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Vas al supermercado y compras tus víveres; ya en casa, guardas el mercado en la nevera, y ¿qué haces con la bolsa plástica?
¿Sabías que la bolsa, por sí sola, tiene un impacto ambiental?
Ahora bien, la huella ambiental es mayor si la bolsa es impresa.
La tinta en base solvente es la de mayor uso en la impresión. Es formulada con solventes muy volátiles, como acetato de etilo, cetonas y propanol, entre otros aditivos. La volatilidad de sus compuestos trae problemas, desde su misma fabricación, con olores molestos y persistentes en el ambiente de trabajo e incluso riesgos de explosiones al tratarse de sustancias fácilmente inflamables.
La ‘inofensiva’ bolsa impresa y su huella
El proceso de impresión con esta tinta genera emisiones entre los 400-450 kg de CO2, equivalentes por cada 20.000 m2 de impresión, siendo equivalentes a imprimir 51.282 bolsas de asa de 10 kg, utilizadas en los supermercados.
Un estudio realizado por la empresa DuPont sobre las técnicas de impresión: flexografía y la huecografía, evidenció la marcada huella ambiental que tienen, entre las que destaca un alto consumo de energía, gases de efecto invernadero, que son preocupantes. Por cada 1.000.000 de m2 de plástico impreso, se consume la energía equivalente a 6 gandolas de combustible. En cuanto a los gases de efecto invernadero (GEI), que tienen influencia en la crisis climática, emisiones equivalentes a lo generado por 80 automóviles por año.
El Departamento de Impresión Funcional y Recubrimientos del Instituto Tecnológico del Plástico, AIMPLAS, de España, indica que existe una creciente preocupación por la utilización de tintas en base solvente, debido a los riesgos asociados a la presencia de solventes retenidos en el envase que podrían causar problemas de olores indeseables e incluso migrar potencialmente al alimento.
La bolsa impresa tiene una huella ecológica muy alta, a la que hay que sumarle el consumo energético del secado forzado, el cual requiere del uso de aire caliente; además complica su reciclaje, requiere de mecanismos especiales, que generan un efluente contaminante por los compuestos tóxicos que posee. Así, un proceso que está siendo beneficioso para el ambiente, debe ajustarse y tener un gasto adicional en términos económicos, de insumos y recursos hídricos. Un impacto negativo, innecesario e injustificable y que se puede prevenir.
Consumo
y producción responsable
La Organización de las Naciones Unidas, en relación a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (2015), dicta que es vinculante “… encontrar nuevas soluciones que ofrezcan modalidades de consumo y producción sostenibles redunda en interés de las empresas. Es preciso comprender mejor los efectos ambientales y sociales de los productos y servicios”.
Nuevas soluciones, radica en un consumo y producción responsable, en hacer más y mejor con menos, no repetir el pasado, con procesos y prácticas contaminantes, sin defensa válida, como lo son las bolsas impresas. Lo requerido es innovar, evaluar y establecer una mejora continua, iniciar la transición hacia una economía circular.
Transición, que ya inició en la ciudad de San Cristóbal con la puesta en marcha de la Escuela de Reciclaje, la 1era en Venezuela, a través de su equipo especializado identificando puntos críticos, planteando soluciones para el desarrollo y promoción de una producción y consumo responsable. En este contexto, en conjunto con la empresa Andes Plast, bajo un proceso de ecodiseño, están siendo fabricados productos con 100 % plástico reciclado, reduciendo así el consumo de materia prima virgen proveniente de la industria petrolera, la cantidad de desechos plásticos en las calles y por ende la contaminación; estableciendo un sistema para su retorno y nuevamente procesamiento, un ciclo.
Imaginen comprar en un supermercado, sabiendo que esa bolsa ha sido fabricada con plástico que el mismo supermercado separó en sus actividades, procesado y reciclado, una campaña educativa, constituyendo un modelo empresarial de responsabilidad compartida. ¿No creen que esta es mejor publicidad que una bolsa impresa? ¿No creen que es mejor que una estrategia publicitaria marcada con contaminación al ambiente e incluso a la salud?. (Chiquinquirá Borrero)
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