Sucesos

Hay miedo en Tibú luego del doble asesinato

16 de octubre de 2021

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*** Autoridades responsabilizan a supuestos disidentes de las FARC y ofrecen cien millones de pesos como recompensa para quienes ayuden a identificar y capturar a los responsables del crimen de los dos muchachos venezolanos, que supuestamente pretendían hurtar camisas de un almacén, cuando fueron retenidos por comerciantes y miembros de la comunidad, a quienes luego les fueron arrebatados para ser asesinados en las afueras del pueblo

Armando Hernández

El escándalo por el asesinato de dos jóvenes venezolanos en la población colombiana de Tibú, límites con Venezuela, no se detiene y, por el contrario, se extiende como un fuego difícil de controlar, dejando bajo fuerte cuestionamiento el negligente comportamiento de la fuerza policial y el proceder de un grupo disidente de las FARC, al cual se responsabiliza de una fuerte espiral de violencia que ya ha cobrado numerosas víctimas en una zona que parece dominar en su totalidad.

Colombia entera se ha estremecido por este atroz crimen, mientras que Venezuela ha respondido con un enérgico llamado a las autoridades para el esclarecimiento del hecho, en tanto que la Organización de Naciones Unidas ONU, entre otros organismos internacionales, ha expresado su rechazo y condena por el doble asesinato de dos jóvenes venezolanos, que supuestamente estaban robando en un almacén, donde fueron atrapados por comerciantes y parroquianos, que luego se vieron obligados a entregarlos, en contra de su voluntad, a supuestos disidentes guerrilleros, quienes los llevaron hasta las afueras del pueblo para ajusticiarlos y dejar sus cuerpos expuestos a un lado de la carretera, con letreros de “Ladrones”, como escarmiento.

El horror provocado por este irracional hecho ha dado origen a una investigación y hasta al pronunciamiento del presidente de Colombia, Iván Duque, condenando el hecho. También se habla de una investigación y hasta la remoción del cuerpo de policía de Tibú, bajo la acusación de negligencia, debido que una vez los dos muchachos fueron aprehendidos, las personas que los capturaron llamaron para que fueran a buscarlos, pero la policía nunca llegó, dando chace a los presuntos disidentes de la guerrilla para apoderarse de ellos y cometer la ejecución.

Miedo, rechazo e indignación

En Tibú hay miedo entre los pobladores debido a la violencia que desde hace tiempo se ha apoderado del pueblo, cuyo nombre aparece con frecuencia en las páginas de sucesos de la prensa debido a una cadena de casos que son atribuidos a grupos irregulares. No hay seguridad y cualquier sospecha, por muy infundada que esta sea, puede llevar a una ejecución por parte de integrantes de grupos irregulares, que de esta manera pretenden restablecer el orden en esa zona limítrofe con Venezuela.

En el pueblo existe miedo porque las autoridades no cumplen con su deber, y se puede observar a los disidentes guerrilleros circular tranquilamente en motocicletas por el pueblo, con armas de alto calibre en sus manos, según se ha explicado.

Existe rechazo por la gravedad del hecho cometido, por considerar que no era necesaria una respuesta tan desproporcionada, e indignación, porque se trata prácticamente de dos muchachos, a quienes no le dieron oportunidad de defensa, pues tenían sus manos atadas con cinta al momento de ser ejecutados de disparos en la cabeza. Tibú es hoy el epicentro de un escandaloso y lamentable caso que ha movilizado a los jefes policiales y militares, que se han comprometido a investigar hasta sus últimas consecuencias.

Robo en un almacén

Contrariamente a lo ocurrido en otros casos similares, en esta oportunidad existen numerosos videos que son un reflejo de lo que ha acontecido. Fueron tomados por cámaras de seguridad ubicadas en el interior del almacén. Se observa el ingreso de los dos jóvenes al negocio y su prolongada presencia, que dio origen a las sospechas. La manera como se comportaban, sus movimientos en el interior del negocio, el ingreso repetido a los probadores, para cambiar de camisa, llamaron la atención de los comerciantes, que buscaron ayuda en la población.

