Regional
Focos de contaminación afean vías y áreas verdes en Fernández Feo
14 de diciembre de 2020
Luego de disfrutar de una sabrosa chicha, la joven de lentes de montura oscura arrojó el vaso por la ventanilla de la unidad de transporte público que recorría la ruta de la troncal 5, que va de San Cristóbal a San Rafael de El Piñal. Así ocurrió lo que me temía, pues si bien tenía la esperanza de que, por lo menos, lo guardase hasta llegar al terminal o hasta su casa, para botarlo al pote de la basura, finalmente esto no fue así.

Lamentablemente, dicha escena se repite a diario, a lo largo y ancho de la geografía tachirense: la falta de conciencia ecológica que se materializa de manera ruin, cuando se trata de darles un destino a los desechos que producimos a cada momento.
Así pues, no es difícil encontrar en algunos tramos de la mencionada vía, que comunica al Táchira con los llanos y el centro del país, botes de basura de distintas proporciones, que no solamente afean el ambiente y hablan mal de una parte de los pobladores de estos lugares, sino que constituyen focos potenciales de contaminación, ya sea del suelo, del agua o del aire.
Uno de estos lugares es una especie de parada en el sector conocido como Torondoy. De hecho, lo que suele verse en este lugar son grandes depósitos de basura, arrojados indiscriminadamente. Están constituidos, sobre todo, por envases y botellas de plástico, así como por bolsas y papeles.
Basurero cerca de la manga de coleo
Según investigaciones llevadas a cabo en diversas partes del mundo, se ha determinado que una botella de plástico puede tardar hasta mil años en descomponerse si permanece enterrada, mientras que las bolsas de plástico tardan unos 150 años.
Sin embargo, son muy pocas las personas que actúan en defensa del ambiente. Aquellas que, en algunos casos, guardan los desechos en sus bolsillos, bolsos o automóviles, para posteriormente depositarlos en su debido lugar.
Un ejemplo de esta situación se presenta en el sector Piñalito de San Rafael de El Piñal, municipio Fernández Feo, justo en la entrada de la vía de tierra que lo conecta con la Manga de Coleo Silvestre Guardia, donde varias botellas plásticas de refrescos e innumerables desperdicios yacen desperdigados.
Botan basura entre Naranjales y El Jordán
Asimismo, en la vía que comunica al municipio Fernández Feo con El Nula, en el Alto Apure, se reporta la presencia de bolsas de basura y otros desperdicios. En este particular, aseguraron los vecinos entrevistados que pudiera tratarse de habitantes de Naranjales, que no esperan que los camiones colectores del aseo urbano de la jurisdicción pasen por sus hogares, y arrojan sus desechos a un lado y otro de la arteria vial.
Vienen cumpliendo las rutas con normalidad
Vale comentar que en cuanto al servicio del aseo urbano en la jurisdicción del piedemonte andino, cuya gerencia depende del departamento de Servicios Públicos de la alcaldía, comentaron vecinos de diversos sectores que ha venido funcionando con normalidad.
«Creo que es uno de los servicios que están funcionando bien en nuestro municipio; por supuesto, ha habido semanas en que se ha atrasado unos días. Eso ha sucedido, según luego comentan sus trabajadores, porque deben hacer mantenimiento a los camiones recolectores», indicó Ana Vargas, habitante del sector Valle Lorena, de Naranjales.
Habitantes del casco de San Rafael de El Piñal coincidieron al afirmar que los camiones recolectores cumplen las rutas, en términos generales, sin ningún tipo de inconveniente.
Uno de ellos recordó que el Departamento de Servicio Autónomo Municipal de Recaudación y Administración Tributaria (SAMRAT), de la municipalidad, lleva a cabo una campaña para que la población cumpla a cabalidad con sus pagos tributarios, aduciendo que parte de lo recaudado será invertido en el mejoramiento de los camiones compactadores y en el mantenimiento del vertedero de El Piñal, ubicado en las adyacencias del cementerio Municipal de la llamada “puerta del llano”.
Toma de conciencia
Desde hace años, instituciones educativas y medios de comunicación se han hecho eco de la necesidad de transformar la mentalidad y los hábitos en lo referente al uso de los desechos sólidos y orgánicos. Nos obstante, estos proyectos no han logrado el efecto esperado. Todo parece indicar que la falta de conciencia ecológica es lo que campea, cuya consecuencia inmediata es el daño a nuestras áreas verdes, bosques y ríos, y por ende, a nuestra salud.
Raúl Márquez