Sucesos

Mataron a batazos a un hombre y pasearon el cadáver en motocicleta

31 de mayo de 2021

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Los hechos, ocurridos el pasado mes de febrero, tuvieron como móvil la venganza y el ajuste de cuentas, y una relación directa con un problema que surgió entre la víctima y los presuntos victimarios por el extravío de doscientos gramos de marihuana, en la localidad de El Nula, donde tenía residencia


Armando Hernández


Un problema surgido entre un grupo de amigos por la desaparición de doscientos gramos de cocaína, ocurrido a finales del pasado año, en la población de El Nula, estado Apure, fue la causa del asesinato de un hombre, que resultó atacado a batazos por dos adolescentes, que lo trasladaron hasta las inmediaciones de una posada ubicada en el sector de Loma de Pío, donde le causaron la muerte, para luego envolver el cadáver en una cobija y montarlo en una motocicleta, en la cual recorrieron durante varias horas la zona, buscando un lugar para dejarlo, sin que pudiera ser ubicado con prontitud.

Las investigaciones policiales se prologaron por más de dos meses, tratando de obtener algún detalle que permitiera a los detectives avanzar en el esclarecimiento del caso, debido a la falta de información sobre el fallecido, que fue ingresado a la morgue del Hospital Central en condición de “desconocido”, hasta que se hizo presente una hermana que, tras establecer contacto con los investigadores, practicó el reconocimiento del joven, quien estaba denunciado como desaparecido.

Localizan el cadáver

 

En horas de la mañana del pasado viernes 12 de febrero, un grupo de personas que se encontraban ejercitándose en la parte alta del sector conocido como “El Sendero”, en zona cercana al Nevada, en Loma de Pío, encontraron en un pequeño barranco el cadáver de un hombre, envuelto en una cobija, con heridas a nivel del cráneo, por lo que de inmediato dieron aviso a las autoridades policiales.

Una comisión del Eje Contra Homicidios del Cicpc Táchira se trasladó al lugar para el inicio de las investigaciones y constató que se trataba del cuerpo de un hombre joven, que presentaba un avanzado estado de descomposición y, además de las heridas en la cabeza, presentaba fuertes hematomas a nivel del rostro.

De momento no lograron identificación alguna, por cuanto el fallecido no portaba documento de ningún tipo. Los lugareños, que llegaron como curiosos, manifestaron que no se trataba de un habitante de la zona y no era conocido en el sector.

El sitio donde fue encontrado el cadáver se correspondía con un barranco ubicado a pocos metros del final del sector “El Sendero” y de inmediato los funcionarios, por su experiencia, presumieron que se trataba del “sitio de liberación”, es decir, el lugar escogido para deshacerse del cadáver, que fue lanzado desde una curva de la carretera. Los detectives se percataron además que estaba envuelto en una cobija, la cual fue colectada como evidencia.

Investigaciones en punto muerto

Por algún tiempo, las investigaciones se mantuvieron en punto muerto. La falta de un nombre se había convertido en un obstáculo. Cuando se presenta ante la sede del Cicpc una mujer para denunciar la desaparición de su hermano, los funcionarios se dan cuenta de que las características presentaban alguna similitud con el cuerpo encontrado en Loma de Pío, por lo que es contactada por detectives del Eje Contra Homicidios y acude con estos a la morgue para practicar un reconocimiento, que resultó positivo. En efecto, se trataba del hermano de esta ciudadana, quien es identificado como José Leonardo Santander Rodríguez, de nacionalidad venezolana y 20 años de edad, con residencia en El Nula, estado Apure.

 

El hombre se encontraba temporalmente alojado en la casa de un familiar en San Cristóbal, desde donde salió en los primeros días de febrero, supuestamente con la intención de reunirse con dos amigos de El Nula que lo habían contactado por teléfono.

No obstante, las investigaciones no marchaban al ritmo esperado, por la falta de pistas. El nuevo director del Cicpc en el estado Táchira, comisario general Jorge Luis Túa, asume la dirección de las pesquisas, que se profundizan en el entorno de la víctima, particularmente en el círculo de amigos, y es así como se enteran de un incidente ocurrido a finales del pasado año en la localidad apureña, cuando el ahora fallecido sostuvo un impase con dos de sus amigos por el extravío de doscientos gramos de marihuana.