Los acusan de intento de robo y los atrapan. Se ve en los videos el momento en que ambos son retenidos por comerciantes, vecinos y mototaxistas. De este episodio existe una gran cantidad de grabaciones, ya que las personas utilizaron sus teléfonos móviles de uso personal para efectuar filmaciones. Eso ocurrió el pasado viernes 8 de octubre, en horas de la mañana. Se observa cuando los muchachos son sometidos por personas que vestían de civil, al parecer comerciantes, y se les acusa de estar robando en una tienda de ropa y abarrotes. En las imágenes se les puede ver con sus manos juntas, hacia adelante, amarrados con cinta adhesiva. “Lamentablemente, son muchachos muy jovencitos, no queremos verlos tirados en alguna orilla de las carreteras. Bajo nuestra responsabilidad están y los vamos a entregar a las autoridades”, se alcanza a percibir en una de las grabaciones colocadas en redes sociales.

Se comenta que, ante la falta de respuesta de la policía, a la cual llamaron en varias oportunidades, los comerciantes decidieron salir del negocio para llevarlos por la calle y entregarlos en la comisaría. Fue precisamente cuando salían de la tienda de abarrotes, en vía pública, que aparecen los dos motorizados armados, que se los quitaron y llevaron.

Aparecen muertos

Los comerciantes aseguran que nunca maltrataron a los muchachos y que su intención era entregarlos a las autoridades para protegerlos. Los investigadores han logrado colectar videos en los cuales se observa a las víctimas amarradas de las manos, y el momento en que les colocan letreros con la palabra “ladrones”. Se escucha la voz de un hombre cuando dice que los van a pasear por toda la zona comercial de Tibú para que la gente los vea, les tomen videos o fotografías, y darles un escarmiento. Por la inesperada manera como se desencadenaron los hechos, ahora explican que el plan era protegerlos y llevarlos a la policía, para que los procesara judicialmente por el delito cometido.

Pero las cosas se complican en el momento que los sacan a la calle. Numerosas personas estaban frente al negocio, observando los acontecimientos. Vieron cómo los dos muchachos salían escoltados por sus captores. Sus manos estaban atadas hacia adelante, con cinta. Gran cantidad de curiosos estaban frente al negocio y de pronto se produjo una estampida. Hombres y mujeres salieron corriendo, y eso se ve en los videos. El motivo fue la presencia de dos hombres, uno vestido con jeans y buzo rojo, y otro de jeans y camiseta negra, que portando armas de fuego habían llegado en motocicleta y exigían la entrega de los jóvenes. Hubo resistencia y forcejeo por parte de los improvisados escoltas, pero cuando las armas subieron a sus cabezas, se acabó y los dos sospechosos son tomados como rehenes y llevados en motocicleta.

Poco después aparecieron muertos en la salida de Tibú, a orillas de la carretera que conduce a El Tarra, a la altura de barrio Largo. Tenían impactos de bala en la cabeza.

Comerciantes se defienden

En medio de todo este lío, la policía está buscando a los tres comerciantes que hacían el traslado y que, en descargo, aseguran que fueron dos los intentos de la guerrilla para llevarse a los muchachos. En el primero lograron resguardarlos, pero en el segundo nada pudieron hacer porque los amenazaron de muerte, con armas de fuego. Uno de ellos dice: «Incluso ofrecí mi vida en el momento de que hubo el primer forcejeo, cuando vinieron a llevárselos. En el segundo intento no pudimos hacer nada, porque nos llegaron con armas en mano». Agrega que nada tienen que ver con ese doble homicidio, y en los videos se puede ver que la entrega no fue voluntaria.

