Regional
La historia de Ángel David, el bebé que nació en el terminal de San Cristóbal
27 de diciembre de 2018
Yorgelis Ruiz se levantó bien temprano el 24 de diciembre con una misión: salir de Capacho en dirección al Terminal de San Cristóbal. Allí esperaba conseguir pasaje para alcanzar a llegar en plena Nochebuena a su casa en la parroquia La Vega, en el oeste de Caracas, donde la esperaba su hija mayor, de seis añitos. El segundo, con casi ocho meses de gestación, seguía en su vientre.
Se iba a ir en la víspera, el 23, pero el tiempo se les fue a ella y a su esposo Dioalfre Moreno comprando regalos para la niña. Claro que sabía que el puerto terrestre de la capital del Táchira fronterizo estaba desbordado de pasajeros, pero igual quiso hacer el intento. Primero se montó en un carrito que prometió trasladarla hasta un peaje, quizás el de Vega de Aza, para seguir la travesía desde la Troncal 005. Pero al rato desistió y se levantó.
Un dolor en el abdomen la sorprendió. Pensó que serían las dos papas de carne mechada y la empanada de pabellón que más temprano había desayunado. ¿Me caería mal la comida?, se preguntaba. Siguió buscando pasaje, en medio de esa marea de gente. Alguien le pidió 200 dólares hasta Barinas. Imposible.
Los dolores la trasladaron, pero al baño de damas del terminal. Se hicieron intensos. Cuando se dio cuenta, la cabecita del bebé estaba empezando a asomarse de manera espontánea. Pujó fuerte. Se armó de fuerza en sus brazos para sostenerlo. Gritó, pidiendo ayuda. Una ayuda que escuchó una muchacha encargada de llamar a personal de socorro.
Cuando el teniente Casanova del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal y el oficial segundo David Camacho de Protección Civil San Cristóbal ingresaron a los sanitarios, ya en realidad Ángel David estaba siendo abrazado por las manos de su madre. Entonces procedieron a cortarle el cordón umbilical y a ofrecerles a ambos los primeros auxilios de rigor. Eran las 10:30 de la mañana. Ese baño se llenó de tanta gente, que Yorgelis no supo de dónde habían salido.
En una ambulancia de Protección Civil Táchira trasladaron a madre y recién nacido al Hospital Central de San Cristóbal. En otra ambulancia, hace seis años, también Yorgelis se vio obligada a ruletear varios centros asistenciales de Caracas toda una noche de enero, cuando se convirtió en mamá. Esta vez todo fue distinto. Imprevisto. Ángel David, como pensó llamarlo desde que supo que tendría varón, había decidido nacer en San Cristóbal, aún siendo hijo de caraqueña y de larense.
La tuvieron en camilla en el pasillo de Sala de Parto, mientras el bebé recibía atenciones en la Emergencia Pediátrica. Tan bien estaría Ángel David que primero lo dieron de alta a él que a ella. Fue después de las 4:00 de la tarde del mismo 24 de diciembre cuando se pudieron reencontrar en el piso 8, donde hospitalizan a las madres con sus recién nacidos.
Pesa 2 kilos 500 gramos y mide 49 centímetros. Como Yorgelis tenía en Caracas la poquita ropa que había podido comprar hasta ahora, porque la crisis aprieta, no tenían en San Cristóbal cómo vestirlo. La periodista Lorena Bornacelly y su madre, la también comunicadora social Lorena Arráiz, fueron para ella dos ángeles que le obsequiaron la primera ropita que lo cubrió del frío.
Ángel David. Así se llama y así están tramitando su certificado de nacimiento, aunque ese lunes de la Natividad del Señor varios intentaron convencerla de que le nombrara Jesús, como el hijo de Dios que venía también esa Nochebuena.
Dioalfre Moreno es un larense de nacimiento que este 24 de diciembre se había ido a Cúcuta, donde habitualmente trabaja, cuando su suegra lo llamó desde la capital para comunicarle la buena nueva. Hace apenas unas horas había despedido a su esposa y ya se estaba convirtiendo en papá, aunque la médico que la trataba en Caracas había previsto que nacería a principios de febrero.
Entonces el joven comerciante de 21 años cruzó el puente internacional Simón Bolívar y buscó llegar lo más rápido posible de San Antonio a San Cristóbal, en la muy transitada ruta de la frontera por cuyo tramo ese día estaban pidiendo 10 mil pesos colombianos.
En el Hospital Central, donde acompaña a esposa e hijo, se siente feliz porque a Yorgelis y a Ángel David no les pasó nada, porque están sanos y felices, porque es padre de un bebé precioso que toleró la leche materna sin problemas y que ya hasta sonríe. Nació bendecido, creen, porque desde el 24 todo cuanto ha usado ha sido producto de donaciones desinteresadas.
Este miércoles 26 en la tarde recibieron la visita del alcalde de San Cristóbal, Gustavo Delgado, quien llegó con canastilla verde y blanca en mano (sin pañales, eso sí, porque no consiguieron). Entre risas, el mandatario hasta se ofreció a apadrinar al muchacho, aunque por lo pronto el próximo reto de Yorgelis es, finalmente, regresar a Caracas después de que este jueves le den el alta médica.
Yorgelis, que a sus 23 años de edad es auxiliar de farmacia, vino al Táchira por poco más de dos meses en una suerte de estancia de vacaciones y por cosas de la vida desde el pasado 17 fue retrasando su regreso a Caracas.
Ni se imaginaba lo que iba a pasar, que hoy Ángel David iba a ser noticia nacional. En todo caso, está contenta de que ese hijo de larense y caraqueña haya nacido tachirense. “Es una bendición”, repiten ella y quienes la visitan conmovidos por su historia, la historia del bebé que inesperadamente nació en el baño del Terminal de Pasajeros de San Cristóbal el mismo día que nace el Niño Jesús en todo el mundo.
Daniel Pabón