Economía
El aumento anunciado no influye en las prestaciones del trabajador
3 de mayo de 2025
El Gobierno ratificó este 1° de mayo su política de bonificación del ingreso sin incidencia en las prestaciones sociales, según el economista Dilio Hernández
Humberto Contreras
Desde el punto técnico no podemos decir que el 1° de mayo se dio un aumento salarial. Lo que se anunció, fue simplemente un aumento de los bonos de guerra económica y de las pensiones, puesto que el salario mínimo seguirá en 130 bolívares, cantidad hoy equivalente a un dólar con 50 centavos, 1,5 $.
Así lo señala el economista tachirense doctor Dilio Hernández, director del Centro de Investigaciones y Análisis Prospectivo (CIAP), refiriéndose al anuncio presidencial del 30 de abril sobre el aumento del ingreso mínimo mensual del trabajador venezolano, particularmente de la administración pública.
Agrega Hernández que lo mismo ocurre con el valor de las pensiones, pues esta sigue vinculada al monto del salario mínimo, valor con el cual han transcurrido más de 3 años, desde marzo de 2022, cuando se decretó el salario mínimo actual, por lo que se sigue sin incremento real del salario del trabajador venezolano.
— Durante el periodo de 2013 a 2025, explica el analista, el salario del trabajador se ha reducido en más de 98,98 %, al pasar de 127,82 dólares en 2013 a 1,5 dólares en este 2025, con lo cual se ubica por debajo de la línea de pobreza crítica, establecida en 2022 por la Organización de Naciones Unidas, ONU, que ubicó ese límite en 2,15 dólares diarios.
Indica Hernández que el Gobierno ratifico este 1° de mayo la política de bonificación salarial sin incidencias en las prestaciones sociales, vacaciones, aguinaldos, cesantías, dejando a más de 5,5 millones de trabajadores de la administración pública en condiciones de alta vulnerabilidad social.
— El nuevo discurso asumido por el Gobierno desde 2023, de la política salarial de “ingreso mínimo”, que es diferente a salario mínimo, establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 91, despoja al trabajador de la mayoría de sus reivindicaciones salariales.
Ahora se adorna del concepto de Indexación del Ingreso, anclado a la variación del dólar en el mercado cambiario, lo cual carece de sentido práctico en una economía con un proceso creciente de inflación, que pulveriza incluso el poder adquisitivo del propio dólar en lo que algunos economistas llaman “devaluación del dólar”.
Con la canasta básica
Señala el también profesor universitario que en un contexto como el que vive la economía venezolana, lo correcto sería que la indexación se anclara al valor de la canasta normativa, valor que incluye el costo de la canasta básica alimentaria y de la canasta de servicios, estimada hoy en unos 1.200 dólares mensuales para una familia de 5 personas, o, por lo menos al valor de la canasta básica mensual de alimentos la cual está estimada en 550 dólares.
Mantener congelado el salario mínimo, dice Hernández, es condenar también la política de seguridad social que asfixia instituciones como el INCES; el Instituto Nacional de Previsión, Salud y Seguridad Social Laborales, Inpsasel, el Fondo de Vivienda, etc., que están anclados al valor del salario mínimo del trabajador, dejando a estos instrumentos laborales sin recursos para atender las necesidades sociales del trabajador y su familia.
Al final de la histórica fecha, este primero de Mayo, el trabajador venezolano continúa encabezando el salario mínimo más bajo del planeta, 1 dólar al mes, lejos del promedio del salario mínimo en América Latina estimado en 350 dólares/mes y de la línea de pobreza establecida por la ONU, situación que convierte el factor trabajo en una mercancía sin valor, sin incentivo, para ofrecerse en el mercado laboral.