Opinión

Bienvenido el debate (parte II y última)

20 de diciembre de 2021

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Fredy Contreras Rodríguez


Al interior del PSUV Táchira, el debate de los problemas que nos afectan es necesario, refrescante y útil. La responsabilidad otorgada por el pueblo a Freddy Bernal para  administrar al estado como gobernador entre 2022 y 2025, generó una nueva dinámica, una reacción en cadena al interior de la organización que le ha dado vigor, fuerza y entusiasmo. Esta circunstancia temporal debe ser aprovechada para relanzar al PSUV, para repotenciarlo y poner a tono hasta sus últimas estructuras territoriales y el debate, el análisis en colectivo de los asuntos, es la vía expedita para hacerlo.

El gobernador Bernal necesita un PSUV que responda a los desafíos y objetivos propuestos por él en su programa de gobierno y el partido necesita un nuevo aire -que lo da el debate- para oxigenar su músculo social organizativo y responder con propiedad al desafío que significa volver a gobernar al Táchira superando los errores del pasado, dando la cara por el equipo de hombres y mujeres que conformen el gobierno pero también, como estructura para tratar a diario  los problemas regionales, para la consulta de las decisiones más importantes,  y para fiscalizar y controlar  la gestión administrativa y sus responsables.

Para ello, ahora es necesario debatir; acordar cómo hacerlo y… ¡hacerlo bien! Se trata de un debate leal, solidario, asertivo, coherente, unitario, de los iguales, sin esguinces, que dirima sin tropiezos y con mucha firmeza asuntos tan preocupantes como la difícil tarea de combatir la corrupción, la ineficiencia, el populismo y la demagogia que afectan con fuerza a la administración pública, abofeteando a diario los principios y valores del partido, el legado de Chávez  y el éxito de la revolución, y causando malestares, reclamos, molestias e impotencia en la inmensa mayoría de la militancia.

Es fundamental precisar ya, cómo vamos a hacer para sacar a patadas a los corruptos vestidos de rojo que se han mimetizado en el ejercicio del poder, haciendo más daño que las medidas asesinas y la agresión sistemática de la guerra económica que nos aplica EE.UU. y sus aliados. Debemos aplicar las 3R y todas las R que sean requeridas, para tender un cordón sanitario contra la corrupción y los corruptos, la ineficiencia y los ineficientes, y el burocratismo y los burócratas. En concreto, aplicar los artículos 12 y 13 de los estatutos.

Tenemos pendientes muchas tareas por hacer para relanzar, repotenciar y poner a tono el PSUV Táchira; entre ellas dar comienzo a jornadas permanentes de análisis, estudio y divulgación masiva de los Estatutos del PSUV y los documentos que constituyen el legado teórico de Chávez,  aplicando los principios organizativos y en particular una praxis diaria en correspondencia con la cohesión política-ideológica,  el principio de dirección colectiva y el ejercicio permanente de la crítica y la autocrítica.

En mi opinión, es necesario proponer a la dirección nacional del PSUV, sustituir como método de selección de los dirigentes a  la fulana cooptación -que tiene deslegitimados a todos los órganos de dirección-, por el método de elección directa, universal y secreta de los dirigentes, o en su defecto, elecciones de segundo grado, o consensos generales plasmados en asambleas de militantes, que son métodos más legítimos y democráticos.

De igual manera, hay que debatir sobre la necesidad de separar la gestión del gobierno de la gestión del partido. Que se aplique lo dispuesto en los Estatutos del PSUV: gobernador y alcaldes deben ser uno más en la dirección del PSUV y no el PSUV en sí mismo. No más alcaldes “propietarios” del PSUV, que durante su gestión jamás abrieron el debate, ni consultaron, ni acataron las opiniones del cuerpo orgánico al que mas como franquicia electoral para su beneficio que como organización política comprometida con la felicidad social.

El PSUV Táchira debe conducir sus tareas sobre los mandatos estatutarios, practicando su condición de herramienta política, partido de cuadros y masas, socialista, democrático, anticapitalista y antiimperialista, con su condición de brazo ejecutor del poder popular, en el objetivo de avanzar en la transición hacia el Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, que es la definición jurídico formal del Socialismo Bolivariano en este tiempo histórico.

Es el momento de comenzar la tarea de dar al PSUV la fortaleza necesaria para que cumpla a cabalidad el papel que le corresponde en los próximos cuatro años, civilizando su vida interna y elevando la calidad  democrática con la práctica diaria del debate y la toma de decisiones en colectivo. QAS.

*Ingeniero industrial. Agricultor urbano.

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