Sobre el origen de la democracia, hay varios criterios. Algunos pensadores sostienen que la democracia ateniense es el primer ejemplo de un sistema democrático. La experiencia democrática ocurrió en la Antigua Grecia alrededor del año 500 a.C. Pero otros personajes argumentan que en la organización tribal, así como en antiguas civilizaciones existieron formas de sistemas políticos democráticos. A la democracia griega se le critica la exclusión de la mayoría de la población en ese sistema, mientras que solo un 10 % de la misma participó en ella. En los griegos se le consideraba el gobierno del pueblo. En aquella época antes de Cristo la democracia fue clasificada y definida así: el primero en definirla fue Platón (428-348 a.C.) y luego Aristóteles (384-322 a.C.) en tres tipos básicos: monarquía “gobierno de uno”, aristocracia, “gobierno de los mejores”, para Platón y “de los menos” para Aristóteles, democracia, “gobierno de la multitud para Platón y “de los mas” para Aristóteles.
En forma clásica hay democracia indirecta o representativa, cuando las decisiones son tomadas por intermedio de personas denominadas sus representantes (parlamentarios, delegados…). Y democracia directa, cuando las decisiones las adopta directamente el pueblo a través de elecciones primarias, plebiscitos y referéndums vinculantes, al participar en la iniciativa legislativa popular y en la votación de leyes y elección de sus gobernantes. Hoy en día el significado de democracia ateniense ha variado con el tiempo, a partir de finales del siglo XVIII con la elección sucesiva de sistemas democráticos, el reconocimiento y aplicación del sufragio universal, directo y secreto y la introducción del voto femenino en el siglo XX. Toda esta transformación hace que las democracias actuales difieran del sistema de gobierno democrático ateniense.
En la Edad Media, en algunos países europeos emplearon en sus gobiernos el término de “democracias urbanas”, con la finalidad de designar a las ciudades comerciales en Italia y Flandes, donde predominaba un gobierno aristocrático. Además, figuraron determinadas democracias denominadas campesinas, como en el caso de Islandia, donde su primer parlamento se reunió en 930 y la de los cantones suizos en el siglo XIII. Las Cortes del Reino de León en 1188 se organizaron en forma democrática, inicialmente mediante el “Ayuntamiento”.
En Europa, el Protestantismo durante su vigencia fomentó la reacción democrática al oponerse a la autoridad del Papa, lo cual fortaleció temporalmente el poder de los monarcas. Para contrarrestar esa osadía protestante, la Iglesia católica, a través de la Escuela de Salamanca se opuso a la idea del poder de los reyes por mandato divino, al argumentar que el pueblo es el autor y receptor de la soberanía. En 1653 apareció en Inglaterra el instrument of Government, instructivo que consagró la idea de la limitación del poder político con el establecimiento de normas y garantías para frenar el posible abuso del poder real. En América hubo unos cuantos ejemplos de democracia. En ese sentido, los comuneros de Paraguay de 1735 enarbolaron el principio democrático ideado por José de Antequera y Castro de: “la voluntad del común es superior a la del propio rey”. En Brasil, los afroamericanos humillados y esclavizados por los portugueses adoptaron una organización social en repúblicas democráticas nombradas “quilombos”, como el Quilombo de los Palmares, el de Macaco, entre otros.
La independencia de Estados Unidos en 1776 consagró un nuevo modelo e ideal para las instituciones políticas de carácter democrático, proyectado por la Revolución Francesa de 1789 y la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1810-1824), al difundir las ideas liberales, los derechos humanos contemplados en la Declaración de Derechos de Virginia y la Declaración de los Derechos Humanos y del Ciudadano, el constitucionalismo y el derecho a la emancipación, principios esenciales para fortalecer y consolidar la base ideológica de la evolución política acaecida en los siglos XIX y XX. En los casos de las constituciones de Estados Unidos de 1787, con la enmienda de 1791, de Venezuela de 1811, de España de 1812, de Francia de 1848 y Argentina de 1853, tienen ciertos indicios democráticos, con avances y retrocesos. En los últimos años la aparición progresiva de países democráticos tuvo una serie de conquistas para las personas. Entre ellas: la abolición de la esclavitud, la legalización del sufragio universal, la igualdad legal de las mujeres, el fin del colonialismo europeo, el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y las garantías de no discriminación para las minorías raciales y étnicas.
La Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 62/7 del 8 de noviembre de 2007, decidió establecer el 15 de septiembre el Día Internacional de la Democracia. Luego en 2015 los miembros de la ONU en su totalidad aprobaron la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para tratar en lo posible un futuro mejor de la humanidad, cuyos objetivos primordiales es poner fin a la pobreza extrema, luchar contra la desigualdad, la injusticia y proteger al planeta tierra, especialmente del cambio climático. Al rememorar tan significativo aniversario, hagamos esfuerzos para evitar por completo que desaparezca lo poco que nos queda del otrora sistema democrático venezolano, destrozado por el actual régimen socialista… (Alejo García S.) /