Sucesos
La imprudencia apagó los sueños de dos chef
sábado 13 diciembre, 2025
Han pasado 10 días desde que Jesús y Víctor fueron embestidos por una camioneta en la autopista San Cristóbal–La Fría, a la altura del parque 12 de Febrero en Táriba, y no hay ningún detenido. Los sueños y planes de los dos jóvenes chef se esfumaron; y hoy su familia, amigos y compañeros de trabajo los recuerdan, aún conmocionados por la noticia
Jhoana Suárez
Como un día normal transcurría el pasado jueves 4 de diciembre en el restaurante Koko Sushi, ubicado en Las Vegas de Táriba, municipio Cárdenas. Víctor Hernández y Jesús Guillén cumplían sus labores de Chef y Ayudante de Cocina, respectivamente, bajo las órdenes de Karly. Pero aunque todo iba normal, la imprudencia truncaría los sueños de ambos jóvenes antes de terminar el día.
“Ese día cerramos un poco más temprano”, contó Karly, dueña del restaurante, que había abierto sus puertas el pasado 3 de octubre y donde Víctor y Jesús eran piezas esenciales. “Ellos salieron de trabajar, como siempre Jesús le hacía la carrera a Víctor hasta La Guayana y regresaba a Caneyes, donde residía. Esa noche se llevaron el uniforme nuevo que debían estrenar al día siguiente y así nos despedimos. Jamás pensé en la tragedia que estaba por ocurrir”.
Karly había contratado a Víctor como chef y a Jesús como ayudante de cocina, desde que Koko Sushi abrió sus puertas, lo que aún califica como la mejor decisión que ha tomado, porque Víctor era un artista en la cocina y Jesús era la chispa.

Ese jueves, cerca de las 11 de la noche, el Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal atendía en la autopista San Cristóbal–La Fría, a la altura del parque 12 de Febrero, una colisión entre una moto Ek Express, color negro, año 2025 y una camioneta 4×4 modelo Jeep, color blanco año 2006. El conductor de la motocicleta, Jesús Alejandro Guillén Gómez, de 19 años de edad, fue hallado sin signos vitales. El acompañante, Víctor Iraseth Hernández Zapata, de 36 años, habría resultado con politraumatismos y fue trasladado al Hospital Central de San Cristóbal, donde fallece horas después de ingresar.
La tragedia que nadie esperaba, sucedió. Dos nuevas víctimas se sumaban a la larga lista de fallecidos por hechos viales que involucran motocicletas, en el Táchira. El hecho no tardó en mover la fibra de la comunidad tachirense, y es que dos jóvenes que regresaban de trabajar habían sido embestidos por una camioneta que circulaba en contravía, a alta velocidad y con un menor de edad al volante.

Dos vidas, dos jóvenes con sueños y planes, murieron; y hasta hoy, 10 días después del incidente, “no hay un detenido por el caso”. Jesús era un joven tranquilo, emprendedor, bien enfocado, que migraría a España a finales de enero de 2026. Víctor, hombre centrado con un talento innato para la cocina, hogareño y próximo a casarse. Ambos dejaron su vida en aquel hecho vial.
Clamor de justicia
Para Francia Gómez, madre de Jesús, la justicia es su bandera. Aún conmocionada por la muerte de su hijo, Francia conversó con el equipo de Diario La Nación, recordando a su hijo, quien era un muchacho con una alegría muy especial, estaba muy claro en lo que quería, deseaba ser exitoso: “’Yo seré un hombre exitoso, mamá’, siempre me lo decía”.
A su corta edad, Jesús ya era chef, habría egresado hace poco más de un mes de la academia y había trabajado desde el año pasado en tres reconocidos restaurantes de la ciudad. Desde hace dos meses trabajaba en Koko Sushi, con una jornada de 4 pm a 11 de la noche. “Desde siempre fue así, muchacho tranquilo, amable, educado, estudio su primaria y su bachillerato en el Colegio Virgen del Valle”.
Jesús, además de su trabajo en el restaurante, ayudaba a su mamá y a su abuela en un negocio de venta de pasteles que tienen por donde viven: “Soy madre soltera y él empezó a trabajar a los 18 años para ayudarme en la casa”.
Víctor es descrito por Karly, su jefe en el restaurante, como un hombre de fiar, hogareño, centrado, sin vicios, amaba a su prometida con quien tenía planes de casarse muy pronto. Era un amante de la cocina y hacia platos extraordinarios: “Era muy talentoso, de verdad, que es alguien irreemplazable en mi cocina”.
Jesús le hacía el Uber a Víctor cada noche. Era algo que el joven había conversado con su madre, como un ingreso extra para la familia. Aunque para Francia fue motivo de preocupación por la hora y la soledad de la autopista, confiaba en que su hijo era muy responsable al conducir. “No era un loco, era muy responsable”.
La muerte de estos dos jóvenes chefs ha dejado a Koko Sushi en cierre temporal, pues Karly aún no sabe como reemplazarlos. Las familias de ambos jóvenes siguen a la espera de justicia, al momento las investigaciones continúan avanzando, pero el joven conductor sigue libre y no han determinado hasta ahora ninguna responsabilidad.
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