Nacional

Hoy estamos en deuda con los forjadores de la Patria

19 de abril de 2021

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Aquel Jueves Santo, 19 de abril de 1810, cuando Emparan llegó al Cabildo de Caracas para la sesión que él había convocado para analizar la situación en España, luego de la invasión de Francia, se consigue con que los miembros del Cabildo de Caracas perteneciente a la aristocracia y burguesía criolla (hijos de españoles nacidos en América), desconocen al Capitán General de Venezuela.

El movimiento gestado en el cabildo de Caracas contaba con el apoyo de buena parte del pueblo y de importantes sectores militares, tanto de los batallones de veteranos como de las milicias, y también de destacados personajes del clero, la sociedad y los intelectuales.

Sorprendido y desconcertado, sin saber qué hacer, Emparan decide tomarse un tiempo. Se va a la misa de Jueves Santo en la Catedral. Ocurrió allí el momento histórico, cuando Francisco Salias, comprometido con la idea de independencia, lo conmina muy diplomáticamente a regresar al Cabildo.

Viendo la actitud de Salias, los soldados que formaban la guardia del capitán general hicieron el intento de montar sus armas, pero el oficial venezolano que los comandaba dio la orden de permanecer quietos y los mantuvo firmes en sus puestos, sin intervenir.

Emparan regresó al recinto, acompañado de los alcaldes, regidores y notables, mientras una multitud se movía pendiente de los sucesos, en la plaza. Al poco tiempo llegaron al Cabildo Juan Germán Roscio, Cortés de Madariaga y otros representantes del pueblo y del clero, que se incorporaron a la reunión.

Ocurre luego la también histórica escena en las instalaciones del Cabildo, frente a la plaza Mayor, hoy plaza Bolívar de Caracas, donde sucede el más rápido referendo democrático de participación popular en nuestra historia, mediante el cual el gobernante, Emparan, consulta directamente al pueblo si quiere su mando, y el pueblo le revoca el mandato, lo cual acepta el Capitán General, con sus palabras, “Yo tampoco quiero mando”.

Antecedentes

Lo acontecido el 19 de abril de 1810 no es algo espontáneo. Simplemente, fue la oportunidad en que coincidieron el espíritu y los efectos de otras varias acciones que habían ocurrido desde unos pocos años antes, con olor de independencia, aunque el suceso, y la excusa para ello, no fue precisamente esa intención.

En primer lugar, entre los antecedentes, ocurre la conspiración de Gual y España en 1797, un proyecto revolucionario igualitario, republicano y democrático que, en nombre de la Santísima Trinidad, se proponía restituir al pueblo americano su libertad.

Planteaba instaurar en las regiones de Venezuela un nuevo gobierno, y proclamaba los derechos del hombre (igualdad, fraternidad, libertad y propiedad), como base para la eliminación de las clases sociales, una revolución que pretendían extender a toda América. Pero la conspiración fracasó.

Nueve años después, la expedición libertaria de Francisco de Miranda y su barco Leander, en 1806, que incluso sembró en La Vela de Coro la que hoy es nuestra Bandera Tricolor, también exacerba las inquietudes independentistas.

Y poco más tarde, en 1808, ocurre la conspiración de los mantuanos, que intentaba apoderarse del gobierno, mediante un golpe de Estado, aparentemente en defensa de los intereses de Fernando VII, depuesto por la invasión de Napoleón a España, quien designa a José, su hermano, como rey, lo cual tuvo el rechazo de los españoles, que empezaron a organizarse en contra de la invasión.

Al enterarse los mantuanos en Caracas, de que en las provincias españolas se había creado juntas para resistirse a las fuerzas invasoras y para gobernar cada región, solicitan al capitán interino de Venezuela, Juan de Casas, que organice también aquí una junta similar, en la cual tuvieran ellos participación preponderante. Pero la conspiración fracasó porque Casas no aceptó, y encarceló a los más exaltados.

Todas estas experiencias, habían generado el ambiente propicio para una nueva y próxima oportunidad, que se dio justo ese 19 de abril.

Las primeras acciones

Emparan abandona el salón. Los miembros del Cabildo continúan la sesión, y así quedó establecida la que oficialmente recibió el nombre de Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII.

Se establece entonces una Junta de Gobierno que toma las siguientes iniciativas: crear juntas similares en las provincias que apoyaban el movimiento: Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida, pues Maracaibo, Coro y Guayana no estuvieron de acuerdo.

Adicionalmente, acuerdan liberar el comercio exterior, prohibir el comercio de esclavos, crear la Sociedad Patriótica, con el objetivo de fomentar la agricultura y la industria; también la Academia de Matemáticas.

Igualmente deciden enviar delegaciones diplomáticas a países que podían apoyar la insurrección, como Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Granada.

Así, el 19 de abril de 1810, hoy 211 años hace, comienza la senda republicana de nuestra patria y del gentilicio venezolano, de la cual sus enseñanzas nos indican que, ahora, estamos en deuda con esa gloriosa gesta emancipadora.

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