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La pasada semana, cuando las cacerolas empezaron a sonar en la urbanización Mérida, en plena oscuridad, algunos pensaron que se trataba de una protesta por la falta de electricidad. El ruido era cada vez más fuerte y algunos hombres comenzaron a salir de sus casas para dirigirse a una vivienda, donde se inició el retumbar de las ollas, latas y de todo aquello que produjera ruido.
En realidad no se trataba de ninguna protesta. Era un cacerolazo programado por los mismos vecinos, como instrumento de defensa para advertir la presencia de delincuentes. Esta situación se ha repetido una y otra vez en el sector, donde los mismos miembros de la comunidad, resteados y armados con objetos contundentes, han logrado atrapar a delincuentes en plena situacion de flagrancia, cometiendo hurtos y robos en residencias.
El último caso ocurrió la pasada semana, cuando en la urbanización retumbaron fuertemente las cacerolas y se logró atrapar a una mujer que, junto a dos hombres que lograron escapar, intentaron ingresar a una casa para cometer un robo. Los vecinos dijeron que la sospechosa había sido vista por la zona días antes, ofreciendo sus servicios para trabajos de tipo doméstico, por días. Aseguran los vecinos que era una manera de observar las casas y escoger las más vulnerables.
En el barrio La Castra, también los vecinos se han organizado y, con determinación, han logrado frustrar hurtos y robos. Existen sistemas de alarma, pitos, timbres y cornetas. A la señal, la gente sale de sus casas para enfrentar a los delincuentes.
El dia miércoles, en la zona de La Castra, fue detenido por la comunidad un joven que, según ellos, estaba robando y luego de propinarles algunos golpes, lo entregaron a la policía.
En la carrera 12 de La Concordia, zona de la iglesia El Carmen, también existen brigadas que realizan rondas y están muy atentas para detectar sospechosos. En Barrio Obrero existen sectores donde se ejerce vigilancia desde azoteas y balcones, especialmente en momentos que falla el alumbrado público y se producen los famosos apagones. Vecinos dicen que han puesto en fuga a numerosos ladrones y que no se explican cómo, en una ciudad en cuarentena, donde las autoridades ejercen medidas especiales de control, los delincuentes se mueven libremente, sin ser detectados.
Así está prácticamente toda la ciudad, donde la autoprotección se ha impuesto. Tal vez uno de los sitios con mayores medidas de seguridad es la urbanización Las Acacias, donde instalaron cámaras de seguridad que filman todo movimiento. Hasta avisos han sido colocados para advertir a los delincuentes que están siendo observados.(AH)
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