Sucesos
No descartan que incendio en barrio El Río se haya originado en un horno panadero
16 de febrero de 2018
Aunque los expertos del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal todavía no han establecido qué y dónde se originó el incendio que este miércoles cobró la vida de tres miembros de una misma familia en el barrio El Río, no se descarta que haya sido en un horno panadero ubicado en el área de garaje de la casa.
La presunción proviene de la misma familia afectada, que sostiene que bien pudo haber sido una chispa por recalentamiento o una fuga de gas proveniente del horno (en el que en ese momento estaban horneando pan) las que inicialmente provocaron el fuego que tomó un vehículo estacionado a poca distancia y luego, por efecto del viento, llevó las llamas hasta el interior de la casa a través de la única puerta de entrada y salida, por lo que quienes estaban en su interior, irremediablemente murieron carbonizados.
También aprovecharon para desmentir que ahí funcionaba un taller mecánico y que fue por esta razón que empezó el incendio.
El trágico suceso tuvo lugar este miércoles poco antes de las 4:30 de la tarde en la calle principal del barrio El Río, en la casa de dos pisos, marcada con el número. 3-16.
Las víctimas fueron identificadas como María Higuera, una ama de casa de 57 años de edad; su hija de 29, Sandy Ballén Higuera, una chica con condiciones especiales; y el pequeño Alex Matías Ballén Santana, quien apenas había cumplido 2 años de edad en enero de este año, nieto de la primera y sobrino de la segunda fallecida.
Explicaron que parte de la familia vive de la elaboración de pan, y que este miércoles el horno estaba encendido. El padre del niño fallecido y dueño del vehículo que se quemó casi en su totalidad, ni siquiera lo estaba revisando o lo tenía abierto.
“El papá del niño vivía en el apartamento de la planta baja con su familia; arriba, vivía la madre y la hermana de él (las dos fallecidas) y el padre. Poco antes de que empezara el incendio él le estaba dando de comer al niño y al salir para revisar el pan se dio cuenta que el carro se estaba incendiando. Entró a buscar el extinguidor para apagar el incendio y no pudo. Tampoco pudo volver a entrar para salvar al hijo; el fuego agarró unos chécheres, unos materiales que había ahí, y las llamas entraron a la casa, rápidamente se propagaron por ambos pisos”, contó un familiar que aguardaba a las afueras de la morgue por la entrega de los cuerpos que ayer mismo fueron sepultados.
Explicó que por la condición especial de Sandy Ballén, que no le permitía reconocer cuándo estaba a salvo o en peligro, evitó que al menos pudiera intentar salvarse, por lo que cree que murió asfixiada por el humo y luego fue presa de las llamas, a la salida de su cuarto, donde no supo qué hacer.
En cuanto a María y su nieto, a quienes hallaron carbonizados en la escalera que llevaba al segundo piso, suponen que la dama al percatarse del incendio bajó y buscó al pequeño para ponerlo a salvo, y que regresaba a la segunda planta cuando una viga o parte del techo cayó sobre ellos, provocando que la mujer quedara atrapada a media escalera, donde junto con el nieto, fueron víctimas del fuego.
Allí los encontraron los bomberos y los funcionarios de Protección Civil que acudieron al llamado de emergencia, pero ya había muy poco por hacer. El fuego hizo estragos en la casa, reduciéndola a escombros en pocos minutos.
Fueron los funcionarios del Cicpc los que se encargaron de levantar y trasladar los cuerpos a la morgue del Hospital Central de San Cristóbal.
Bomberos piden auxilio
Importante acotar la impotencia que manifestaron haber sentido los pocos bomberos que acudieron al llamado de emergencia en barrio El Río, puesto que aseguran que aunque fueron con toda la voluntad ni siquiera contaron con lo indispensable para sofocar las llamas o llegado el caso, para asistir a una víctima.
—No tenemos carro, no tenemos cisterna, solo tenemos la voluntad, y aunque el incendio fue muy violento y posiblemente no hubiéramos podido salvarlos, uno no puede evitar sentirse mal sabiendo que no tenemos cómo trabajar— dijo uno de ellos.
Pese a sentirse de esta manera, se limitaron a coordinar junto con los funcionarios de Protección Civil Táchira que, afortunadamente sí cuentan con un camión cisterna, la sofocación de las llamas y el correspondiente refrescamiento.
Miriam Bustos