Los templos, considerados por la mayoría de la población como lugares sagrados, por ser la casa de Dios, están siendo profanados.
Y si alguno ha estado siendo pasto de la delincuencia ha sido la iglesia Coromoto, en Barrio Obrero, donde el año pasado le robaron el sonido, meses después fue repuesto y, en esta oportunidad, se lo volvieron a robar.
Magaly Villamizar, laica de la iglesia de la parroquia Nuestra Señora de Coromoto, lamentó la situación. “Hemos sido víctimas de tres robos consecutivos, a partir del 23 de septiembre, volvieron a robar el 26 y nuevamente el tres de octubre”.
Villamizar precisó que “se han robado los candelabros de bronce, el sonido, los destellos de la Virgen y las letras del Santísimo”.
“Por eso no se escucha casi la misa, porque no hay sonido. Se ha hecho la denuncia ante los organismos competentes, pero los amigos de lo ajeno siguieron robando en la iglesia”, reiteró.
Explicó que las letras del Santísimo, donde aún se alcanza a leer “Yo soy el pan de la vida”, eran de bronce, al igual que los destellos de la Virgen y los candelabros, donde se colocaban los cirios, las velas. “Lo que quedaba, lo guardamos; ahora estamos utilizando vasos de vidrio para colocar las velas”, declaró.
— ¿Por qué roban tanto en este templo, el año pasado fue igual?
— Lamentablemente, uno no es quién para juzgar, pero la inseguridad, los hechos delictivos ocurren entre la noche y horas de la madrugada.
Villamizar hizo un llamado a la feligresía a que colabore con la iglesia y esté pendiente de su parroquia, pues, recordó, “esta es la casa de Dios”. También invitó a colaborar en una vendimia profondos que organizan para el veintidós de octubre, “para recuperar, por lo menos, el sonido”.
(MSV)