Los tres hombres permanecen ocultos porque la policía los busca y en un video aseguran que son falsas acusaciones que les están haciendo las autoridades. “Lamentablemente, hicimos lo que pudimos por ellos y dejamos en claro que ninguno de los comerciantes o de la comunidad golpeamos a esos muchachos o los maltratamos, y mucho menos yo, que era el que estaba resguardando la vida de ellos”, explica uno de los ciudadanos que aparece en un video que el pasado sábado fue colocado en redes sociales.

Este mismo hombre dice que llamaron en repetidas oportunidades a la policía para que fuera a aprehender al menor de edad y a su cómplice, pero esta nunca llegó. Explica que los hombres armados pasaron por el frente de la estación de policía con los dos muchachos en sus motos y, pese al tumulto y los gritos de la gente, no hicieron nada por detenerlos, no hubo reacción de parte de ningún uniformado. Estos parroquianos están asustados, en escondite, porque la policía los está buscando, diciendo que son cómplices, y, por otro lado, temen ser víctimas del grupo armado ilegal que cometió el doble crimen, que podría tomar represalias contra ellos.

El jefe de la policía dijo, sin aportar mayores detalles, que el joven de 15 años fue identificado por sus familiares y tenía residencia en Maracaibo, Venezuela. Se trata de Alexánder José Fernández Rodríguez, miembros de la etnia Wayuu. Le hallaron una copia de cédula de identidad en su pantalón. Desde hace varios años estaba viviendo en la zona, a donde llegó cuando tenía doce años de edad, en busca de un trabajo que le permitiera apoyar económicamente a su mamá, que permanece enferma en la capital zuliana. El otro fallecido es un joven de 23 años de edad, de nombre Jackson Enrique Arriaga Parra, con residencia en el sector Las Virtudes, municipio Tulio Febres Cordero, en la ciudad de Mérida, donde vive su familia y una hija de apenas tres años de edad. Él también viajó a la zona de Catatumbo, Colombia, en busca de oportunidades económicas que le permitieran ayudar a los suyos. Ambos formaban parte de familias muy pobres, que necesitaron la cooperación de organismos internacionales para poder repatriar a los fallecidos y darles cristiana sepultura en sus respectivos pueblos.

Se sabe que el puesto policial de Tibú fue intervenido y su personal está bajo investigación, por supuesta negligencia. De momento, el único destituido es el comandante, quien fue llevado a Cúcuta, distante a tres horas por carretera. El personal policial está sujeto a una averiguación de tipo militar. El puesto está ubicado a escasas tres cuadras de donde ocurrieron los hechos y los comerciantes aseguran que les hicieron siete llamadas telefónicas, pero ningún funcionario acudió. En las próximas horas todo el personal será reemplazado. Algunos ya fueron cambiados a otras partes del país. Se ha ofrecido una recompensa de 100 millones pesos para quien aporte información que permita identificar y capturar a los responsables de este doble homicidio. Se especula que pudiera tratarse de Richard y el Diablo, supuestos disidentes del Frente 33 de las FARC. Varios nombres están circulando, como responsables de este crimen ocurrido en la vía a El Tarra, a la altura del barrio Largo.

Reacciones diversas

Las reacciones por el atroz hecho no se hicieron esperar. El Ministerio Público de Venezuela, en la persona del fiscal general, Tarek William Saab, envió una comunicación oficial al fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, para solicitar que sean esclarecidos los hechos y determinadas las responsabilidades en el asesinato de los dos venezolanos. Organismos defensores de los derechos humanos, en los dos países, fijaron posición sobre el caso y hasta el mismo presidente, Iván Duque, procuró condenar lo ocurrido.

“Condenamos el asesinato de un niño y un joven en Tibú, Norte de Santander. Expresamos condolencias a su familia. Instamos a las autoridades a investigar estos hechos. Hacemos un llamado al respeto a la vida y protección de los niños y las niñas”, refiere un comunicado emitido por la oficina en Colombia de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. La Defensoría del Pueblo también pidió “claridad” y “celeridad” a las autoridades.