Cosas del Mundo

La historia del soldado que intentó matar a su esposa dañándole el paracaídas 

27 de mayo de 2018

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No era la primera vez que el sargento británico Emile Cilliers planeaba el asesinato de su esposa. En marzo de 2015, el militar retirado abrió la válvula de gas de la cocina mientras su esposa dormía. Cilliers cogió las llaves de su carro y fue en dirección a la casa de su amante en Aldershot, una pequeña localidad al sur de Londres. El hombre esparaba que al otro día, tanto su esposa como sus hijos murieran.

Pero el plan no salió como esperaba. Un mensaje de texto de su esposa Victoria en la mañana lo alertó del fracaso de su plan. “Intentaste matarme”, le escribió en broma la mujer. Sin embargo, lo que no sabía es que efectivamente su esposo, con el que llevaba siete años conviviendo, sí había buscado asesinarla.

Según la prensa británica, las cosas no eran color de rosa en el matrimonio Cilliers. El sargento estaba muy endeudado y además tenía varias amantes. De acuerdo con las averiguaciones de la fiscalía británica, Cilliers quería cobrar el seguro de vida de su esposa y empezar una nueva vida con una de las dos parejas que tenía por fuera de su matrimonio en ese entonces.

De hecho, una semana después del incidente del gas, Cilliers ideó un nuevo plan de asesinato. Un intento que, de nuevo, se vio frustrado y por el que esta semana fue llevado a juicio ante la justicia británica. La Fiscalía lo acusa de haber manipulado un paracaídas para que su esposa, Victoria, cayerá en picada durante un ejercicio de paracaídismo, uno de sus hobbies.

Un día de repente, Victoria recibió un mensaje de texto de su esposo, Emile, invitándola a que saltaran juntos en paracaídas el fin de semana de Pascua. Ella no lo pensó dos veces y aceptó contenta.

El sábado de Pascua fueron al aeródromo de Netheravon, en el sur de Inglaterra, pero el mal tiempo les impidió saltar. Cilliers había alquilado para Victoria un paracaídas en una tienda y a pesar de que finalmente no saltaron, decidió no devolver el equipo y guardarlo en un casillero. Dijo que era para que Victoria pudiera ahorrar tiempo a la mañana siguiente.

Pero en realidad, su esposo había llevado el equipo al baño y lo había manipulado. Giró las líneas principales y eliminó partes de la reserva.

Victoria regresó sola al aeródromo el domingo de Pascua. El clima era malo otra vez, pero él la alentó a quedarse hasta que mejoraran las condiciones para saltar. Así que se puso el paracaídas y subió al avión. Fue la última en saltar. Cuando lo hizo cayó libremente durante unos tres segundos y luego tiró del cordón, como lo había hecho en más de 2.000 saltos.

Pero algo no andaba bien. El paracaídas no se abrió.

Victoria, una paracaidista experimentada, supo de inmediato lo que tenía que hacer. Cortó el conducto principal y desplegó la reserva. Pero esto tampoco funcionó.

Quienes la esperaban en tierra veían con horror como la paracaídista caía en picada. Afortunadamente, y gracias a la pericia de la mujer, logró aminorar la velocidad de descenso, abrir en el último momento el de reserva y tuvo la suerte de caer en un lugar blando. No obstante, la mujer resultó gravemente herida en la columna vertebral, la pierna y las costillas.

Luego del accidente, las autoridades británicas realizaron una investigación exhaustiva sobre la caída de Victoria y determinaron que el paracaídas había sido manipulado. El cerco se le iba cerrando a Emile, que pasó a ser el principal sospechoso por sus recurrentes infidelidades.

La policía británica incautó los registros telefónicos y de computadora donde se encontraron promesas de amor de Emile a su novia Stefanie, además de detalles sobre sus deudas.

Pero con lo que no contaba el exmilitar es que su esposa sabía de su grave situación económica y puso a sus hijos como beneficiarios de su seguro de vida. Sin embargo, días después del accidente, Cilliers esperaba recibir un pago del seguro de vida de Victoria.

“Las pruebas apuntan a Emile Cilliers como el hombre con el móvil y la posibilidad de cometer estos calculados intentos de asesinar a su esposa”, dijo la fiscal Amanda Sawetz. Además, la fiscalía lo describió en el juicio como un “mentiroso patológico completamente desprovisto de empatía”. El hombre se enfrenta a una pena de 40 años de prisión.

Y mientras tanto Victoria, que todavía se encuentra hospitalizada, se recupera de la que fue una tormentosa relación, que casi acaba con su vida en dos ocasiones.

El Espectador

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