Notas Taurinas
30 de abril de 2024
Néstor Melani Orozco
No vi tanta energía aquel día, en la casa de Rafael Guerrero, aún existían los dibujos de la manifestación de «La Cueva Pictolitica» y el poeta de la modernidad aún estaba en los lenguajes purificantes de sus versos…
Olor a rosas y el manto azul del teatro, entre las palabras elocuentes del mensajero de la paz, cuando de estudiantes del «Simón Bolívar» se guardaban las secretas y primeras tentativas de idearios……»Quería morir sin el pan;
con una corona de espinos colgando como un crucifijo nuevo, donde mariposas negras rondaran los clérigos y entre salves e inciensos rezando los pobres del barrio y el poeta dejase caer su sangre como río morado de violetas del cielo»…
Así lo leí en unas hojas que me dejó Agustín Guerrero, hace tantos años; mientras pintábamos los significados del Padre Nuestro. Y leímos: «La Mujer de las Manos Cartadas», en La Grita, más allá de todos los sueños, entre calles pintorescas, donde vivió el poeta Rafael Guerrero. Llevando los libros de Trosky o renaciendo los imaginarios de Aníbal Dennis en aquella escuela de Bellas Artes, de Elbano Méndez Osuna, entre la perennidad viajera de Juan Ferrer Roig en San Cristóbal, de un tiempo. Y el azul Tamá de una connotación humana.
Mientras en aquella Grita de Clemente, el tío, allá donde aún la pertenencia del seminario francés y entre los primeros pasos fue alumno del Liceo Militar Jáuregui.
Tiempos cuando Teodoro Gutiérrez Calderón escribió su «Frontera Lírica» entre los recitales de un pueblo y la majestad social de aquella dictadura del General de Michelena: Marcos Pérez Jiménez…
Fue Rafael Guerrero el emprendedor de ideas revolucionarias, más desde su casa en San Cristóbal, donde su madre Jabiela meditaba los secretos perdidos de un pueblo y la fe por el poeta y su hermana Ofelia santificada de versos y colores antiguos que le ofrendaba Juan Michelangeli. Para irse naciendo en la Cueva Pictolírica con los nombres, con los sabores de la guitarra andina y los temples de un jovencito llamado Freddy Pereyra. En las evocaciones de Ilia Rivas de Pacheco. Sobre los escritos de Pablo Mora y las Metáforas de Pedro Pablo Paredes para dejar en el candor las dimensiones del hacedor de versos.
Porque las cartas. Los libros y las memorias las llevó en un baúl Rubén Darío Becerra con aquel retrato de la hermosa Belkis Candiales, pintado de ocres por un fin del poeta Rafael Guerrero.
Fue el poeta describiendo los misterios en el dolor de aquel Táchira de acaudalados que robaban obreros y dejaban sin semillas a campesinos… Evocó más allá de García Lorca o protestante cercano de Unamuno. Para irse con la luna y hacerse pertenencia de la hermandad a César Vallejo…
Por saber. Por vivir, por amar; se dejó morir porque Beatriz Lucero del Colegio María Auxiliadora, la niña que nunca oyó las promesas de amor. Mientras desde un reloj de arena las manzanas de su madre con Hansen y los aleros de cruces para morir en el barrio Propatria, una noche de invierno con sal en los libros de Ramón del Valle Inclán o el llanto de su hermana, por la ventana, viendo cruzar los recuerdos…
De La Bermeja con flores del río, con los muertos…o de Borotá entre las semillas del cielo. Con las cartas y las contemplaciones, con el amor al pueblo y este grito del silencio que lo convirtió en más inmenso y verdadero.
Ahora. Después de cuarenta años; la obra del poeta: Rafael Guerrero, deberá difundirse. Entregarse a los conciertos donde griten los pueblos, en los cenáculos de los poetas con banderas humanas y con antorchas de inciensos.
Donde cante la voz comprometida y la luna aflore reminiscencias con el rostro del alma y por fin, una lágrima en el cáliz de una rosa roja de un amor eterno.
Ayer crucé la plaza del palacio de Los Leones, donde están los pasos del poeta, esta su ciudad y desde la eternidad de la dichosa aldea y entre el vuelo de una paloma había la existencia en los agudos misterios…
Mientras San Cristóbal se vestía de ensueños sin saber sus recuerdos….
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De Mi Libro:
UNA LÁGRIMA EN EL MÁRMOL 1902.
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Artista Plástico Nacional
Premio Internacional de Dibujo » Joan Miro»1987 Barcelona. España.
Cronista de La Grita.
Maestro Honorario.
Doctor en Arte.
Premio Nacional del Libro 2O21.
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