Reportajes y Especiales

Ser mujer y el vacío de privilegios

13 de marzo de 2024

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Por Astrid Anselmi

Diseño: Paloma Lacruz

¿Qué es ser mujer?, con esta ambigua pregunta inició un conversatorio de más de dos horas al que asistieron cerca de 40 mujeres tachirenses de distintas edades, profesiones y oficios; un espacio seguro en el que identificaron las complejidades que deben afrontar las mujeres para poder ser y estar en la sociedad.

Las psicólogas y psicoterapeutas Mariángeles Huiza y Karoll Vivas, miembros de la organización Somos y guías del Espacio Linda Loaiza, fueron quienes orientaron la deconstrucción de conceptos y pensamientos en un grupo tan diverso en opiniones, como semejante en la falta de privilegios que ensombrece las oportunidades y derechos de las mujeres.

“Ante todo debemos identificar cómo está organizado el sistema y cómo favorece a algunas personas y a otros los deja en posición de riesgo, siendo las mujeres uno de los grupos afectados”, expresó la psicóloga Mariángeles Huiza.

No se trata solo de las diferencias impuestas desde el patriarcado y el machismo. El destejido de esta realidad revela una capa más, la pluralidad de identidades entre mujeres como condicionante de privilegios.

“Nacer mujeres ya nos resta un punto en la escala de privilegios, pero ser mujer blanca, afro, indígena, miembro de la comunidad LGBTIQ+, de clase media o clase baja, con nivel de estudio o no, marca realidades diferenciadas entre nosotras”, enfatizó Huiza.

Reconocer que el abanico de rasgos y características cercena accesos como a la educación o al trabajo, es el primer paso para enfatizar la empatía y sororidad entre las mujeres.

Con dinámicas participativas, las asistentes distinguieron conceptos y expresiones sobre el sexismo, machismo y patriarcado

Al respecto, la profesional de la psicología acentuó la importancia de llevar este tema a conversación “porque a veces pecamos en opinar desde nuestras experiencias y lo que nos acobija. Al entender que no todas contamos con la misma red de apoyo, nos hacemos conscientes de que existen mujeres en opresión”.

Visibilizar esta situación es el estandarte de la lucha feminista que exige respeto y equidad en todos los espacios de la sociedad, un propósito con el que se identifica Emperatriz Márquez, partícipe del conversatorio, es una mujer de 51 años que hace parte del movimiento feminista en el estado Táchira, y usa su voz para exigir por sus pares que han sido subestimadas y silenciadas.

“No existe limitantes de tiempo, espacio ni edad para que las mujeres se reconozcan como tal y se sumen a ir contra la línea de los patrones sociales que nos han coartado y oprimido”, reflexionó.

Por su parte, Ingrid Coti, quien desde los inicios del feminismo en Venezuela ha sido parte activa de la lucha, celebró la asistencia de mujeres de diferentes edades y ocupaciones que, tras reconocer su identidad y deconstruir percepciones, puedan establecer contacto para ampliar la denuncia y protección de las mujeres tachirenses.

“Gracias a nuestras antepasadas que lideraron movimientos hoy en día existimos mujeres orgullosas de lo que somos y aspiramos, sin importar raza, tendencias o género”.

***Este es un artículo de la Red de Mujeres Constructoras de Paz en alianza con Diario La Nación