vino desde Trujillo a Caracas hace unos años, me decía que tenía como diez años en Caracas. Él empezó a cortar cabello en la calle con un toldito y un espejo. Luego de la pandemia empezó a cortar cabello a domicilio, iba a la casa de sus clientes. Gracias a su trabajo duro, reunió dinero y alquiló el local que tenía en la avenida Baralt donde lo encontraron muerto”, expresó.

“Era un chamo muy trabajador, estaba reuniendo dinero para comprar una vivienda para ampliar más el negocio. Muy juicioso con su negocio. El dinero que reseñó el CICPC que encontraron en la casa de Taylor, eran mil dólares que había cobrado tras reunir durante varios meses en bolso -susu-“.

“Barberos Logan” es un espacio muy pequeño, Anthony alquiló en principio solo un espacio, y luego el local completo. Con el tiempo el negocio fue creciendo, y contrató a varios barberos para poder atender a más clientes.

“Además de su trabajo como barbero y encargado del local, tenía tiempo yendo al gimnasio, era muy disciplinado con eso, era su hobby”.

Destacó que Anthony Barreto vivía en la barbería: “Se negaba a alquilar un apartamento o anexo para no tener más gastos, se quedaba allí a dormir en el local, tenía baño, un colchón y algunas comodidades”.

Relación con Taylor

Lobo detalló que Taylor tenía solo unos cuatro meses de haber llegado al local y empezó a mantener una relación con Anthony. Aunque era un secreto a voces, nada oficial entre conocidos y clientes.

“Entiendo que sus amigos, empleados y clientes no sabían que ambos tenían una relación, pero sí se les veía para arriba y para abajo juntos. Taylor era empleado de Anthony, tenía unos tres o cuatro meses trabajando allí, pero ya habían tenido problemas con familiares. Taylor le metió cizaña a Anthony para que despidiera a una mujer que era su familia y atendía la parte administrativa, le dijo que ella le robaba dinero y Anthony la despidió”, reveló.

¿Qué pasó esa noche?

Según la información de fuentes policiales, Taylor confesó que cometió el crimen cuando Anthony le descubrió unos mensajes comprometedores en los que se reflejaba una infidelidad de parte del victimario.

“Taylor era muy callado, solo interactuaba con Anthony en la barbería. Lo llegué a ver varias veces, pero no hablaba mucho”.

Según lo que confesó al CICPC –prosiguió-, Anthony le revisó el teléfono y le encontró unos mensajes comprometedores: “Taylor le estaba montando cacho; empezaron a discutir, se sintió acorralado, la discusión subió de tono, y con un bate que estaba en el local lo golpeó y lo mató”.

Tras cometer el crimen, Taylor robó los mil dólares en efectivo de una gaveta, con el fin de simular un robo y desviar las investigaciones, apuntó el director del CICPC, Douglas Rico, en Instagram. Dejó los teléfonos de Anthony en el lugar y huyó en su motocicleta hacia Antímano, donde desechó el bate y la ropa que llevaba al momento del asesinato en las aguas residuales del río Guaire.

«Además, se trasladó a su hogar, donde envió mensajes de texto al teléfono de la víctima para evitar ser descubierto. Posteriormente, lavó sus zapatos y escondió el dinero en la habitación de su madre. Al día siguiente, regresó a la barbería y notificó que había encontrado el cadáver de Anthony, intentando hacerse pasar por una víctima indirecta del supuesto robo», suscribe el texto del cuerpo detectivesco.

Entre las evidencias recuperadas se mostró el dinero robado a la víctima, una motocicleta Skygo Flash de propiedad del homicida y prendas de vestir manchadas con sangre.

Lobo subrayó que cuando se trasladó a la barbería el sábado para ver como periodista lo que había pasado, pudo ver entre las personas a Taylor:

“Él estaba allí, fue quien llamó al CICPC, y los investigadores al interrogarlo se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Él se debe haber quebrado, tal vez no aguantó el remordimiento y confesó todo lo que había hecho”.

“Pude ver cuando se lo llevaban en la patrulla. Iba normal, como si nada, a sangre fría”. (Con información de El Cooperante)

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