Sucesos

“Estoy exigiendo la apertura de juicio a escolta que mató a mi hijo de un tiro”

24 de enero de 2020

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Para Marly Santander, es injusto y hasta absurdo que, a casi dos años del hecho, no se haya dado apertura al juicio y el responsable siga recluido en Politáchira, en lugar del CPO.

A casi dos años del trágico suceso, la madre de Javier Alejandro Posada Santander está exigiendo que el responsable de haberle quitado la vida al adolescente, de 17 años, sea llevado a juicio, por cuanto cree que la diligencia judicial se ha ido dilatando en el tiempo, favoreciéndolo por el simple hecho de ser militar.

“A mi hijo lo mató de un tiro en el pecho el sargento de la Aviación F. Alvarado. Él aún se encuentra recluido en Politáchira, después de un año y 7 meses del asesinato de mi hijo; ese individuo aún está ahí, cuando lo que corresponde es que esté en el CPO. Después de varias solicitudes ante la Fiscalía y los mismos tribunales, en el sentido de que sea trasladado al penal de Santa Ana, donde corresponde que debe pagar su tiempo, no lo han trasladado, no logro que lo trasladen, no me escuchan para trasladarlo, y tampoco se ha dado apertura a su juicio. Entonces, recurro a los medios de comunicación, a las redes sociales, para que la persona que debe escucharme y atender mi solicitud, que lo haga, y la persona que pueda ayudarme, me ayude para que este hombre sea trasladado a donde debe estar”, explicó Marly Santander, madre del menor asesinado.

—Este martes -continuó la dama-, fui a una de las tantas fallidas aperturas de juicio, porque después de un año y 7 meses me dilatan la fecha, es impresionante, no logro siquiera que me abran juicio; cada vez que voy, siempre hay un motivo por el que no se abre. Es tan absurdo que, hasta un dolor de estómago de ese individuo, es motivo para que el juicio no se inicie. Ha pasado en varias oportunidades, o no llega el abogado o cualquier otra excusa; es decir, tratan de dilatar la fecha lo más que pueden, es absurdo. Mi voz y mi exigencia no se escuchan. El martes, la última fecha prevista para iniciar juicio, no se logró porque el abogado defensor no llegó; entonces la pospusieron para el 29 de enero.

Dijo Marly que junto con su esposo, Ramón Bautista, quien la ha acompañado en esta dolorosa travesía, continuará luchando hasta lograr justicia.

“Tenemos que llenarnos de esperanza, de que algún día se dé la apertura del juicio. Por eso es que salgo públicamente a hacer la denuncia, a utilizar los medios, para que por favor me apoyen, me den su colaboración, para que difundan la situación por la cual estamos pasando, que entiendan y sepan que mi hijo fue asesinado, no fue un hecho accidental que ocurrió cuando jugaba con un arma”.

Se aclara el hecho

La muerte de Javier Alejandro, quien cursaba quinto año de bachillerato en el colegio Don Bosco, ocurrió la tarde del 4 de junio de 2018, en casa de sus abuelos, en el sector Campo Alegre, en Pueblo Nuevo. Allí se encontraba la tía del adolescente, que para ese momento era la presidenta de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), y en la parte externa la aguardaba, en un vehículo oficial del Estado, el sargento de la Aviación F. Alvarado, quien fungía como escolta de la funcionaria.

El adolescente estaría conversando con el militar dentro de la camioneta de la CVG, incluso -según Marly- el escolta le había facilitado su arma de reglamento para que se hiciera unas selfies con ella, una de las cuales alcanzó a subir a Instagram, una acción errada, pero propia de su edad, antes de que Alvarado le exigiera que las borrara.

“Un cuñado, que iba pasando frente a la camioneta, vio cuando el escolta empujaba con el arma a mi hijo en el pecho, porque mi hijo se estaba haciendo el dormido para no bajarse de la camioneta, y hasta le llamó la atención y le dijo que guardara el arma, que no jugara con eso; pero mi cuñado no había dado ni dos pasos más, cuando escuchó el disparo”.

Estos detalles no se conocieron al momento que la prensa reseñó la muerte de Javier; para esa fecha, se dijo que había sido de manera accidental, que un tiro se le había escapado al militar mientras manipulaba el arma. Tras el hecho, el escolta fue detenido por efectivos de Politáchira que llegaron a la escena del crimen. Cuando la familia salió hasta donde se hallaba la camioneta, ya el jovencito estaba sin vida, pero de todas maneras lo trasladaron hasta una clínica cercana.

“Pero no fue en un juego infantil que mi hijo murió, ni se mató accidentalmente, ni fue porque usó indebidamente la pistola, fue ese hombre, fue él quien le disparó a quemarropa en el pecho, en el corazón, y me lo mató en el acto. Él era el escolta de mi hermana, Mayra Santander, y fue dentro de esa camioneta del Estado que ese hombre mató a mi hijo. Él le disparó y lo mató, y es injusto que, después de tanto tiempo de lucha, no obtenga algo de justicia. Es insoportable tener que lidiar con todo esto; cada 15 días, tener que respirar el mismo aire que respira ese hombre cada vez que vamos a una apertura de juicio, que no se da nunca, y lo peor de todo es no poder decirle nada, decirle lo que se merece por haber asesinado a mi hijo, por temor a que me saquen de la sala”.

“Han privado muchos intereses”

Para Marly, han sido muchos los intereses que han privado para que el crimen de su hijo quede impune; inclusive, al perder peso la tesis de que al militar se le disparó el ama accidentalmente, surgió la insistente presunción de que fue Javier quien se disparó, por lo que los investigadores del Cicpc, para descartar o confirmar tal teoría, le practicaron al adolescente el Análisis de Traza de Disparo (ATD), que dio negativo al no hallar rastros de pólvora en su manos; es decir, el muchacho no disparó el arma.

La Fiscalía 16ª del Ministerio Público, instancia que conoce del caso, ha imputado a Alvarado, entre otros delitos, de homicidio intencional simple.

Miriam Bustos