Un acto de bondad de personas solidarias para las gemelas Hanna y Hadde
Norma Pérez
La suma de voluntades generosas, corazones solidarios y un gran sentido de humanidad, hizo posible que las gemelas Hanna y Hadde, que días atrás vieron desaparecer su casa en un incendio, tuvieran la oportunidad de celebrar su cumpleaños número diez.
Esto puede parecer intrascendente ante la tragedia que ellas y sus padres enfrentan: Quedarse en la calle, solo con la ropa que llevaban puesta. Pero el anhelo de las niñas era festejar esta fecha. Y su sueño se cumplió.
Las organizaciones Hecho a Mano, Greco Eventos, Le Chocolatier y Tequeños SC, aportaron todo lo necesario para realizarlo. La decoración con globos y personajes de películas animadas, una deliciosa torta, dulces, chocolates, caramelos. Todo apareció para ellas. También, llegaron obsequios y muchas sorpresas.
Un escenario preparado especialmente para estas hermanitas, que disfrutaron de una tarde particular, acompañadas por sus seres queridos y por quienes decidieron que merecían olvidarse por un ratos de las penurias que ningún niño debe soportar.
Previo a la celebración, disfrutaron de un almuerzo, que donó la propietaria de una librería de San Cristóbal, quien además les regaló útiles escolares.
El coordinador de la fundación Manos que Oran y Ayudan, Valerio García, quien inició la campaña para la reconstrucción del hogar de la familia Sarmiento Rodríguez, fue portador de buenas noticias, pues ya se consiguieron diez láminas de zinc, algunos muebles, la cocina y enseres. Todavía requieren bloques y otros materiales de construcción.
A pesar de la adversidad, Hanna y Hadde tuvieron la oportunidad de conocer la bondad de los seres humanos. La mano extendida y el abrazo sincero. Quizás por esta razón no pierden su sonrisa.
Al apagar las velitas de la torta, pidieron un deseo fácil de adivinar: Volver a la humilde vivienda del sector Barrilito en el 23 de Enero, donde dejaron recuerdos y afectos.
Para estas gemelas, su décimo cumpleaños quedará en su memoria como el día que personas excepcionales las rodearon con una hermandad de amor y les mostraron que sí hay esperanza.
Así es, cuando se regala felicidad.