Deportes

REFLEXIONES DEPORTIVAS

23 de octubre de 2023

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GOLPE DE CALOR

Mérida ha sido un destino académico y deportivo para los tachirenses. Durante varias décadas ha graduado profesionales y anfitrión en eventos zonales, regionales y nacionales. Entre ellos, hace 10 años, la ciudad de Los Caballeros fue sede de los juegos nacionales de ingenieros, en cuya ocasión se realizó por primera vez el baloncesto en categoría Máster +40 en donde Táchira, con alta trayectoria victoriosa en categoría libre, arrasó obteniendo le medalla de oro.

En este 2023, Mérida de nuevo nos convoca para compartir con profesionales de la ingeniería en los XXXVIII juegos nacionales y por primera vez se realiza el baloncesto en la categoría Máster +50. Carlos Graterol, jugador de la categoría Máster +40 quien funge como delegado, hace una amplia convocatoria que logra congregar al final a 6 atletas, de los cuales 5 son campeones del 2013, proporcionados en perfecta distribución normal; cuya ficha técnica, en promedio, se resume así: edad: 57 años, estatura: 1,87 y peso: 105kg.

Con el calor del mediodía, se alistan dos transportes privados para el traslado cuyos propietarios y conductores son fieles exponentes de los extremos de la campana de Gauss: Luis Buitrago y Manuel Altuve. La salida se demora a la espera de los códigos QR para abastecer de combustible como turistas. El viaje se ve interrumpido casi dos horas por la pavimentación del desvío en puente Onia, al salir de allí llegamos a El Vigía escuchando Enlace 94.5FM, la más deportiva, y a la entrada de la ciudad, como siempre, un erguido árbol nos saluda. A Mérida arribamos con la luna acicalándose, desde ya, para el eclipse del fin de semana.

El hospedaje donde familiares y amigos sigue dando continuidad a los extremos de la campana de Gauss: Un grupo en el apartamento estudio de la familia Gamboa y otro en el apartamento King Size de la familia de Orlando Quintero. Agradecidos por su hospitalidad y amabilidad.

El primer juego a las 10 am del miércoles 11 de octubre. Una paridad durante todo el encuentro que los aciertos de Luis Morles en la fase ofensiva, la velocidad y conducción de William Gamboa más un alto porcentaje de efectividad grupal en los tiros libres aseguraron la primera victoria. Luego a relajarnos en el Colegio de Ingenieros saludar a colegas de diversos estados y a descansar porque hay doble jornada al día siguiente.

El 12 de octubre para la delegación no fue feriado. A las 8 y 30 de la mañana fue el primer juego. Un enfrentamiento que con más de 20 rebotes de Humberto Zambrano y 20 puntos de Manuel Altuve se tomó una ventaja de 8 puntos, los laureles se acariciaban. Sin embargo, el cansancio hizo mella a mediados del último cuarto y una presión recibida en toda la cancha más algunas imprecisiones en los pases nos impidió el triunfo por una cesta.

Con la necesidad de ganar, el juego de la tarde y el del día siguiente, para obtener el campeonato, nos fuimos a almorzar y a dormir una siesta a la sombra de un clima merideño extrañamente caluroso. A las 4:00 pm la temperatura aún no bajaba. El juego se inició presentando Táchira una defensa seria, ordenada y solidaria como en sus mejores tiempos. La ofensiva comandada por Pedro Vásquez y Manuel Altuve encaminaron el triunfo que fue corto pero que en ningún momento se vio comprometido.

Para ser campeones quedaba un juego en la tarde del viernes. Para recrearnos nos trasladamos al Country Club de Mérida en donde nuestros socios del club demócrata de San Cristóbal tenían un intercambio deportivo. Disfrutamos de las instalaciones, de su amabilidad, de las atenciones de la directiva de nuestro club demócrata mientras estirábamos los músculos con talento vivo.

Selecciones de baloncesto Máster +40 y Máster +50 del Colegio de Ingenieros del estado Táchira.

El equipo de Máster 40 de Táchira jugó su clasificación antes de nuestro juego final. Aplicó una defensa extraordinaria, bajo el comando de Nepthaly Vásquez, dejando a su rival en 50 puntos, pero no pudo carburar las 21 pelotas robadas, aunque siempre estuvo cerca en el marcador. La final la disputaron los dos clasificados de su grupo.

La última jornada fue una batalla de principio a fin. Nos costaba distanciarnos. Las faltas consecutivas recibidas fatigaban nuestros cuerpos, desenfocaban nuestra mente, pero fue apareciendo la figura de Luis Buitrago asegurando bandejas, convirtiendo tiros libres que nos daban aire. Sin embargo, no podía ser fácil. Ocurre una expulsión y Humberto Zambrano que tiene el brazo izquierdo lesionado debe concluir los 7 minutos de juego que quedan. La cara de nuestro director técnico Jorge Gómez era un poema, las palabras y los gestos le brotaban para motivarnos mientras el apoyo en las tribunas de colegas de otras disciplinas deportivas, de familiares, del equipo de kickingball del Club Demócrata de San Cristóbal de amigos del baloncesto aurinegro nos energizaban. Errores producto de la falta de oxígeno, de golpes de calor casi nos impiden la victoria.

Los acompañantes saltaron a la cancha. A paso lento tratábamos de llegar hasta el banco para sentarnos. El agotamiento era tal que ni alientos para gritar, ni para abrazarnos. Solo dejábamos que nos saludaran, que nos felicitaran mientras las gotas saladas bajaban por todos lados…Éramos campeones, repetimos historia pensábamos a la vez que nos despojábamos de rodilleras y tobilleras que iban cayendo mojando el tabloncillo.

De izquierda a derecha. De pie. Jorge Gómez, Humberto Zambrano, Pedro Vásquez, Manuel Altuve, Luis Morles, Carlos Graterol. Agachados: Luis Buitrago, William Gamboa.

El agua se acabó. ¿Quién se tomará una lata fría? Saliendo del gimnasio, arrastrando los pies, jadeantes, mostrando una extenuada sonrisa que parecía una mueca nos encontramos con Noel Hidalgo quien nos esperaba con una cava refrescante. El lúpulo bajaba helando la garganta, tiritaban los dientes, el golpe de calor se reducía con cada sorbo. Habíamos logrado un título más para la gloriosa historia del baloncesto tachirense en los Juegos Nacionales de Ingenieros que lo celebramos en el Country Club mientras del Dr. Toti revisaba el brazo izquierdo descolgado de Humberto. No recuerdo mucho del resto del día…si la hamburguesa a las 4 y pico de la mañana.

Levantarnos fue una proeza. Después de la una de la tarde emprendimos el retorno. Los huecos en la carretera flotaban y los cactus a la vera del camino estaban aglomerados como campana de Gauss. El ganado, paseando por los pastizales verdes con algunas hojas salpicadas de amarillo, nos recordaba el día de la raza con sus colores pardos, azabaches, mestizos y cebús. En puente Garibaldi provocaba cantar, pero iba ronco de jugar y bailar.

Los kilómetros fueron cediendo y antes del anochecer llegamos al terruño. Otra aventura deportiva para contar, para exagerar, para sentirnos orgullosos de practicar el baloncesto con golpes de calor, con golpes en los costados y por todos lados. Hicimos historia a estas alturas de la vida. Damos las gracias mientras nos persignamos.

Nota: William Gamboa fue elegido el jugador más valioso del torneo y Luis Morles campeón de tres puntos.

PEDRO VÁSQUEZ

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