*Rocío Márquez

La inteligencia artificial (IA) ya no es cosa del futuro. Quedó atrás la época en las que cómics como Los Supersónicos o algunas películas nos contaban cómo sería nuestro futuro en medio de la tecnología.

¿Por qué? Porque, aunque suene a ciencia ficción, hoy en día usamos la Inteligencia Artificial sin siquiera darnos cuenta.

Por ejemplo, cuando pedimos una canción a un asistente de voz, cuando buscamos una dirección en el mapa, o cuando el teléfono corrige automáticamente un mensaje mal escrito. La IA está cada vez más presente en nuestras rutinas, no como un robot con forma humana, sino como una herramienta que nos ayuda, nos sugiere y nos acompaña.

La IA está en nuestra vida diaria, aunque no lo notemos

Muchas veces pensamos que la Inteligencia Artificial es algo complicado, reservado para científicos o grandes empresas tecnológicas. Sin embargo, está integrada en objetos y servicios que usamos todos los días.

¿Ha visto alguna serie recomendada por Netflix? Esa recomendación vino de la Inteligencia Artificial usando los datos de lo que usted vio antes. ¿Google completa sus frases en el buscador? Eso es IA. ¿Google Maps calcula la ruta más rápida según el tráfico? Es IA. ¿Su celular reconoce su cara para desbloquearse? También es IA.

¿Le sorprende? Estos son algunos ejemplos simples de cómo la IA ya está instalada en sus decisiones cotidianas. Y, aunque no lo sepa, usted está aprendiendo a interactuar con ella.

Cocinar con IA: un experimento casero y sabroso

Uno de los terrenos donde la Inteligencia Artificial se está volviendo particularmente útil es la cocina. Puede parecer algo sofisticado o innecesario al principio, pero cocinar con ayuda de la inteligencia artificial puede facilitarnos la vida, inspirarnos y ayudarnos a mejorar nuestros hábitos alimenticios.

Asistentes como ChatGPT puede proponerle recetas ajustadas a los ingredientes que usted tiene en la nevera. Solo tiene que decirle lo que hay. ¿Tiene dos tomates, media cebolla y arroz? ¡Perfecto! La IA puede sugerirle un arroz con vegetales, una sopa rápida o un salteado con especias. También puede decirle cuánto tiempo tardarás en prepararlo, ofrecerle alternativas más saludables, o adaptar la receta si usted es vegetariano, quiere perder peso, o si simplemente tiene prisa.

Aprendizaje personalizado en la cocina

Una de las ventajas más interesantes es que estos sistemas aprenden de nuestros gustos. Si no le gusta el ajo o evita los postres con azúcar, la IA puede recordar sus preferencias y afinar las recomendaciones.

De esta forma, a medida que usted interactúa más con estas herramientas, las recetas se vuelven más cercanas a su estilo, sus necesidades y su contexto. Incluso, puede ayudarle a planificar menús semanales o las compras en el supermercado.

¿Por qué empezar por la cocina?

Porque es una actividad cotidiana y accesible. Todos comemos, muchos cocinamos, y usar la IA en este contexto permite quitarle ese halo de complejidad que a veces la rodea.

Además, familiarizarse con estas herramientas en un espacio tan cercano como la cocina nos ayuda a perderle el miedo a la tecnología y a comprender mejor cómo funciona y a reflexionar sobre sus usos.

Un primer paso hacia una relación con la tecnología

La IA está aquí para quedarse, y cuanto antes empecemos a relacionarnos con ella de forma natural y crítica, mejor preparados estaremos para tomar decisiones informadas sobre su uso.

Usarla para cocinar es un primer paso para entender cómo estas herramientas pueden facilitar algunos aspectos de nuestra vida cotidiana. Si además todo resulta en un buen almuerzo con los ingredientes que tenemos en casa, mejor aún.

*Comunicadora social. Doctora en Ciencias Humanas. Profesora de la Universidad de Los Andes, Táchira, Venezuela.

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