Se enteran también que los dos sujetos, que de inmediato fueron puestos en el rol de sospechosos, son dos adolescentes, de 15 y 17 años, que ya no estaban en El Nula debido a que, por su comportamiento e implicación en hechos irregulares, habían sido advertidos por miembros de un grupo generador de violencia que debían abandonar el pueblo. Ambos, por temor a ser ejecutados, se trasladan a la ciudad de Caracas.

Reencuentro fatal

Hacer el seguimiento de los muchachos se hace un tanto difícil, ya que estos se mantenían constantemente en movimiento. En el momento que las autoridades logran la identificación del fallecido, se enteran que su teléfono celular le había sido robado, por lo que de inmediato se encomienda a los expertos en telefonía hacer un rastreo del dispositivo móvil, que abre en diversos sectores de San Cristóbal, lo que resulta ser un indicativo que los sujetos que lo tenían en su poder se mantenían en la ciudad.

Los investigadores marcan al menos cuatro puntos para ubicar a los sospechosos y son practicados allanamientos, hasta que logran ubicarlos. El primero en ser aprehendido es el adolescente de 15 años, que rápidamente revela cómo ocurrieron los hechos y suministra datos sobre el paradero de su compañero, otro adolescente de 17 años, que también es detenido. No obstante, por su condición de menores de edad, sus nombres no fueron dados a conocer.

Se sabe que José Leonardo Santander Rodríguez fue contactado telefónicamente por los dos muchachos, que habían sido sus amigos en El Nula y cuya relación se había rotó por el problema de la droga. Estos, al enterarse que Santander estaba en San Cristóbal, viajan de Caracas a la capital tachirense y al llamarlo por teléfono le comunican que no hay problema, que se acabaron los rencores y lo citan para tomarse unos tragos por la zona del terminal de pasajeros de La Concordia, a donde este va sin sospechar que estaba acudiendo a una cita con la muerte.Una vez en ese lugar, lo someten y en motocicleta lo trasladan hasta una vivienda de Loma de Pío, la cual había sido alquilada por los adolescentes. Allí sale a relucir de nuevo el tema de los 200 gramos de marihuana extraviados y se produce una discusión, en medio de la cual José Leonardo es golpeado en repetidas oportunidades con un bate, hasta causarle la muerte.

Trasladan el muerto en motocicleta

De acuerdo con las investigaciones, se sabe que una vez se percatan que Santander Rodríguez había muerto, a causa de los golpes que le propinaron en la cabeza, entran en pánico y comienzan a pensar en deshacerse del cadáver. Uno de ellos sugiere lanzarlo por un barranco, de manera que deciden envolverlo en una cobija y subirlo en la motocicleta para trasladarlo hasta el lugar donde sería abandonado. Pero, inicialmente, no logran ponerse de acuerdo y recorren la zona de Loma de Pío, una y otra vez, con el cadáver entre el chofer y el “parrillero”, hasta que llegan a una curva próxima al sector. Lo lanzan desde la carretera y huyen.

Pasan los días sin ser encontrado y los jóvenes piensan que se han salido con la suya.

No sabían que ya la policía había logrado desenredar parte de la madeja e iba tras ellos. Para proceder a capturarlos fueron practicados cuatro allanamientos, el primero de ellos en una vivienda de la calle 12 de la urbanización La Pradera, en Cordero, municipio Andrés Bello, y los tres restantes en San Cristóbal: en la avenida Guayana, sector Los Kioscos; urbanización Pirineos, lote H, vereda 23, y en la urbanización San Isidro, vía Chorro El Indio, donde fue cometido el crimen.

Además se logró colectar, como evidencia, diversos objetos relacionados con la víctima, incluyendo su teléfono celular, dos teléfonos pertenecientes a los presuntos victimarios, en los cuales se puede evidenciar un intercambio de mensajes de texto, entre los cuales está el que corresponde a la cita para reunirse cerca del terminal de pasajeros de La Concordia.

Catorce fueron los funcionarios del Cicpc que tomaron parte en las investigaciones, bajo la dirección del comisario Túa, entre los cuales se encuentran el supervisor de Investigaciones de la delegación Táchira, comisario Carlos Rodríguez, y el jefe del Eje Contra Homicidios, Denny Abreu. En total, participaron ocho expertos en investigaciones contra homicidios, uno de Técnica Policial, otro de la Unidad del Área Físico Comparativa y el jefe del Área Biológica.

Se consideran el ajuste de cuentas y la venganza personal, como posibles móviles.

El caso quedó a la orden de la Fiscalía IV del Ministerio Público, que gestionó medida privativa de libertad contra los sospechosos, la cual fue otorgada con fecha 25 de mayo del año en curso.

 

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