Julieta Cantos
FEDECÁMARAS
Planificar es fundamental para cualquier actividad que se realice, ya sea con Inteligencia Artificial o sin ella. Su importancia es que permite contrastar lo planificado con lo ejecutado, corregir errores, maximizar aciertos. La 80ª Asamblea de Fedecámaras, realizada el pasado jueves 17 y viernes 18, evidenció el uso de ambas, con la relevancia de que por lo menos hasta ahora, la IA no posee la intuición, ni el sentido común tal como lo ejerce el ser humano, por lo que el personal a cargo supo enfrentar los problemas normales que se presentan en este tipo de eventos, con empatía y comprensión. Lo primero que debo señalar es la calidad del mismo, así como su impecable organización sorteando, como señalé antes, los pocos inconvenientes que surgieron. Disfruto poder decir que luego de 50 años desde la última Asamblea de Fedecámaras que se realizó en el Táchira, ésta demostró de qué estamos hechos los tachirenses. Somos emprendedores, inteligentes, innovadores, trabajadores, constantes, organizados, cordiales…y lo más importante, con generación de relevo. El actual presidente de Fedecámaras Táchira, el arquitecto Max Vásquez, convocó a un público amplio y diverso. Esto es fácil decirlo, no tanto hacerlo. Todos los sectores tanto públicos como privados en torno a la institucionalidad, la integración y para mí la producción consciente, que es la que convoca un desarrollo armónico.
El primer día fue destinado al registro y acreditaciones, para luego presentar la memoria y cuenta por parte de la junta directiva actual, y finalmente realizar el acto de instalación y de salutación con las intervenciones de las autoridades nacionales, regionales y locales. La presencia de la vicepresidenta Delcy Rodríguez refleja la relevancia que desde el Gobierno nacional se le da al evento, a la importancia de la integración de los sectores públicos, privados y binacionales para el incremento de la producción y la estabilización de la economía, pero sobretodo el reconocimiento expreso de nuestra condición de estado fronterizo, en donde San Cristóbal es la capital del estado con mayor dinámica comercial binacional en Venezuela. Esto no es nuevo. No es casualidad. Nuestra ubicación geográfica es estratégica, es el paso más bajo de la Cordillera y por ello el enlace fluido con Colombia y el masivo tránsito de mercancía, entre otros…amén de nuestra capacidad productiva.
La intervención del gobernador Freddy Bernal resaltó la ejecución de políticas efectivas en el control de la delincuencia, la promoción de rubros productivos y la consolidación de la integración como practicas que inciden directamente en el dinamismo de la economía regional.
El segundo día se desarrollaron los conversatorios, iniciando empresas de servicios con calidad de exportación. Dos sectores: uno sobre el desarrollo del turismo en el Táchira y el otro sobre tecnología. Empresas privadas que ya tienen varios años prestando sus servicios no solo a nivel local, sino también internacional.
En relación al turismo, expusieron tres empresas; una de ellas vinculada con la producción, a través del agro; las otras dos con turismo de montaña, apoyadas en nuestras imponentes vistas panorámicas. Las empresas de tecnología con ideas innovadoras, frescas, generando respuestas a nivel local, nacional e internacional. El propio valor agregado a partir de la formación producida desde nuestras universidades regionales. Y aquí es donde esperamos aportar para futuros encuentros. Entiendo lo difícil que es organizar actos con tantos asistentes, pero un evento de esta naturaleza no puede basarse en conversatorios en donde el ponente cuenta su experiencia, y el público solo escucha sin poder intervenir para poder comprender más a fondo y enriquecer la vivencia. Los conversatorios no sirven si no enriquecen el diálogo, ni responden inquietudes. Tendrían que organizar ciclos de preguntas y respuestas al final de cada grupo de exposición, con tiempos de participación no mayores a 3 minutos. Lo cierto es que al ver las imágenes, mi mente se extrapoló. Esas montañas que son la base de ese turismo, y uno de nuestros principales atractivos, poco a poco van dejando de ser mágicas. Ya no son las mismas. Peter Stigmeyer, investigador del en ese entonces Ministerio del Ambiente, hace más de 45 años predijo el deterioro de las mismas si no se controlaba la deforestación y las explotaciones inadecuadas, todo lo cual produce cárcavas que generan desertificación y prácticamente son irrecuperables si no se actúa a tiempo. Como aditivo nuestros suelos son de arcilla expansiva, lo que produce que en períodos de lluvia se hinchen y en periodos de sequía se contraigan, resquebrajándose, provocando licuefacciones y desprendimientos. La otra gran advertencia era la necesaria protección de nuestros afluentes y cabeceras de los ríos. Se necesita definir áreas de plantaciones forestales de especies que enriquezcan y preserven esas zonas, lo cual se convierte en una actividad económica/protectora si es supervisada por los organismos del ambiente y lo eco-social. Lo mismo aplica para las áreas mineras. Los recursos que tenemos deben ser utilizados pero debemos tener en cuenta la fragilidad de nuestro ecosistema y por ello la necesidad de una ley ambiental lógica, aplicable y con seguimiento. Usar los recursos pero preservarlos. ¿Qué va a ocurrir con esos proyectos de turismo de montaña cuando ya esos paisajes no sean atractivos y no se tenga disponibilidad de agua? ¿O cuando los requerimientos de energía eléctrica sean cada vez mayores, teniendo adicionalmente que pensar en las comunidades cercanas y su afectación?
Los tres expositores de los proyectos de turismo señalaron que existe un modelo de la ONU. La pregunta aquí sería, ¿dónde está nuestro modelo regional?
Es imperativo generar un plan rector actualizado de planificación que norme y establezca criterios. Esto le corresponde al gobierno regional enmarcado en las políticas y directrices nacionales. De allí la importancia de enlazar con el inicio del artículo…
La próxima semana continuaremos…
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