Tras la desaparición y posible homicidio del conductor de vehículos de servicio ejecutivo, Aníbal Guardián, sus familiares presentaron ante la Fiscalía colombiana una serie de supuestas pruebas que involucrarían en el hecho a algunos venezolanos que frecuentan el Norte de Santander.
Tales revelaciones a este rotativo las hicieron recientemente, cumplido un año del suceso, pues antes las habían omitido en razón de que estaban siendo víctimas de amenazas de muerte por estar indagando y tratando de esclarecer qué fue lo que le pasó a Aníbal y quiénes son los responsables. Las intimidaciones que les hicieron también incluían si formulaban la denuncia, lo cual ya hicieron.
Aníbal Germán Guardián Núñez, de 36 años, es el anzoatiguense que desapareció el 28 de julio de 2020, luego de que, junto a su pareja, se trasladó desde el municipio Guásimos, en el Táchira, hasta La Parada, Norte de Santander, para supuestamente comprar víveres.
Una vez la pareja se separó en La Parada, él desapareció sin dejar rastro. Sobre las circunstancias en las cuales ocurrió tal desaparición surgieron, por parte de ella, muchas versiones inconsistentes –ninguna confirmada-, incluso que a Aníbal se lo había llevado de una trocha la guerrilla.
“La pareja de Aníbal es una parte importante en la investigación, porque al final, cuando nosotros nos enteramos que estaba desaparecido y la presionamos para que nos dijera qué había pasado con él, ella se hizo la muerta. Pero es mentira, ella sigue viva”, sostuvo Kellys, hermana de la víctima.
El hecho es que en noviembre 2021, solo cuatro meses después de la desaparición, hallaron en el barrio San Isidro, Cúcuta, unos restos humanos que, de acuerdo con los parientes, son de Aníbal, pues las prendas de vestir localizadas allí eran suyas. La víctima fue asesinada a balazos.
No obstante, nueve meses después del hallazgo, Medicina Legal de Bucaramanga, cuyo personal se llevó los restos hallados, no ha dado una respuesta que descarte o confirme que eran de Aníbal, lo que implica que legalmente, hasta que no haya una conclusión oficial sobre la identidad, él sigue desaparecido.
Aun así, los seres queridos del conductor están plenamente convencidos de que Aníbal fue asesinado el mismo día que desapareció. Esta afirmación la sustentan con audios a los que han logrado acceder a través de personas que también quieren justicia y en los que se menciona a varios presuntos implicados, e incluso hay uno en el cual el presunto autor material del hecho se inculpa. Las amenazas de muerte, por notas de voz, también fueron consignadas a la Fiscalía del vecino país.
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Por un vehículo
De acuerdo con los familiares, al analizar los audios, todo parece indicar que lo que le pasó a Aníbal tuvo que ver con un vehículo que le fue asignado para trabajar como chofer, pero -afirma la familia- antes de que se decretara la pandemia nacional se “lo quitaron” y habría sido vendido sin autorización por una tercera persona. Hasta ahora desconocen si apareció o no dicho vehículo (no se conocen sus características).
En represalia, consideran que a Aníbal lo habrían citado en La Parada, añadió la familia, con la excusa de entregarle un dinero, pero fue emboscado y de allí se lo llevaron al barrio San Isidro, donde lo asesinaron, debajo del puente.
Lo que lamentan sus dolientes es que le hayan quitado la vida por algo en lo que no tenía ninguna responsabilidad.
Lo único que en este momento desea la familia de Aníbal es que terminen de identificar los restos hallados en San Isidro, hace seis meses, como para tener un cierre de ciclo; y en segunda instancia, que la Fiscalía colombiana tome en cuenta las pruebas que le entregaron, realice las pertinentes investigaciones y, finalmente, que se haga justicia.