“Desde el comienzo estuvo viciado el procedimiento contra Jesús Berro”

El abogado y defensor de derechos humanos, Asdrúbal Ortiz, uno de los dos testigos que fueron utilizados por funcionarios de las Faes en el procedimiento durante el cual fue detenido el también abogado Jesús Alberto Berro, considera que tal actuación estuvo viciada desde el inicio.

“Siendo las 10:30 de la mañana del lunes, 3 de febrero, me encontraba en la oficina del doctor Jafeth Pons, donde realizo, de manera ocasional, algunas labores basadas en Derecho y en las que se toca el tema de derechos humanos. En la misma se apersona un funcionario de las Faes, en cuya gorra llevaba el nombre de Margarito. Él nos quita la cédula de identidad, a mí y al abogado William León, que también se encontraba allí, y nos lleva hasta la oficina del doctor Jesús Alberto Berro. Antes de entrar, nos dijo que estaban practicando un allanamiento en dicho despacho. Yo pregunté por la orden de allanamiento y en ningún momento la mostraron, es decir, no existía orden de allanamiento. Cuando entramos, únicamente se encontraban el doctor Berro y su hijo Johan; otro funcionario de las Faes, un comisionado de apellido Espinoza, nos dice que León y yo seríamos los testigos de tal allanamiento y que se estaba llevando a cabo una extorsión”, relató Ortiz.

“Arbitrariedad”

Añadió que, al mirar a su alrededor en la oficina de Berro, no vio a nadie más, es decir, la supuesta víctima de extorsión no se encontraba presente.

“Encima de una mesa había un sobre de manila, doblado, con cinta de embalar, y el comisionado Espinoza dijo que una tercera persona lo había llevado allí para el pago de una supuesta extorsión. Esa tercera persona nunca la vimos, como tampoco vimos que el doctor Berro o su hijo agarraran dicho sobre o que se materializara algún tipo de entrega; por lo tanto, ese procedimiento carece de validez, basado en lo establecido en las leyes del país. Simple y llanamente, lo que presenciamos fue un proceso de cómo tratar de involucrar y dañar la honorabilidad del doctor Berro, porque todo el mundo conoce el trabajo que ha hecho y sigue haciendo este destacado abogado en el Táchira. Después de eso, y de manera arbitraria, sin siquiera permitirnos hacer algún tipo de llamada, nos montaron en una camioneta negra, Silverado, sin rotulado, y fuimos trasladados a la sede de las Faes, en Paramillo, donde estuvimos, como supuestos testigos, por alrededor de 6 horas, desde las 11 de la mañana hasta después de las 5 de la tarde, aunque cuando nos hicieron firmar el acta policial, esta decía que eran las 2 de la tarde. Tiempo durante el cual no se nos permitió comunicarnos con los familiares. Y como defensor de los derechos humanos, debo decir que ahí se le violentaron sus derechos al doctor Berro, pues colocaron una fecha posterior a la real”. No se puede hablar de allanamiento, porque no existió una orden. Arbitrario desde todo punto de vista porque, adicional a todo esto, nuestros familiares nunca fueron notificados de lo que estaba ocurriendo. Si bien estamos conscientes que el Código Orgánico Procesal Penal establece que ningún ciudadano se puede negar a ser testigo de un procedimiento, también es cierto que el mismo debe estar ajustado a Derecho, y este no lo estuvo”.

“Vil y vulgar montaje”

—Posterior a nuestro ingreso -continuó-, llegaron con el doctor Berro y su hijo, con un CPU y los dos teléfonos celulares. Y un poco más tarde fue cuando por fin arribó a esa sede policial la supuesta víctima de extorsión. A mí me llama poderosamente la atención que de esta manera pretendan silenciar a alguien que esté trabajando, que esté ejerciendo libremente su derecho al trabajo. Yo estuve como testigo visual de los hechos y tengo que decir que fue un vil y vulgar montaje, y que el doctor Berro no estuvo implicado en ninguna extorsión. Aquí se violenta la norma y es un vicio total lo que se hizo con ese procedimiento. Lo lógico, durante la audiencia de presentación, era su libertad plena”, observó Ortiz.

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