Se requiere de la cooperación de todos para dar continuidad a esta obra que
extiende su mano generosa a los desposeídos
Por Norma Pérez
Para beneficio de cientos de personas en situación vulnerable se reiniciaron las actividades de la “Caricia de Dios”, como se denomina a la preparación y reparto de alimentos que realiza la parroquia Santa Lucía de Rubio.
El padre Richard García, creador y principal impulsor de esta ayuda humanitaria, real y efectiva, que se lleva a cabo desde hace cuatro años en el municipio Junín, dio a conocer que, luego de un breve receso, nuevamente extienden su mano generosa a los desposeídos
“Iniciamos de nuevo la aventura de llevar la Caricia de Dios a los más necesitados y vulnerables de Rubio. Bendito sea siempre nuestro Padre, que nos alimenta con su palabra y nos da el sustento de cada día”.
Para continuar con tan valiosa obra de amor al prójimo requieren la ayuda de todos, un pequeño aporte es fundamental, pues son muchos los seres que esperan por la comida.
“Nos hace falta de todo, especialmente verduras, proteínas, harina, café, queso y azúcar. Son tiempos difíciles, pero siempre están las almas buenas que hacen su donativo”.
El sacerdote recorre cada semana diferentes municipios en busca de los insumos que permitan preparar la sopa que, junto a un grupo de servidores y voluntarios, entregan los domingos a mil 400 personas y a todos lo que se acercan a solicitarla.
Para quienes por razones de salud o distancia no pueden llegar hasta el lugar, existe un servicio de entrega con motorizados, que colaboran y llevan el alimento hasta los hogares.
Los días jueves y viernes reparten alrededor de 400 arepas, en calles, centros de salud y a los privados de libertad. El sábado ofrecen un desayuno a niños y personas de la tercera edad.
Para todos ellos, es la ayuda oportuna, por lo tanto, es importante el respaldo colectivo; cualquier donativo cuenta y está destinado a alegrar los corazones. Es el calor de la solidaridad.