Aunque Jesús Miguel Sequera Aponte tenía cerca de siete años viviendo en frontera, específicamente en San Antonio del Táchira, era oriundo de la ciudad de Valencia, en el estado Carabobo.

De Valencia salió a la zona de frontera para prestar servicio como guardia nacional bolivariano, contó un pariente que prefirió no ser identificado.

“Él era mi primo”, prosiguió, mientras refería que, con el pasar del tiempo, el hombre, de 36 años, prefirió retirarse de la institución castrense para dedicarse al mundo del contrabando de mercancía por las trochas y ventas de pasajes a los viajeros.

Sequera Aponte y su pareja, Luz Estella Moreno Londoño, de 37 años, fueron asesinados la noche del 20 de noviembre, en un local nocturno ubicado en el barrio Brisas del Aeropuerto, en la ciudad de Cúcuta.

La pareja tenía, aproximadamente, cinco minutos de haberse instalado en una de las mesas del local, cuando un sujeto se bajó de la motocicleta, en la que venía de “parrillero”, y descargó las dos pistolas que llevaba en sus manos contra ellos, en especial contra Sequera. En el suceso, otra persona, también venezolana, resultó herida por una bala perdida.

“Él era de Valencia, y la novia sí es de San Antonio. Vivían en La Invasión”, detalló el familiar, mientras recalcaba que Sequera dejó un hijo en Carabobo. “Los padres y unos primos lograron viajar a San Antonio para el entierro”, resaltó.

Según el pariente, al caballero lo citaron en la zona para pagarle un dinero que le debían, pero “un sicario terminó asesinándolo” con su pareja, con quien llevaba más de un año de noviazgo.

Todo indica que fue un ajuste de cuentas, puntualizó mientras mantenía en sus manos la lágrima que suelen repartir en los velorios y donde estaba la imagen de la pareja asesinada.

(Jonathan Maldonado)