Rosalinda Hernández C.

 

Osmey Correa, dirigente del partido Acción Democrática y prefecto en el municipio Junín, denunció que producto de la retaliación política, recibió el pasado viernes 22 de mayo de manos de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), subdelegación Rubio, una citación para acudir ante la Fiscalía Municipal Primera de esa jurisdicción, el próximo lunes 25 de mayo.

Lo más sorprendente, dijo el dirigente político, es que debido a la pandemia la fiscalía municipal no está recibiendo o haciendo citaciones ordinarias. “Movilizan a los cuerpos de seguridad para hacerme llegar una citación junto a mi familia: esposa y suegros. No parece casualidad, es una retaliación política en contra de las personas que pensamos diferente”.

Hasta ahora Correa desconoce el motivo de dicho llamado. Igualmente por qué citan también a su familia. “Solo les faltó enviar citación para comparecer a la fiscalía a mi hija de 2 años y medio para completar todo el núcleo familiar”.

La acción puede obedecer a una persecución política, teniendo en cuenta que meses atrás otros ciudadanos del municipio Junín, han sido llamados a comparecer ante el mismo órgano de justicia, luego de participar en protestas de calle que demanda solución a los problemas de servicios públicos que padece la localidad, comentó el prefecto.

“Somos víctimas del abuso de poder por reclamar nuestros derechos fundamentales como es tener agua, gas doméstico, electricidad, alimentos y gasolina. Víctimas del abuso de autoridad por querer vivir mejor y luchar por tener un mejor país”, señaló el prefecto.

Considera Correa que el llamado a fiscalía, el marcaje de casas, suspender sueldo a educadores del municipio y los mensajes anónimos con amenazas directas de muerte, forman parte de las acciones enumeradas por el político como de uso frecuente para atemorizar a la población opositora y habitantes de Rubio.

Correa dijo no tener temor de los procedimientos que utilicen para tratar de amedrentarlo y frenar su accionar político porque no ha cometido ningún delito.

“El temor solamente es a mi Dios, a pesar de la amanezca de muerte que recibí y de algunas otras amenazas que he recibido por teléfono, no les tengo miedo a ellos. Siempre con Dios por delante”.

Si pensar distinto al régimen, si protestar por una mejor calidad de vida, si tocar cacerola y denunciar las arbitrariedades que se cometen en el municipio es delito, se seguirán cometiendo ese tipo de delitos porque será imposible silenciar las voces de quienes claman por la libertad, asevero.

En Rubio cada ciudadano se conoce y sabe quiénes luchan por querer una Venezuela libre, con oportunidades y calidad de vida. También se sabe quiénes se interponen a ello y será la justicia divina quien los juzgue, destacó Correa.