En continuidad de las investigaciones iniciadas en abril de 2019, cuando recibieron la denuncia por el secuestro de un líder social en el sector La Ortiza, municipio San Cristóbal, funcionarios del Conas Táchira, lograron esclarecer el hecho, estableciendo que la víctima fue asesinada y sepultada; además de capturar a dos de los implicados.
El domingo en la tarde, una comisión multidisciplinaria que acompañó al Conas, entre los que se hallaba la Fiscalía 33 del Ministerio Público, especializada en materia de Extorsión y Secuestro, así como un antropólogo y médico forense expertos del Senamecf y Cicpc, después de más de años y medio del hecho, se llevó a cabo la exhumación del cadáver de Edgar David Chacón Roa, de 45 años de edad.

Pese a que el plagio de Chacón Roa ocurrió el 19 de abril del año pasado, no fue sino hasta el 27 de ese mes, cuando la denuncia fue debidamente formulada ante el Conas, momento en el que los militares iniciaron las correspondientes averiguaciones, trabajo de campo y análisis telefónicos que permitieron, la identificación y captura de los autores materiales del hecho.

Estas aprehensiones fueron claves para resolver el crimen, en razón que fueron éstos, los que, al verse descubiertos, no tuvieron otra opción que confesar lo que habían hecho, así como el lugar en el que asesinaron y enterraron a la víctima.

Ober M. y Ricardo A., como quedaron identificados los detenidos, ahora a disposición de del Ministerio Público, llevaron a los militares hasta el área donde cometieron el crimen.
Sin embargo, el trabajo de la localización exacta de la fosa se hizo un tanto dificultosa y hasta frustrante, en razón que los sujetos, no recordaban la ubicación precisa.

Fue en el área montañosa del sector La Chucurí, municipio San Cristóbal, donde finalmente. tras varias excavaciones fallidas, se logró recuperar los restos de Chacón Roa, considerado por las autoridades, víctima de desaparición forzosa.

El 19 de abril de 2019, Edgar Chacón, luchador social conocido en los municipios San Cristóbal y Torbes, fue interceptado por unos diez encapuchados, en una finca de La Ortiza, donde fungía como jefe de una obra que se estaba ejecutando.

Contra su voluntad, bajo amenaza de muerte, los sujetos se lo llevaron con rumbo desconocido.

Aunque no se reveló, se cree que el móvil del crimen estuvo vinculado al trabajo social que desempeña en ambas jurisdicciones.

Como evidencia de interés criminalístico que, también se encuentra a orden del Ministerio Público, figuran: un par de botas de caucho, pertenecientes a la víctima; el pantalón y camisa que la víctima vestía el día del hecho, y dos platos de metal.

El Cicpc fue puesto en conocimiento del caso, mientras que el Conas continuará las investigaciones que permitirá la captura del resto de los implicados. (Miriam Bustos)