Eduardo Fernández
Queremos vivir en un ambiente de respeto a los derechos humanos, de respeto a la dignidad de cada uno de los seres humanos que tenemos el privilegio de vivir en esta tierra tan querida. Queremos vivir en familia.
Los venezolanos nos sentimos más cerca del Niño Jesús que del rubicundo Santo Regalón que viene del norte y de la nieve. Sabemos que lo que se celebra en estos días es el nacimiento de Jesús de Nazaret en una humilde cuna en la modesta población de Belén.
La tradición venezolana enseña que en estos días el niño Dios nos trae regalos y toda clase de bendiciones. En esta navidad del año 2024 los regalos van a estar muy escasos y muy difíciles para la mayoría de los hogares castigados por la pobreza, la crisis económica, la enfermedad y el abandono.
Hacemos, sin embargo, nuestra carta para pedir aquello que más deseamos para nosotros y nuestro país.
Querido Niño Jesús: Queremos paz con justicia. Queremos que termine de una buena vez esta larga y dolorosa crisis que ha sembrado tanto sufrimiento y tanta desolación en nuestro medio. Queremos que nos llenes con tu amor infinito y que nos hagas capaces de amar y de ser amados. -Que se amen los unos a los otros como Yo los he amado. En eso reconocerán que son mis discípulos-. Ese es el mensaje que tu amado hijo el Papa Francisco nos transmite en su admirable encíclica Fratelli Tutti.
Te pedimos Niño Dios que nos hagas hermanos a todos. A todos los seres humanos, pero especialmente te pedimos por los venezolanos. Que erradiquemos la violencia, el odio y la división y prevalezca entre nosotros el amor, la fraternidad y la solidaridad. Queremos pedirte que no falte el pan en ninguna casa venezolana. Que ninguno de nuestros niños sufra de hambre y de desnutrición. Que todos tengamos en nuestras mesas un pan para bendecir y para compartir.
Los venezolanos queremos vivir mejor. Es decir, queremos vivir bien, como seres humanos del siglo XXI. Queremos vivir como vivieron nuestros mayores y como viven nuestros hermanos en otros países de nuestro continente y en otras regiones del mundo. Queremos vivir en un ambiente de respeto a los derechos humanos, de respeto a la dignidad de cada uno de los seres humanos que tenemos el privilegio de vivir en esta tierra tan querida. Queremos vivir en familia. Con todos nuestros familiares alrededor y sin la tristeza de que muchos de los miembros de nuestra familia hayan tenido que emigrar para buscar mejores horizontes.
En definitiva, Divino Niño, queremos paz y justicia.