A VECES UNO no entiende sobre lo que creía, o lo que se creía ya no se entiende. El Vaticano es el Estado más pequeño del mundo, pero que maneja la moral y el espíritu cristiano a través de sus 16 Dicasterios, o ministerios de gobierno, que velan por más de mil setecientos millones de feligreses en el mundo… EN ECUADOR, el gobierno presidido por Daniel Noboa ha reducido de veinte a catorce el número de sus ministros y ha anunciado el despido de unos cinco mil funcionarios públicos para disminuir la carga burocrática en el país, lo que ha creado muchas críticas en la oposición… EN VENEZUELA, al asumir el cargo de Presidente en 1999 el jefe de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, prometía que de diecinueve ministerios solo iba a gobernar con nueve, que consideraba un número más que suficiente para el manejo de su administración… VEINTISEIS AÑOS después, no solo el número de carteras sobrepasa la treintena, sino que ahora las comunas engrosarán la carga burocrática en las alcaldías, que muchas a duras penas les alcanza su presupuesto para cubrir la nómina de sus trabajadores… AL PRINCIPIO de la revolución bolivariana, se escandalizaba porque el número de los empleados del Estado superaban los dos millones, y en la actualidad se considera que la misma se ha abultado a más del doble… EN PAÍSES mucho más grandes que el nuestro, como Brasil, por ejemplo, no hay tantos ministros de gobierno, y sin embargo funcionan sin problemas, lo que equivale a que el gasto público aquí, lejos de sincerarse, se infle cada vez más, mientras los ingresos son cada vez menos, pues la producción petrolera dejó de ser la millonaria cantidad de barriles diarios de antes, y el Producto Interno Bruto se ha contraído de tal manera que la recesión, desde una década para acá, ha pulverizado nuestro valor monetario y ha dado por resultado un manejo menos eficiente incapaz de reducir el déficit fiscal, y mucho menos honrar la deuda externa, que se mantiene en cifras escalofriantes… Y SI ES VERDAD que el capitalismo muchas veces se torna salvaje sin mirar el valor humano sino simplemente la acumulación de riquezas, también es cierto que la otra fórmula es aumentar la pobreza y crear un ambiente de incertidumbre en donde si no se depende del Estado, las posibilidades de éxito personal se disminuyen ostensiblemente, retrasando el desarrollo necesario que no es posible alcanzar si manejamos empresas que deberían estar en manos privadas, e inflamos la economía imprimiendo billetes cada vez que las cuentas de ingreso de divisas no cuadran.
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Y ESTO, es todo por hoy.
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MENTIRAS universales:
“Aún nos faltan carteras por crear”.
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DIOS los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS