Regional

En ventas de pantalones de San Antonio solo ven pasar la gente hacia Colombia

7 de noviembre de 2017

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San Antonio.- A menos de dos meses para que se acabe 2017, comerciantes del ramo textil de San Antonio del Táchira dicen que la denominada temporada alta, que en años anteriores comenzaba en septiembre u octubre, aún no ha llegado, pues aunque mucha gente pasa diariamente por el frente de las pocas tiendas de pantalones que quedan en la avenida Venezuela, en su mayoría se dirigen a comprar comida en el comercio de la frontera colombiana.

El eje San Antonio-Ureña se ha distinguido a nivel nacional por la producción y venta de prendas de vestir, principalmente pantalones para damas, caballeros y niños, que son fabricados en la zona. La calidad, variedad y buenos precios hace que personas procedentes de distintas ciudades del país acudan, en la temporada de fin de año, a comprar al mayor y al detal en los puntos de venta que los fabricantes tienen en la región fronteriza.

Sin embargo, consecuencia de la situación económica que vive el país muchos fabricantes han cerrado tanto las fábricas como los puntos de venta, mientras que los que resisten han tenido que ajustar precios de la mercancía debido a los altos costos de producción, gastos operativos del local y pago de empleados. Todo ello hace que las prendas de vestir hoy día tengan elevados precios que mucha gente no está en condiciones de pagar. Además, se debe tomar en cuenta que la mayoría de ingresos que perciben hoy día, las familias lo dispone para tratar de cubrir gastos de alimentación.

Aunque por tradición la familia acostumbra a comprar estrenos para fin de año, la situación económica del país está haciendo cambiar este hábito y ello es lo que perciben los comerciantes de las ventas de prendas de vestir ubicadas en la avenida Venezuela de San Antonio.

–Aquí gente no falta; pero la mayoría pasa es a comprar comida en La Parada o Cúcuta, porque la plata no alcanza para más nada- dijo la encargada de un punto de venta de pantalones, quien agregó que debido a la baja comercialización, el propietario del negocio tuvo que reducir de ocho a tres el número de vendedores.
Al igual que las ventas, también ha caído la producción de prendas de vestir. Las fábricas han cerrado por falta de materia prima o el alto costo de la misma, principalmente de la tela que es traída de Colombia. Con la progresiva devaluación del bolívar, el costo de la tela colombiana se encarece cada día y ello repercute en el costo del producto final. Hay fabricantes que trabajan con tela venezolana, pero como todo, también el precio se ha encarecido.

Otros comerciantes señalan que a los costos de producción de las prendas de vestir igualmente se añade el alto costo del alquiler del local donde funciona el punto de venta, los gastos de servicios básicos y las obligaciones salariales con los encargados y vendedores de las tiendas. Hay comerciantes del ramo textil que están pagando en pesos el alquiler del local donde venden las prendas. Con la devaluación del bolívar, el costo del alquiler en pesos es sumamente elevado.

Los precios de las prendas

Todas esas circunstancias llevan a que el precio de las prendas de vestir hoy día sea elevado y debido al bajo poder adquisitivo de las familias, resulta casi imposible comprar estrenos para cada uno de sus integrantes este fin de año. Los encargados y vendedores de las tiendas dicen que es poca la gente que está acudiendo a comprar y los pocos que acuden, por lo general buscan ropa para los niños y niñas solamente.
Los precios de las prendas varían, dependiendo de la tela y del modelo, pero un pantalón para dama, por ejemplo, puede costar entre 200 mil y 280 mil bolívares; los pantalones para caballero están por el orden de los 300 mil bolívares. Para niños y niñas pueden costar desde 180 mil hasta más de 300 mil bolívares.

Aunque las ventas hasta ahora han estado bajas, los comerciantes esperan que puedan mejorar a medida que los trabajadores del sector público y privado empiecen a cobrar los aguinaldos y se aproximen las festividades de Navidad y Año Nuevo. “Ahorita la mayoría de la gente apenas gana para comprar comida, pero siempre hay quienes hacen el esfuerzo de comprar estrenos aunque sea solo para sus hijos”, expresó con cierto optimismo el encargado de una venta de pantalones.

José G. Hernández

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