Tachirenses en el mundo
Concejal tachirense en el Perú: Aquí de una u otra forma te echan la mano
2 de abril de 2018
Como «mínimo» es el nivel de xenofobia al que son sometidos algunos venezolanos en Perú afirmó en exclusiva para La Nación Jackson Maldonado, concejal opositor del municipio Cárdenas, radicado en el país inca desde hace una par de meses.
Explicó el dirigente del partido Voluntad Popular que los peruanos han prestado ayuda y colaboración a muchos criollos recién llegados en aspectos tan elementales como empleo, vivienda e incluso alimentación, aseguró conocer muchos casos de solidaridad por parte de peruanos para con los venezolanos.
«Perú nos está dando una gran oportunidad a nosotros y nos invita a traer a nuestras familias, a que no las dejemos allá en Venezuela pues la situación del país es muy lamentable y triste. Las noticias aquí en el Perú todos los días tratan el tema Venezuela, sobre los venezolanos trabajando o cruzando la frontera», explicó.
Insistió Maldonado en la receptividad que los emigrantes reciben al llegar a la nación inca y argumentó que la crisis económica que vivió dicho país durante el Gobierno de Alan García en la segunda mitad de la década de los 80 obligó a muchos peruanos a buscar refugio en Venezuela, «allá fueron bien recibido y tratados, y ellos ahora están devolviendo el favor que nosotros dimos durante el desastre económico».
Confesó que muchos compatriotas están dedicados al trabajo informal, como en la venta de vikingos -un helado en barra típico venezolano-, tizana -bebida típica de frutas-, hamburguesas, perros calientes, caramelos en el transporte público, empanadas, pasteles, entre otros, pero destacó también que muchos otros realizan trabajos formales, incluso en el ejercicio de sus carreras donde las empresas e instituciones no piden documentación legalizada ni apostillada.
El concejal narró su experiencia particular, trabaja en una clínica en el área de limpieza con al menos 15 venezolanos. Contó que los dueños del centro de salud han abierto las puertas a aquellas personas con disposición al trabajo y destacó su compromiso en ayudar a otros compatriotas que estén llegando a Perú.
Agregó que «conmigo trabajan en la clínica alrededor de las 200 personas y el trato es el mismo, sin ninguna indiferencia, sin rencor alguno. Más bien dicen que los venezolanos son personas alegres y sonrientes». «De una u otra manera te echan la mano», dijo.
Concejal dedicado a la acción social y la limpieza
Maldonado y más de 20 venezolanos, gracias a la gestión del concejal, trabajan para Slim, una contratista encargada a la limpieza y mantenimiento de las clínicas en Perú. Comentó que los jefes han correspondido a las peticiones de él mismo y otras personas que han querido prestar ayuda a los venezolanos recién llegados o aquellos en busca de empleo.
«Sigo con mi condición política de concejal, ayudando a los venezolanos que están llegando y tratando de establecer alianzas para organizar mejor el tema de la atención y brindar apoyo, pues en la frontera las colas son masivas ante la gran oleada de venezolanos migrando», sentenció.
El cabildante no perdió la oportunidad para decir que «seguirá trabajando» por Venezuela desde Perú y que su responsabilidad seguirá siendo la misma, pues «por eso me eligió el pueblo». Indicó que continuará denunciando «los abusos» y la situación que atraviesa el país.
Sobre la razón por la cual el dirigente político migró a tierras peruanas, explicó que ante «la presión política a través del Gobierno de Nicolás Maduro» tuvo que tomar dicha decisión, pero que desde allí está ayudando a otros connacionales a que puedan integrarse a través de la búsqueda de empleo o cualquier colaboración que él pueda prestar.
Lamentó la dificultades que tienen algunos venezolanos para enviar dinero a sus familiares, pues cualquier cantidad que mande «es insignificante» para los gastos que un hogar promedio debe cubrir. Señaló que 100 soles equivalen a 6 millones de bolívares, una cifra que se queda corta para un núcleo familiar de cuatro personas y hasta menos.
«Mis padres motivaron mi salida del país»
Samuel Crespo, venezolano migrante de Barquisimeto, estado Lara, explicó que sus padres, personas de la tercera edad, fueron la principal motivación para salir del país y poder cubrir los gastos de sus progenitores que no pueden valerse por sí mismos.
Este técnico superior en Relaciones Industriales, recién graduado, relató que hace seis meses salió de Venezuela, siendo Bogotá -Colombia-, su primera parada y desde hace dos meses llegó al Perú donde trabaja para la misma empresa en la que labora Jackson Maldonado.
«La situación allá es insostenible, prácticamente uno estaba era sobreviviendo. Mis padres son de la tercera edad, mi mamá es diabética e hipertensa y ya la carga económica de ellos corría bajo mi responsabilidad y de verdad yo ya no podía ni para mantenerme a mí mismo y me tocó salir del país», narró.
Destacó que la receptividad de los peruanos ha sido buena y destacó que no ha sido un proceso fácil, pero que el apoyo y la ayuda que ha recibido en Perú le ha ayudado ha mitigar los efectos del cambio no solo económico sino social.
«Son personas que te entienden y tratan de ponerse en los zapatos de uno. Se esfuerzan por comprender la situación que uno está pasando», así describió Crespo a los peruanos.
Otras historias de solidaridad
El concejal Maldonado habló sobre el caso de un comerciante que tiene una casa refugio para venezolanos en El Callao, una ciudad en la costa peruana, donde los migrantes pueden quedarse allí por un mes a un precio muy por debajo al mercado de alquileres.
El inmueble es conocido como ‘La casa del venezolano’ y allí muchos compatriotas con pocos recursos se han quedado allí mientras logran conseguir empleo y generar ingresos para que puedan buscar otro lugar y dejar ese espacio para otros nacionales en la misma condición.
Uno de los compromisos que deben asumir los inquilinos, es que deben cuidar la infraestructura y el lugar para que otros puedan disfrutarla más adelante.
Comentó el caso del exdiputado regional por el estado Miranda, Óscar Pérez, dirigente también del partido Alianza al Bravo Pueblo (ABP), que actualmente se encuentra de asilo en Perú y que a través de una fundación con el apoyo de una ONG abrió una casa abrigo que también presta ayuda a venezolanos.
No descartó en algún momento establecer alianzas con dirigentes sociales y organizaciones que busquen «multiplicar» la solidaridad a otros emigrantes y de esta forma ayudarlos a insertarse en la vida de la sociedad peruana.
Héctor Yepes