Alejo García S
En la historia republicana de Venezuela, Francisco de Miranda ha sido considerado junto a otros preclaros compatriotas como uno de los personajes de mayor trascendencia del pensamiento político al final del siglo XVIII. Es además estimado como el primer criollo de dimensión universal, al examinar su desempeño como militar sobresaliente de manera espectacular. Para comprobar esa actuación, relatamos en el campo donde actuó de manera descollante en estos acontecimientos: La Independencia de Estados Unidos en 1776, en la Revolución Francesa en 1789 y en la Revolución de la Independencia de Hispanoamericana entre los años de 1810–1811. Como un testimonio a la loable actuación realizada más allá de su querida patria, el Precursor de la Independencia de Hispanoamérica tiene su nombre grabado en el Arco del Triunfo en París, su retrato está colocado en la galería de los Personajes Históricos en el Palacio de Versalles y su estatua original esta frente a la destinada al general Kellerman en el campo de Valmy, en Francia.
Entre los aspectos más notables de la Biografía de Francisco de Miranda se destacan: Humanista, visionario de la América Independiente, estratega militar nacionalista, embajador de aquel Incanato que él quería soldar con todas las provincias ultramarinas de España y el iniciador de la Independencia de Venezuela y otros países latinoamericanos.
El patriota peregrino venezolano se dedicó en Europa a impulsar y reagrupar los ensayos revolucionarios de los sudamericanos esparcidos en el Viejo Mundo y se esmeró en establecer relaciones continuas con los líderes criollos de la Colonia. En ese sentido en Londres al finalizar el siglo XVII, creó la primera asociación política llamada Gran Reunión Americana. En ella se afiliaron notables personajes revolucionarios, tales como: Bernardo O´Higgins de Chile, Antonio Nariño de la Nueva Granada, Juan Pío de Montufar de Ecuador, Vicente Rocafuerte de Ecuador, Caro, de Cuba, Carlos de Alvear de Argentina y varios de otros países Iberoamericanos.
La estadía en Europa de Francisco de Miranda le facilitó estrechar relaciones con líderes de la talla de Napoleón Bonaparte, la emperatriz Catalina de Rusia, William Pitt, Arthur Wellesley –Duque de Wellington-, Jorge Dantón, José de San Martin, entre los líderes notables de la época. Dos etapas comprenden la vida política y militar de Francisco de Miranda. En una de ellas, el 25 de enero de 1771 se va para España, con el propósito de servir en el Ejército Real. A partir de entonces combatió en tres continentes antes citados. En 1772 el Rey Carlos III lo nombra oficial del Ejército Español. En aquel tiempo comenzó una veloz y ascendente carrera militar. Se inició como Capitán del Regimiento de Infantería de la Princesa. Al año actúa en los Ejércitos Españoles del Norte de África.
En su palmarés militar es nombrado capitán del Regimiento de Aragón y Edecán del General Juan Manuel Cagigal. En 1781 acompañó al citado militar para integrar las tropas españolas en Estados Unidos, y reforzar la plaza de Pensacola en ese país ocupada por los ingleses en la Florida Occidental. Se destacó en la toma y capitulación de dicha plazuela en 1781, lo cual le valió para ascender a Teniente Coronel.
En esa población fomenta la idea de una gran patria libre Hispanoamericana que llamaría luego Colombia. Realiza otras actuaciones militares, como la Expedición Cubana para libertar las Islas Inglesas de las Bahamas. En su condición de edecán del general Juan Manuel Cagigal negocia la capitulación de estas islas, se traslada a cabo Francesa en Haití, donde fomentan en su contra denuncias e intrigas.
Otra etapa de su vida fue la Independencia de Venezuela. El 10 de octubre de 1810 Francisco de Miranda recibió en Londres a Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez, comisionados de la Junta Suprema de Caracas. Regresa a Caracas y el 31 de diciembre de ese año es nombrado Teniente General de los Ejércitos de Venezuela. Asimismo, impulsa la instalación de la Sociedad Patriótica y en 1811 se incorpora al Congreso Constituyente. A consecuencia de varios hechos, como el terremoto del 26 de marzo de 1812, la deserción de parte del ejército patriota, la incomprensión de la dirigencia republicana de la personalidad de Miranda y la derrota de Simón Bolívar en Puerto Cabello por la traición de un jefe patriota, forzó la capitulación de Francisco de Miranda ante el español Domingo Monteverde en San Mateo, el 25 de julio de 1812. Francisco de Miranda es hecho preso y enviado a España, donde es encerrado en el calabozo del penal de las cuatro torres del arsenal de La Carraca, donde fallece a la edad de 66 años, el 14 de julio de 1816.
Al rememorar doscientos nueve años el 14 de julio del aniversario del fallecimiento de “el más universal de los hombres de su tiempo”, los venezolanos debemos rendirle homenaje a uno de los líderes esenciales de la lucha por nuestra emancipación. Semejante proeza proyectó a Venezuela colonial hacia el universo y conjuntamente con los libertadores nos dieron la libertad, luego de tres siglos de dominio español. Emulemos su legado para defender a nuestra patria en estos momentos difíciles que padecemos los venezolanos.