Enfermera tachirense, Haiket Stephanie Cusnir González, en sus funciones de enfermera, actualmente residenciada en Israel, hace parte de ese equipo médico, que desde cada rincón del mundo se enfrenta a la pandemia de la covid-19.

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Freddy Omar Durán

Nacida en San Cristóbal, y licenciada de Enfermería de la ULA, ya contaba con una experiencia de 12 años en el Hospital del Seguro Social, cuando partió a las tierras de sus ancestros hace 3 años, en compañía de su hijo, hoy de 5 años.

–Aquí hice mi reválida en el Ministerio de Salud, aún sigo en pleno estudio del hebreo, y trabajo en un establecimiento de salud que podríamos denominar como ambulatorio de prevención y promoción de la salud. Mi principal función es administrar vacunas a niños, desde recién nacidos hasta 5 años de edad; reviso su crecimiento y desarrollo para detectar cualquier alteración en los mismos. Laboramos tanto en nuestro consultorio como en escuelas primarias — expresa.

Satisfecha con los resultados arrojados por las medidas adoptadas por el estado de Israel, en la contención de la pandemia,  ofreció lo que ella considera puntos clave en esta batalla.

–En cuanto a mi perspectiva sobre el virus covid-19, mi experiencia desempeñándome como enfermera del Ministerio de Salud me ha dado puntos claros sobre no solo su prevención, sino sobre el manejo y control de complicaciones mismas de la enfermedad. Israel ha utilizado como gran aliada la tecnología, tenemos una aplicación en nuestros teléfonos que nos avisa si estamos cerca de una persona con el virus activo. Aparte, utilizamos la transfusión de plasma de pacientes recuperados como vacuna, aplicada a pacientes recién contagiados o con complicaciones, y este plasma, que contiene anticuerpos que se fabricaron contra el nuevo coronavirus, que actúan como una inmunización adquirida.

No ha conocido de manera directa pacientes que hayan presentado el cuadro clínico de la enfermedad, pero sí ha sabido de colegas, que altamente expuestas al contagio, tuvieron que desincorporarse provisionalmente al dar positivo en las primeras pruebas. Se refirió igualmente al modo cómo se ha establecido un gradual régimen de cuarentena.

–Se ha manejado de manera gradual la cuarentena. Primero exigieron un cierre de un 80%, dejando laborar solo a personas con funciones esenciales. Los días de fiestas nacionales exigieron un cierre del 100%, donde nadie podía salir de su casa. Poco a poco empezaron a abrir paulatinamente comercios, siempre observando la reacción que se producía, y ya regresamos a lo que podemos llamar la rutina normal, con la única excepción que debemos llevar siempre tapaboca en todo momento — narra.

Piensa que la población israelí aportó mucho es cuanto a evitar la propagación del virus y el estado manejó muy bien sus recursos. “¿Puedes creer que con una cifra de 16.700 infectados no tengamos ni 300 muertos? No olvidemos también decir que nuestra tierra es sagrada, y que Israel se caracteriza por ser protagonista de un sinfín de milagros… Dios nos protege siempre”, dice.

Gracias a las tecnologías está en permanente contacto con sus abuelas en San Cristóbal, y siempre mantiene sus temores sobre lo que les pueda suceder, perteneciendo ellas a la población de alto riesgo

–Ambas abuelas están allá en San Cristóbal. Para mí es muy importante mantenerme en contacto con ellas porque las considero población de riesgo. Mi abuela materna vive en Palo Gordo con una prima y ella es quien sale a hacer compras y a buscar lo esencial para la casa. Mi otra abuela está en silla de ruedas y amerita cuidados las 24 horas del día. Vive en Barrio Obrero. A ambas les aconsejo no salir y mantener lo máximo posible la higiene de manos. A los familiares que están en contacto con ellas les pido usar siempre tapaboca, y estar atentos a cualquier signo o síntoma que se asemejen al virus — aconseja a sus parientes y a todos en general para evitar ser contagiados.