Aun cuando inicialmente se dijo que, como producto de un motín en el Cepromil del Centro Penitenciario de Occidente, en Santa Ana del Táchira, el jueves en la noche, se produjo el fallecimiento de dos internos, este viernes se conoció que solo un recluso perdió la vida y al menos otros 12 resultaron heridos, tras suscitarse una riña entre los internos.

La reyerta carcelaria en la instalación, de uso exclusivo para militares procesados o civiles con delitos militares, inició a avanzadas horas de la noche, cerca de las 9, y los vecinos del CPO tuvieron conocimiento de que algo irregular ocurría cuando escucharon múltiples detonaciones provenientes de las garitas de seguridad que rodean el CPO, y la presencia de refuerzos militares.

Como consecuencia de la violenta situación, Julio José Yánez Salazar, venezolano, de 25 años de edad, detenido por el delito de rebelión y ultraje, quien se encontraba a órdenes del Tribunal Militar 11 del estado Táchira, fue asesinado, a causa de una herida por arma blanca en la región pectoral, durante la presunta riña, de acuerdo al Cicpc, “por problemas personales y de convivencia”.

Los internos heridos, de acuerdo a cortos videos que se difundieron posteriormente, fueron víctimas de arma de fuego por parte de efectivos militares de la GNB y el Ejército, que intentaban retomar el control, pero a pesar de estas grabaciones, donde se observan varios heridos, las autoridades solamente mencionan tres.

Estos son: Juan Carlos Castro Araque, venezolano, de 38 años, obrero, detenido por rebelión y sustracción de objetos militares, a órdenes del Tribunal Militar 13 del Táchira, diagnosticado con heridas abiertas en la región cefálica, pero su estado es estable; Samuel Eniomar Hernández Castro, apodado Piraña, venezolano, de 20 años, obrero, detenido por el delito de rebelión y ultraje, a órdenes del Tribunal Militar 11 del Táchira, quien presenta heridas abiertas y politraumatismos en la región cefálica, y su condición es grave; Alexánder Valera Escalante, venezolano, de 27 años, sargento primero del Ejército, a quien le apreciaron una herida abierta en la región cefálica, en condición estable. De él se dijo que fue lesionado al momento que conformaba las comisiones que intentaban controlar la situación.

Sin embargo, en esta acción no solo habrían resultado heridos internos, sino que, por efectos de los gases lacrimógenos, se vio seriamente afectado un bebé de unos seis meses de nacido que, con conocimiento y autorización de un tribunal, tal como lo estipula la ley, está siendo amamantado por su madre, una privada de libertad.

En los videos, los reclusos pedían que sus compañeros heridos con arma de fuego fueran trasladados a un centro asistencial; denunciaban retardo procesal y, en este aspecto, exigían mayor celeridad.

Miriam Bustos